Por Claudio Zlotnik/iProfesional.- Al repunte de actividad en la construcción y la industria se sumó el alza de los patentamientos y de las transacciones inmobiliarias. Lo que ingresó al fisco en concepto de IVA terminó por confirmar la mejora. La duda ahora es si se trata de una recuperación firme o un fenómeno pasajero. Es probable que para Mauricio Macri hayan sido las 48 horas más felices, en materia económica, desde que arrancó su gestión, allá por diciembre de 2015.
Una sucesión de datos positivos sobre la marcha de la actividad, en medio de la campaña electoral, le devolvió aire a una administración que venía golpeada por la lentitud de la recuperación.
El aluvión de buenas noticias no sólo influye en el ámbito económico, sino que también derrama sobre el plano político.
Hasta ahora, estaba prácticamente vedado para el macrismo hablar de economía, con indicadores que marcaban acuciantes caídas del consumo y en medio de noticias sobre despidos en la industria que ocuparon el centro de la agenda.
En tiempo de descuento, sobre la recta final de las PASO, esta sensación empieza a cambiar: lo que en un principio aparecía como tímidos "brotes verdes" ya tiene la contundencia de una recuperación en marcha.
Al menos, eso es lo que creen en el equipo económico, en el que ahora reina un ánimo eufórico tras los datos de:
- Patentamiento de autos
- Escrituraciones de inmuebles
- Repunte de la construcción
- Mejora de la industria
Y, especialmente, a partir del salto de la recaudación impositiva, que creció en términos reales y puede estar adelantando la recuperación del consumo.
"Los datos de actividad del mes pasado mostraron un mejor ritmo que el esperado incluso por analistas. Esto, de por sí, es muy positivo, ya que se han superado las expectativas privadas", señala a iProfesional un funcionario que trabaja en el primer piso de la Casa Rosada.
"Lo que quizás más llama la atención es que la expansión se amplía a sectores que venían rezagados (industria) y acelera en aquellos que mostraban repunte (construcción)", expresa.
"La fortaleza de esta expansión también se ve en indicadores indirectos, como el crecimiento de la recaudación. Por ejemplo el del IVA, que subió muy por encima de la inflación", añade.
En este sentido, el fuerte incremento registrado en los ingresos de julio (31,8% interanual) conocido este martes, fue el último de los buenos indicadores. Y es el que ahora le permite a la Rosada afirmar que la actividad entró en terreno positivo.
La cifra informada evidencia una importante mejora en términos reales, ya que fue unos 10 puntos porcentuales superior a la inflación anual.
La lupa en el IVA
El resultado superó no sólo las expectativas que existían en los despachos oficiales, sino también en la City porteña.
Sobre todo por la buena performance del IVA y de Ganancias, dos gravámenes bien representativos de cómo está la situación en el mercado interno. En este sentido:
- La recaudación en concepto de IVA creció 34,8% interanual
- El llamado IVA Impositivo (que refleja la potencia del consumo) mostró una recuperación incluso superior: 35,2%
En ambos casos, la expansión se ubicó varios puntos por encima de la inflación interanual, que rondó el 21%.
En Ganancias, la mejora resultó del 40%, también superando el índice de precios de los últimos 12 meses. Una porción de esta suba se vincula con la postergación de los vencimientos de mayo a junio y julio.
La consultora LCG, fundada por el exministro Martín Lousteau, estima que la recaudación del mes pasado da cuenta de un alza real del 8% interanual (asumiendo que la inflación de julio fue del 2%). Este dato aún debe ser informado por el INDEC.
"La recaudación tributaria volvió a crecer a partir de sus pilares: el IVA, Ganancias y Seguridad social. Entre los tres explicaron $8 de cada $10 del aumento de los recursos", apunta LCG en un informe especial al que tuvo acceso iProfesional.
"Es un buen resultado y todos los impuestos relacionados con el consumo y con la Seguridad Social crecieron por encima de la inflación", destacó el titular de la AFIP, Alberto Abad.
El "Impuesto al Cheque", asociado con la mayor o menor actividad económica, mostró un crecimiento del 26%.
Si bien este repunte resultó más moderado que el del IVA y Ganancias, lo cierto es que también superó, y por varios puntos, a la inflación interanual.
En otro orden, algunos rubros ligados al Comercio Exterior -como los Derechos de Exportación (retenciones)- venían transitando en terreno negativo los meses previos. Finalmente, evidenciaron una mejora (aunque mínima) del 3% en junio, producto de la devaluación del peso.
Abad puntualizó que el sector cerealero "está reteniendo parte del stock", y precisó que hubo menos de ventas de porotos de soja (-30%), aceite de soja (-34%) y pellets de soja (-12%) con respecto a julio 2016.
En Bienes Personales, el alza fue significativa (91% interanual) explicada por la posibilidad que tuvieron los contribuyentes de postergar los pagos de mayo a julio (con un interés reducido).
La consolidación de los "botes verdes"
La mejora de la recaudación fue interpretada como la confirmación de aquello que algunos datos aislados estaban dejando entrever: que hay clima de crecimiento, si bien desparejo por sectores.
Comparando junio 2017 contra junio 2016, las estadísticas conocidas en estos últimos días dieron cuenta de:
1. Producción industrial: alza del 6,6%. A excepción del rubro textil, hubo expansión en los 12 sectores restantes.
2. Construcción: incremento del 17%, la mejor performance de la era Macri. Tuvo a la obra pública como motor principal, a la que se sumó el boom de los hipotecarios.
3. Venta de autos: los patentamientos (78.000) escalaron un 22,6%. La clave: los descuentos, el financiamiento a medida y los planes de ahorro.
4. Venta de motos: las unidades comercializadas (50.000) implicaron un alza del 47% en la comparación interanual.
5. Escrituras: subieron un 41% según datos del Colegio de Escribanos porteño, motorizadas en gran medida por los préstamos hipotecarios UVA.
¿Crecimiento o rebote del gato muerto?
A ningún analista se le escapa que estos muy buenos indicadores son, en su mayoría, producto de comparaciones realizadas contra muy malos registros como los que hubo el año pasado.
De manera que la pregunta que surge casi como inevitable es si ya puede hablarse de crecimiento o si, más bien, se trata de un efecto estadístico, que los economistas suelen llamar "el rebote del gato muerto".
La primera impresión es que hay un poco de ambas cosas, si bien predomina un optimismo moderado entre empresarios y analistas.
"La mayor parte de lo que estamos viendo es una recuperación. Hay algo de crecimiento verdadero, sobre todo en el campo en la obra pública", afirma Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora de Orlando Ferreres.
"El consumo mejora pero de forma heterogénea, mientras que en la industria sólo hay una leve recuperación", añade.
Según el consultor Federico Muñoz, no debe perderse de vista que se trata de una comparación contra lo peor del año pasado.
No obstante, reconoce: "Estoy sorprendido con la fortaleza que mostró la recaudación. Estamos hablando de una mejora de la actividad superior a lo que veníamos pensando. Parece que la cosa empieza a caminar".
En su visión, se están dando las bases en el país para un crecimiento de más largo plazo: "El Gobierno viene haciendo los deberes para que esto no sea un repunte espasmódico".
Según Federico Furiase, economista del Estudio Bein, "la mejorar del salario real y la reactivación del crédito en algunos sectores se acopla a la recuperación contra una base pobre del año pasado".
"Por ahora, estamos frente a un rebote. Para que el crecimiento se pueda sostener en el tiempo, deben darse algunas condiciones. Como que empiece a ser traccionado por las exportaciones y por la inversión en maquinaria y equipos", completa.
Respecto de este último punto, el experto indica que ya hay señales favorables en algunos sectores en lo que adquisición de equipamientos se refiere.
No obstante, alerta sobre "el deterioro del déficit comercial y fiscal, que habrá que ir corrigiendo para hacer sostenible el progreso y desarrollo del país".
Lo que nadie se anima a anticipar es cuándo llegará el ansiado rebote en el consumo, indicador de alto impacto en el humor social y, por lo tanto, seguido muy de cerca por los dirigentes políticos.
Acaso, con los datos de la recaudación tributaria que se conocieron este martes, los optimistas empiecen a encontrar motivos más fundados para cultivar su fe "broteverdista".
Casi sobre la hora -a pocos días de las PASO- Macri y equipo consiguen una bocanada de aire fresco lo suficientemente grande como para poder hablar de economía en sus discursos de campaña. Aunque esto implique ir en contra de los consejos de Durán Barba.