Es que la relación bilateral se encuentra en un período de "reconstrucción" para la diplomacia nacional, y en "stand by", según palabras de un funcionario norteamericano. Lo que parecía ser un período de acercamiento entre Buenos Aires y Washington, cuando la entonces candidata a presidenta mencionaba a Obama como la gran esperanza negra, no se tradujo luego en sintonía bilateral. El primer chisporroteo diplomático fue por la valija de Antonini Wilson, luego la decepción que manifestó públicamente Cristina Kirchner por lo hecho por Obama en el aniversario de su mandato, y terminó de consolidar los desencuentros el episodio del avión militar estadounidense abordado por el propio canciller Héctor Timerman bajo la acusación de contrabando de armamento militar en febrero de 2011. Desde entonces, el canciller ha bajado el tono y el perfil en sus contactos con el Departamento de Estado, un canal que supo ser su fuerte, pero que ahora no lo es. Finalmente, en noviembre pasado, la reunión entre Obama y la Presidenta en un aparte del cónclave del G20 en Cannes, terminó en un intento de relanzamiento de la relación. En eso está hoy el embajador argentino Jorge Argüello, recientemente trasladado de la sede de Naciones Unidas a la de Washington. Tiene un primer escollo que salvar y es el de las diferencias comerciales, surgidas por los fallos perdidos en el CIADI, donde hoy existen 17 casos activos contra la Argentina en un universo de 372 casos del centro de arbitraje de inversiones del Banco Mundial. Por estos días se está trabajando, como consignó El Cronista, en una fórmula que permita cerrar las diferencias de criterio existentes para terminar de ejecutar los fallos del tribunal internacional. Básicamente, la falta de acuerdo sobre los pagos argentinos fueron la causa por la que los Estados Unidos ha vetado en los últimos meses los pedidos de crédito de la Argentina al Banco Mundial. Además, existe la posibilidad cierta de que Washington sancione al país con la exclusión de los productos argentinos que figuran en el sistema de preferencias de arancel cero. Según las cifras oficiales argentinas, el intercambio bilateral comercial Argentina-Estados Unidos alcanzó los 13.172 millones de dólares en 2011. El otro espacio clave en donde la Argentina deberá recuperar terreno es en el Congreso estadounidense, invadido por lobbystas de los Fondos Buitres que quieren cobrarle al país deudas por bonos en dólares desde la crisis de 2001. El embajador ya comenzó el acercamiento con los congresistas demócratas y republicanos con una carta personal que les envió el mes pasado. También en el Departamento de Estados hay resquemores con el gobierno argentino. Los diplomáticos norteamericanos recuerdan la buena sintonía que comparten la presidenta Cristina Kirchner y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, desde antes incluso, de que cada una ocupara su rol institucional actual. La buena onda mutua no se tradujo en un acercamiento entre los dos países, sino todo lo contrario. ¿Culpa de quienes oficiaron de intermediarios?, se preguntan. La realidad es que, quien conoce el mecanismo de la Casa Rosada, sabe que nada sucede sin la anuencia presidencial. El nombramiento de Argüello, un dirigente político que proviene del peronismo, es una señal de que al menos se quiere reflotar la relación bilateral. De hecho, el embajador tiene diálogo directo con la Presidenta, no sólo en temas que tienen que ver con la Casa Blanca, sino también con las gestiones argentinas ante las Naciones Unidas, aún sin representante nacional. En este contexto de recuperación de la confianza mutua es que existe la posibilidad de que la Presidenta y Obama se vuelvan a sentar a conversar durante la Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo en Cartagena de Indias a mediados de abril próximo. No será la Casa Blanca ni habrá panchos de por medio, pero sería un gesto más hacia la reconciliación bilateral. z we Un relación en stand by * Cristina Kirchner no tiene en agenda ninguna reunión con Obama en 2012. * El vínculo bilateral se encuentra en stand by, tras un principio de acercamiento que luego quedó trunco. * Los chisporroteos arrancaron con la valija de Antonini Wilson y siguieron con otros episodios que terminaron de consolidar los desencuentros. * El reciente nombramiento de Argüello en Washington apunta reconstruir la relación bilateral. * En ese marco, Cristina y Obama podrían volver a conversar en la Cumbre de las Américas en abril próximo.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
sábado, 17 de marzo de 2012
CRISTINA KIRCHNER, LEJOS DE LA CASA BLANCA.
El primer ministro británico David Cameron compartió panchos y tribuna con Barack Obama esta semana, durante un partido de básquet en Ohio. La brasileña Dilma Rousseff será recibida por su colega demócrata en Washington el próximo 9 de abril. Pero en la agenda de la presidenta Cristina Kirchner no está prevista para este año una visita a la Casa Blanca y no va a suceder en 2012, coinciden en la Cancillería argentina y el Departamento de Estado. No es porque este es un año electoral en los Estados Unidos, ya que Obama ha invitado a Cameron y a Rousseff, entre otros tantos mandatarios internacionales. Ana Gerschenson/El Cronista.
Es que la relación bilateral se encuentra en un período de "reconstrucción" para la diplomacia nacional, y en "stand by", según palabras de un funcionario norteamericano. Lo que parecía ser un período de acercamiento entre Buenos Aires y Washington, cuando la entonces candidata a presidenta mencionaba a Obama como la gran esperanza negra, no se tradujo luego en sintonía bilateral. El primer chisporroteo diplomático fue por la valija de Antonini Wilson, luego la decepción que manifestó públicamente Cristina Kirchner por lo hecho por Obama en el aniversario de su mandato, y terminó de consolidar los desencuentros el episodio del avión militar estadounidense abordado por el propio canciller Héctor Timerman bajo la acusación de contrabando de armamento militar en febrero de 2011. Desde entonces, el canciller ha bajado el tono y el perfil en sus contactos con el Departamento de Estado, un canal que supo ser su fuerte, pero que ahora no lo es. Finalmente, en noviembre pasado, la reunión entre Obama y la Presidenta en un aparte del cónclave del G20 en Cannes, terminó en un intento de relanzamiento de la relación. En eso está hoy el embajador argentino Jorge Argüello, recientemente trasladado de la sede de Naciones Unidas a la de Washington. Tiene un primer escollo que salvar y es el de las diferencias comerciales, surgidas por los fallos perdidos en el CIADI, donde hoy existen 17 casos activos contra la Argentina en un universo de 372 casos del centro de arbitraje de inversiones del Banco Mundial. Por estos días se está trabajando, como consignó El Cronista, en una fórmula que permita cerrar las diferencias de criterio existentes para terminar de ejecutar los fallos del tribunal internacional. Básicamente, la falta de acuerdo sobre los pagos argentinos fueron la causa por la que los Estados Unidos ha vetado en los últimos meses los pedidos de crédito de la Argentina al Banco Mundial. Además, existe la posibilidad cierta de que Washington sancione al país con la exclusión de los productos argentinos que figuran en el sistema de preferencias de arancel cero. Según las cifras oficiales argentinas, el intercambio bilateral comercial Argentina-Estados Unidos alcanzó los 13.172 millones de dólares en 2011. El otro espacio clave en donde la Argentina deberá recuperar terreno es en el Congreso estadounidense, invadido por lobbystas de los Fondos Buitres que quieren cobrarle al país deudas por bonos en dólares desde la crisis de 2001. El embajador ya comenzó el acercamiento con los congresistas demócratas y republicanos con una carta personal que les envió el mes pasado. También en el Departamento de Estados hay resquemores con el gobierno argentino. Los diplomáticos norteamericanos recuerdan la buena sintonía que comparten la presidenta Cristina Kirchner y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, desde antes incluso, de que cada una ocupara su rol institucional actual. La buena onda mutua no se tradujo en un acercamiento entre los dos países, sino todo lo contrario. ¿Culpa de quienes oficiaron de intermediarios?, se preguntan. La realidad es que, quien conoce el mecanismo de la Casa Rosada, sabe que nada sucede sin la anuencia presidencial. El nombramiento de Argüello, un dirigente político que proviene del peronismo, es una señal de que al menos se quiere reflotar la relación bilateral. De hecho, el embajador tiene diálogo directo con la Presidenta, no sólo en temas que tienen que ver con la Casa Blanca, sino también con las gestiones argentinas ante las Naciones Unidas, aún sin representante nacional. En este contexto de recuperación de la confianza mutua es que existe la posibilidad de que la Presidenta y Obama se vuelvan a sentar a conversar durante la Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo en Cartagena de Indias a mediados de abril próximo. No será la Casa Blanca ni habrá panchos de por medio, pero sería un gesto más hacia la reconciliación bilateral. z we Un relación en stand by * Cristina Kirchner no tiene en agenda ninguna reunión con Obama en 2012. * El vínculo bilateral se encuentra en stand by, tras un principio de acercamiento que luego quedó trunco. * Los chisporroteos arrancaron con la valija de Antonini Wilson y siguieron con otros episodios que terminaron de consolidar los desencuentros. * El reciente nombramiento de Argüello en Washington apunta reconstruir la relación bilateral. * En ese marco, Cristina y Obama podrían volver a conversar en la Cumbre de las Américas en abril próximo.
Es que la relación bilateral se encuentra en un período de "reconstrucción" para la diplomacia nacional, y en "stand by", según palabras de un funcionario norteamericano. Lo que parecía ser un período de acercamiento entre Buenos Aires y Washington, cuando la entonces candidata a presidenta mencionaba a Obama como la gran esperanza negra, no se tradujo luego en sintonía bilateral. El primer chisporroteo diplomático fue por la valija de Antonini Wilson, luego la decepción que manifestó públicamente Cristina Kirchner por lo hecho por Obama en el aniversario de su mandato, y terminó de consolidar los desencuentros el episodio del avión militar estadounidense abordado por el propio canciller Héctor Timerman bajo la acusación de contrabando de armamento militar en febrero de 2011. Desde entonces, el canciller ha bajado el tono y el perfil en sus contactos con el Departamento de Estado, un canal que supo ser su fuerte, pero que ahora no lo es. Finalmente, en noviembre pasado, la reunión entre Obama y la Presidenta en un aparte del cónclave del G20 en Cannes, terminó en un intento de relanzamiento de la relación. En eso está hoy el embajador argentino Jorge Argüello, recientemente trasladado de la sede de Naciones Unidas a la de Washington. Tiene un primer escollo que salvar y es el de las diferencias comerciales, surgidas por los fallos perdidos en el CIADI, donde hoy existen 17 casos activos contra la Argentina en un universo de 372 casos del centro de arbitraje de inversiones del Banco Mundial. Por estos días se está trabajando, como consignó El Cronista, en una fórmula que permita cerrar las diferencias de criterio existentes para terminar de ejecutar los fallos del tribunal internacional. Básicamente, la falta de acuerdo sobre los pagos argentinos fueron la causa por la que los Estados Unidos ha vetado en los últimos meses los pedidos de crédito de la Argentina al Banco Mundial. Además, existe la posibilidad cierta de que Washington sancione al país con la exclusión de los productos argentinos que figuran en el sistema de preferencias de arancel cero. Según las cifras oficiales argentinas, el intercambio bilateral comercial Argentina-Estados Unidos alcanzó los 13.172 millones de dólares en 2011. El otro espacio clave en donde la Argentina deberá recuperar terreno es en el Congreso estadounidense, invadido por lobbystas de los Fondos Buitres que quieren cobrarle al país deudas por bonos en dólares desde la crisis de 2001. El embajador ya comenzó el acercamiento con los congresistas demócratas y republicanos con una carta personal que les envió el mes pasado. También en el Departamento de Estados hay resquemores con el gobierno argentino. Los diplomáticos norteamericanos recuerdan la buena sintonía que comparten la presidenta Cristina Kirchner y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, desde antes incluso, de que cada una ocupara su rol institucional actual. La buena onda mutua no se tradujo en un acercamiento entre los dos países, sino todo lo contrario. ¿Culpa de quienes oficiaron de intermediarios?, se preguntan. La realidad es que, quien conoce el mecanismo de la Casa Rosada, sabe que nada sucede sin la anuencia presidencial. El nombramiento de Argüello, un dirigente político que proviene del peronismo, es una señal de que al menos se quiere reflotar la relación bilateral. De hecho, el embajador tiene diálogo directo con la Presidenta, no sólo en temas que tienen que ver con la Casa Blanca, sino también con las gestiones argentinas ante las Naciones Unidas, aún sin representante nacional. En este contexto de recuperación de la confianza mutua es que existe la posibilidad de que la Presidenta y Obama se vuelvan a sentar a conversar durante la Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo en Cartagena de Indias a mediados de abril próximo. No será la Casa Blanca ni habrá panchos de por medio, pero sería un gesto más hacia la reconciliación bilateral. z we Un relación en stand by * Cristina Kirchner no tiene en agenda ninguna reunión con Obama en 2012. * El vínculo bilateral se encuentra en stand by, tras un principio de acercamiento que luego quedó trunco. * Los chisporroteos arrancaron con la valija de Antonini Wilson y siguieron con otros episodios que terminaron de consolidar los desencuentros. * El reciente nombramiento de Argüello en Washington apunta reconstruir la relación bilateral. * En ese marco, Cristina y Obama podrían volver a conversar en la Cumbre de las Américas en abril próximo.
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