GRACIELA CAMAÑO, MUCHA MUJER
EL AGUIJÓN ON LINE DE SILVIA MERCADO PUBLICÓ:
GRACIELA CAMAÑO: UNA MUJER QUE PUSO A UN GROSERO EN SU LUGAR. Por Silvia Mercado.
Muchos se rasgan las vestiduras por la violencia de la diputada Graciela Camaño, que le estampó una bofetada al diputado Carlos Kunkel en plena reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que ella preside. Raro que una mujer de su trayectoria política, un cuadro sin vueltas, que no llegó adonde está por ser la mujer, ni la amante, ni la hija, ni la secretaria de nadie, haya reaccionado como lo haría cualquier mujer, que se siente menospreciada por el machismo de un sujeto afecto a las provocaciones.
Pero lo hizo. Reaccionó. Y mal. Primero lo desafío con una discusión en igual tono con el que Kunkel venía increpándola. El insistió con ignorarla. Siguió insultándola, pero mirando para otro lado. La Camaño no aguantó más. Amagó con irse, pero no pudo con su bronca y le estampó una sonora bofetada, que se escuchó en todo el salón, y que fue transmitida en directo por los canales de noticias. Las imágenes muestran claramente la satisfacción que ella misma sintió con lo que hizo. Como si hubiera dicho: “tomá”.
Finalmente, la reacción de la diputada fue lo que a veces las mujeres estamos obligadas a hacer: poner a un tipo grosero en su lugar, del único modo en que a veces entienden las cosas.
Los hombres son sujetos complicados. Usan su relación de fuerza con nosotras en todo momento, pero si reaccionamos, nosotras somos las locas. A las mujeres, jamás se nos ocurriría vapulear a varón en público por su esposa o amante, mucho menos cuando está ejerciendo un rol de conducción en una difícil circunstancia, como la que ayer le tocó a la diputada Camaño. Pero los hombres no toleran el poder de las mujeres inteligentes, y son capaces de cualquier cosa con tal de denigrarnos.
Lo peor es que a veces no sólo son hombres los que aceptan la violencia contra nosotras, que debemos tolerar mansamente. A veces son las propias mujeres las que usan los roles de nuestras parejas o ex parejas para anular nuestras posiciones. Son esas mujeres que, como los hombres, no pueden creer que nosotras lleguemos por nosotras mismas, que pensemos por nosotras mismas. Y aunque hayamos dado muestras reiteradas de capacidad, nunca parece suficiente.
FUENTE: EL AGUIJÓN