EL PAÍS BAJO CERO
Rogelio Barufaldi, Párroco de San José Obrero - La Florida - Rosario
Llegamos al 100 de “VIVIR EL BARRIO”. Cuando el 1º de Mayo de 1966 el arriesgado grupo que decidió, continuando intentos anteriores, lanzar el número uno de VIVIR EL BARRIO, jamás soñamos que llegaríamos a las tres cifras de hoy. Esta fecha hubiera merecido una alegre y soleada celebración. Ningún medio inventa ni un clima físico. Menos el moral o histórico de un lugar a no ser que ceda a la tentación de la constante mentira que los medios gráficos repiten y llega a hacerse creíble.
Hoy todo el país está “bajo cero”. Apelemos a la metáfora que es siempre más significativa y menos cruel que la realidad. Aquí pasa como con el INDEC: una cosa es lo que esa institución intenta vender y otra la que rascamos al fondo del bolsillo cuando vamos al supermercado. Bajo cero la verdad del Banco Central que ostenta sonriente la señora de dos apellidos, cuyo nombre debe ser el de Alicia porque vive “en el país de las maravillas”. Sólo en ese país es creíble que el Banco Central llegue a una cifra record de 50.604 millones de dólares en reserva que son “pilares del modelo”, mientras que Juan Carr, líder de la Red Solidaria, dice que de cada 2.500 argentinos uno duerme a la intemperie.
Bajo cero el futbol nacional, eliminado cuatro a cero, aunque Maradona diga que “jugamos bien”, sin temblarle la barba o el bigote.
Bajo cero las matemáticas del “Matutino de la ciudad” (pág. 24) que afirma “sin despeinarse”, -como dicen en el tablón- “que el matrimonio entre las personas del mismo sexo fue aprobado por una diferencia de ocho votos”. A renglones seguidos cuando enumera “los 33 a favor” y “los 27 en contra”, las matemáticas, desde el primer grado, dan una diferencia de seis votos. No es nada una diferencia de dos, pero para el innominado redactor son “Las cifras puras y duras de los votos”. “Cero y a marzo”, decíamos en tiempos en que se permitía cavernícolamente, “repetir grado…”
Para que el termómetro se maneje de manera “igualitaria”, peor “bajo cero” merecen ciertos más grandes y respetables personajes como la Presidente (Como lo manda la Real Academia de la Lengua y no presidenta como no discriminatoriamente dicen los que la han elegido) que con lógica muy particular destaca que la norma “defiende el derecho de las minorías” e inmediatamente dice su satisfacción por la legitimidad de una ley “que aprobó democráticamente la mayoría”.
Bajo más cero (si fuera posible) la “profesión de fe” del ex presidente que califica como un “paso trascendente la ley de marras desde la raíz misma de mi formación católica, de la religión cristiana”, aunque no deja de confesar “como integrantes de la grey católica, su confianza y vocación patriótica de “modernización” de la Iglesia para que no repita el viejo pecado de casar solamente a un hombre con una mujer. San Néstor no coincide evidentemente con el San Pablo de la 1º Carta a los Corintios donde escribe “…los inmorales, idólatras, adúlteros, invertidos, sodomitas, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el Reino de Dios” (1º Cor. 6, 9-10).
Juan Barrio, que se había callado respetuosamente, con la cabeza cubierta con gorra y el cuello con bufanda para que su buen sentido común no descendiese también “bajo cero”, me dijo muy lentamente:
- Ahora, cuando mi nieto me pregunte ¿de dónde viene los chicos?, le tengo que contestar, según la nueva legislación “made in Argentina”: del casamiento entre un zapallo gay con otro zapallo gay.
Yo me hice el serio y le respondí:- Hay que respetar todas las opiniones.
Mi amigo me respondió:
-Yo prefiero siempre respetar la vida.
Comencé diciendo: Si Discépolo viviera hoy…
Me completó Juan Barrio:
-Estaría adaptando para la nueva generación “El pulpero de Santa Lucía, ése que no tenía gaucho que no lo quería…”
Lástima que en este número 100 estemos hablando de todo esto.
FUENTE: REVISTA "VIVIR EL BARRIO" - PARROQUIA SAN JOSÉ OBRERO - BARRIO LA FLORIDA - ROSARIO, SANTA FE, ARGENTINA.
