DEBILIDAD
El Gobierno aumenta jubilaciones y subsidios y disputa discurso opositor.
El Ejecutivo subió 16,8% los haberes y 22,22% las asignaciones. Los incrementos cubren la inflación proyectada por privados y duplican la del Indec. Insiste la oposición con el 82%.
La presidenta Cristina Fernández anunció ayer la esperada suba del 16,9% en las jubilaciones, que llevará el haber mínimo a $1.046,50, y un incremento en las asignaciones familiares del 22,22%, que aumentará en 40 pesos la asignación por hijo, a $ 220. Además, adelantó que el Ministerio del Trabajo convocará al Consejo del Salario para subir el mínimo, vital y móvil, actualmente en $ 1.500. Se trata de medidas que repercuten en los estratos más bajos de la sociedad –los más castigados por la fuerte suba en los precios de los alimentos de este año–, con las que el Gobierno espera darle más impulso al consumo, principal motor de la economía actual, pero que podrían incidir en los precios, pero fundamentalmente recuperar iniciativa política frente a la oposición que impusa en el Congreso el aumento de las jubilaciones mínimas.
Rodeada de su gabinete, legisladores y representantes de entidades empresarias y sindicales, Cristina se valió de más de media hora de cadena nacional para comunicar las medidas. Recordó que, con este aumento y el otorgado en marzo pasado (8,21%), las jubilaciones crecen en el año 26,49%. “De 2003 a hoy, la jubilación mínima subió un 597,8%, es decir. siete veces”, se vanaglorió. El mensaje tenía como claros destinatarios a los legisladores opositores que avanzan en el Congreso (ver pág. 4) con la idea de llevar los haberes al 82% del salario mínimo.
La jubilación mínima pasará desde septiembre desde los actuales $ 895 a $ 1.046,90. Y llegará a $ 1.091,50 si se suma el subsidio correspondiente al PAMI. Pero todavía se encuentra lejos del anhelado 82%. Sin contar el eventual incremento del salario mínimo vital y móvil que dispondrá el Consejo del Salario, la jubilación mínima toca el 70% del salario más bajo del trabajo formal ($ 1.500).
Aumentos y precios
El aumento anual de la jubilación se encuentra algo arriba de los incrementos salariales que, en promedio, obtienen los trabajadores en el año por paritarias, del orden del 25%. Tanto las subas en esos haberes como en la asignación universal por hijo duplican o más el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Indec, que registra un incremento interanual del 11% a junio. Pero apenas cubren las previsiones de incremento de precios que registran las consultoras privadas –entre 20 y 25 por ciento–. Y no alcanzan para paliar la suba en los alimentos, que los privados proyectan en 30% este año.
No obstante, se trata de una gran masa de dinero que irá destinada al mercado interno. “El Gobierno está asegurando el consumo y la actividad económica”, afirmó el ministro de Economía, Amado Boudou. Según los cálculos de la ANSeS que citó la Presidenta, las mejoras en los haberes a jubilados tienen un impacto anual en las cuentas del organismo de $ 14.258 millones, la suba de la asignación por hijo implica otros $ 1.768,8 millones y la de las asignaciones familiares, otros $ 1.966,8 millones.
A sabiendas de que casi $ 18.000 millones extra irán en su mayor parte a consumo, Cristina Fernández alertó a los empresarios: “que no vengan ahora a aumentar los precios porque hay aumentos a los jubilados y en las asignaciones familiares”, dijo. “Esto no les sale un peso, es toda inversión social del Estado”, agregó.
La oposición política, en tanto, leyó la medida como una reacción del Ejecutivo al embate por el 82% móvil, pero anticipó que continuará en esa senda. “Este aumento debe entenderse como la primera cuota del 82% móvil, que junto con la actualización (...) aprobaremos en el Congreso en agosto”, afirmó la diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió. El jefe del bloque de senadores radicales Gerardo Morales consideró que “gracias al trabajo insistente de la oposición, Cristina Fernández se ve obligada a anticipar el aumento, previsto por ley para septiembre.
FUENTE: EL CRONISTA COMERCIAL