Por Diario HOY.-
Así lo afirmó Daniel Tunoni, presidente de la Cámara Pesquera Marplatense, en un escrito presentado en la Juzgado Federal Nº 3 de esa ciudad. Involucró a los integrantes de la plana mayor del organismo recaudador en la operatoria. Un camarista quiere que se lo indague a Echegaray
Para muchos pasó inadvertido que el camarista federal Eduardo Farah le haya pedido al juez Ariel Lijo que cite al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, a declaración indagatoria por su participación en el affaire Ciccone: la compra de la única empresa privada con capacidad para imprimir papel moneda en el país que había quedado en manos de presuntos testaferros del vicepresidente Amado Boudou.
En rigor, el requerimiento de Farah apunta a la médula del escándalo como es el hecho de que la AFIP otorgó un plan de pagos con una extensión extraordinaria de 12 años, aplicando una irrisoria tasa de interés, para cancelar una millonaria deuda impositiva que tenía la compañía, levantar la quiebra y sortear así el principal obstáculo que impedía que vuelva a ser contratada por el Estado.
El juez Lijo, que dictó el procesamiento que alcanzó a Boudou y al entonces jefe de asesores de Echegaray, Rafael Resnick Brenner, había excluido al titular del organismo recaudador que ni siquiera fue citado a declarar en la causa. Ahora bien, una nueva denuncia a la que tuvo acceso Hoy, que involucra directamente al mandamás de la AFIP, podría cambiar el curso del proceso judicial. Se trata del testimonio de un “arrepentido”, de alguien que fue parte de operaciones orquestadas desde la AFIP para perseguir críticos y opositores.
El arrepentido es el presidente de la Cámara Pesquera de Mar del Plata, Daniel Tunoni, quien denunció ante el Juzgado Federal Nº 3 de Mar del Plata lo siguiente: “Necesito explicarle (al juez) que Fernando Villaverde, Sergio Vargas, Resnick Brenner y Ricardo Echegaray fueron los que se quisieron quedar con Ciccone. Por eso el acto administrativo de la quiebra de dicha imprenta lo hicieron Villaverde y Resnick Brenner”.
Según Tunoni, fue Fernando Aibal Villaverde, un estrecho colaborador de Echegaray tanto en la AFIP como en la ONCCA, quien le contó los detalles del plan que orquestaron para quedarse con la compañía. Así buscaron birlarle el negocio a Amado Boudou que, como se sabe, para quedarse con la fábrica de papel moneda había conformado una misteriosa sociedad llamada The Old Fund que tenía como apoderado al monotributista Alejandro Vandenbroele, otro de los procesados en el affaire. Vandenbroele actualmente se encuentra preso en Mendoza en el marco de un pedido de extradición realizado por la Justicia de Uruguay que lo investiga por lavado de dinero.
Villaverde, en los años ’80, era el jefe político de Echegaray cuando ambos estudiaban abogacía en Mar del Plata. A diferencia del actual mandamás de la AFIP, Villaverde nunca terminó la carrera. Pero igual, durante años, se hizo llamar “Doctor”. Hasta habría llegado a cobrar de forma indebida un plus salarial por un título profesional inexistente.
Eso no es todo: también fue denunciado por el diputado nacional Francisco De Narváez de ser uno de los funcionarios que reveló información privada de él y de sus empresas antes del acto electoral de junio de 2009, con el fin de perjudicarlo en su relación con la sociedad.
Estas declaraciones forman parte de un escrito presentado por Tunoni el pasado 24 de junio, quien ratificó sus dichos y amplió su denuncia en una entrevista con Hoy (ver más abajo "Boudou les ganó de mano"). Todo esto se da en el marco de un proceso judicial que se sustancia en los tribunales de La Feliz, donde el empresario pesquero marplatense denunció extorsiones y amenazas de muerte, de parte de funcionarios del organismo recaudador, para que no siga adelante con sus denuncias contra Echegaray. Cabe destacar que Tunoni había sido testigo clave en la causa que judicial que involucró a Echegaray por irregularidades millonarias ocurridas durante su paso como titular de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA).
Uno de los apuntados por el empresario pesquero marplatense es Julio Nieto, actual jefe del Departamento de Servicios al Ciudadano de la AFIP y operador político de Echegaray, quien lo había citado en un bar de Mar del Plata haciéndose pasar por un abogado, bajo el falso nombre de “Julio Contreras”. Le habría dado 14 mil dólares para que se llamara a silencio. Tal como lo viene publicando Hoy, Nieto fue candidato a concejal en 2013 y ahora quiere ir por la intendencia de Quilmes, con el patrocinio del titular del organismo recaudador. Además, aparece vinculado a dos empresas fantasmas fundadas en el año 2012 que fueron radicadas en el barrio porteño de Flores con un domicilio falso.
En definitiva, como diría William Shakespeare, “algo huele a podrido en la AFIP”.
Otra vez los empresarios fantasmas en la mira
Los personajes que aparecen en la denuncia presentada en los tribunales federales de Mar del Plata han formado parte de las investigaciones que, desde hace meses, venimos publicando en el diario Hoy. Por ejemplo, Sergio Vargas, un teniente de navío que además es abogado y durante años se dedicó a defender a represores de la última dictadura militar, es el principal asesor letrado de Echegaray. Y tiene una estrecha relación comercial con otro funcionarios de la AFIP, Guillermo “Willy” Cabezas Fernández, un licenciado en sistemas nacido y criado en Berisso, con quien tiene la empresa fantasma AONIKENK, que figura con un domicilio falso en la ciudad de Neuquén. Los tres –Echegaray, Cabezas Fernández y Vargas- fueron compañeros de promoción en el Liceo Naval Militar de Ensenada.
Vargas habría sido quien negoció con el juez Lijo que la investigación de la causa Ciccone no alcanzara a su jefe y sólo incluyera a Resnick Brenner que, cabe destacar, sigue cumpliendo funciones en la AFIP como titular de la regional de Salta. Allí, además de haber vivido durante dos años en un hotel cinco estrellas, Resnick Brenner está en la mira por presuntas prácticas extorsivas. Y afronta dos juicios iniciados por ARBA en la provincia de Buenos Aires –tiene domicilio en un lujoso club de campo de Pilar- por abultadas deudas en el pago del impuesto Inmobiliario.
“Boudou les ganó de mano”
Así lo afirmó el denunciante de Echegaray en una entrevista con Hoy. Reconoció que funcionarios de la AFIP le ofrecieron dinero y solucionarle los problemas impositivos si se presentaba a declarar en causas armadas contra opositores
Daniel Tunoni tiene 54 años, es empresario pesquero de Mar del Plata y también participa en política: es presidente del Partido Conservador Popular, que integró el Frente por la Victoria en las últimas elecciones y le permitió ser candidato a senador provincial. A diferencia de las habituales denuncias que realizan distintos sectores de la oposición, ahora quien denuncia a la AFIP y a varios de sus funcionarios por corrupción es alguien que aún forma parte del propio oficialismo. Es un “arrepentido” cuyo testimonio es más que elocuente sobre el accionar mafioso que impera en el organismo recaudador.
En definitiva, la historia reciente de nuestro país muestra que “los arrepentidos” o aquellos que se quedan fuera de algún negocio son lo que mayores aportes dan en las causas de corrupción.
En diálogo con Hoy, Tunoni reconoció que para solucionarle problemas impositivos de su empresa pesquera y de la cámara que representa, funcionarios del organismo recaudador le exigieron que se presentara a declarar contra el senador cordobés Luis Juez, a quien desde la AFIP – a través de Fernando Villaverde, que también es de Mar del Plata, sigue siendo asesor del organismo recaudador y mantuvo una amistad con Tunoni- le habría montado una operación para adjudicarle cuentas ocultas en el exterior. Dijo también que le prometieron una candidatura y el otorgamiento de subsidios.
¿Cómo empezó la operación?
El 19 de agosto de 2010 fui una reunión en el Hotel Prince. En esa charla estaban Fernando Villaverde, Rafael Resnick Brenner (entonces jefe de asesores de Echegaray) y Sergio Vargas (abogado del titular de la AFIP). Luego me presenté ante el fiscal Marijuan: me preguntaban por una causa contra el cordobés Luis Juez y qué sabía yo sobre la vida de ese tipo. Lo que yo quería declarar es lo que antes habían armado Villaverde, Vargas y Resnick en relación a lo que yo tenía que decir ante la Justicia. Ellos querían que ese día le sacara todos los quilombos de encima a Echegaray. Yo tenía que ir al Hotel Hilton con la declaración para que ellos corrieran a dársela a Echegaray y viera que se había sacado la causa de encima. En esa ocasión dije que Fernando Villaverde era una buena persona, que no lo conocía personalmente a Echegaray. Fuimos a una oficina que tenía Resnick cerca de Tribunales, en la calle Sarmiento. Ahí me dijeron que me quedara tranquilo, que no me iban a romper más las pelotas, y después se olvidaron de lo que dijeron y todas las causas contra mí siguieron adelante.
-¿Cómo se enteró del plan para quedarse con la ex Ciccone?
Villaverde me dijo lo de Ciccone en una reunión. Ellos después actuaron contra Boudou como una especie de venganza porque realmente les ganó de mano en un negocio que se querían quedar y no pudieron. La quiebra la estaban manejando Fernando Villaverde con un chico de apellido Copari, cuyo padre fue concejal de la UCR durante la época de Alfonsín. El grupo de Echegaray que quería quedarse con la maquinita de hacer billetes estaba formado, entre otros, por Vargas, Andrés Vázquez (titular de la regional sur de la AFIP), Rafael Resnick, Emilio Roberto Eyras (fue segundo de Echegaray en la ONCCA y actualmente es Jefe Interino del Departamento Riesgos, Planificación y Control de la Subdirección General de Auditoría Interna de la AFIP) y otros. Ellos eran los que buscaban la empresa y lo admitieron en una reunión que tuve con todos ellos en un hotel de la Capital Federal.
Ellos usan el miedo como arma para apretar a la gente. Te aprietan con el miedo para que te calles la boca. En la reunión que tuve con ellos, me dijeron que el acto administrativo de Ciccone lo estaba llevando adelante Villaverde, y estaban apurados para que yo declarara todo lo que me venían diciendo. De esa manera limpiaban al jefe y se podían quedar con la empresa sin problemas. Era todo una trama urdida. Mucha gente sabe ahora después del escándalo de Boudou qué es Ciccone, pero en aquel entonces nadie sabía y yo menos ya que sólo estaba preocupado porque me sacaran las causas de encima y poder seguir laburando tranquilo en lo mío.
¿Y cómo siguió el tema?
De esa reunión nos vamos al estudio de Resnick para entregar la declaración que yo había dado a la Justicia. Después pasó el tiempo y lo veo a Resnick hablando en la televisión queriendo limpiar a la AFIP y a su jefe de todos los problemas por el caso Ciccone, culpando a Boudou de todo. Y yo decía: “qué hijo de puta que es este tipo, si este era uno de los que se quería quedar con la empresa”. Se querían limpiar a toda costa cuando ellos mismos se habían querido quedar con un negocio que después uno se da cuenta que les hubiese reportado millones de dólares. Después me llamó el juez Martínez Di Giorgi a declarar y repetí todo lo que me dijeron para que así me sacaran todas las causas de encima. Con Martínez Di Giorgi no sabían que yo había declarado antes con Marijuan y les dije que se refirieran directamente a esa declaración. El fiscal Segarra se puso como loco, decía que cómo no le habían avisado a él que yo antes había declarado sobre el caso. Se los quería comer crudo a todos. Después se siguió avanzando y no me molestaron más por un tiempo.
Cuánto duró la paz?
El quilombo se armó internamente en la AFIP por no haber podido lograr tener la Ciccone. Se pusieron como locos. Entonces se pelearon con Villaverde momentáneamente y me llamó el propio Villaverde para decirme que yo no tenía que ir a la mediación con Echegaray. No me presenté porque me decían que me iban a cagar. Luego me voy a la AFIP para averiguar qué es lo que pasaba conmigo y por qué seguían con las causas contra mi persona, y lo agarro a Resnick en el ascensor. El tipo estaba casi descompuesto. Me empezaron a decir que me olvidara de la candidatura, que me olvidara de los subsidios. Y yo le decía que había acomodado una denuncia para su conveniencia judicial, y que al final tenía más quilombos que antes. Los fileteros, en esos momentos, tenían que acceder a un subsidio de 1.500 pesos que habíamos pactado y no cobraban un peso.
En octubre de 2010 ya se les había caído el negocio de la empresa Ciccone y se la había quedado otra gente. Resnick pensaba que no tenía más tiempo en la Afip, que por no poder quedarse con la empresa lo iban a echar de la Afip. En vez de eso, no sólo no lo castigan sino que lo premian dándole la delegación en Salta.
“Vas a terminar como Julio López”
Fernando Villaverde, amigo y asesor de Ricardo Echegaray en la Afip, amenazó al empresario pesquero Daniel Tunoni en diciembre del año 2011, asegurándole “vas a terminar como Julio López”, en referencia al albañil desaparecido en septiembre de 2006 luego de declarar contra Miguel Etchecolatz en juicios por delitos de lesa humanidad..
Según la denuncia radicada en la Comisaría Distrital Mar del Plata Segunda, Fernando Villaverde se acercó a Tunoni cuando éste se encontraba en un café ubicado en la calle Colón entre Olazábal y San Juan, y le profiere una amenaza al aseverar “no te presentes a la declaración con el hijo de puta de Echegaray, porque todavía no me nombraron en la Afip o en otra dependencia, yo te voy a dar pruebas para hacer mierda a Echegaray. Si no hacés lo que te digo, vas a terminar como Julio López”.
Un testigo confirma la turbia operación
Carmelo Impari es un comisario retirado que se desempeñó como jefe departamental en La Plata y en Mar del Plata. Es testigo en la causa que impulsa Daniel Tunoni.
“Cuando Echegaray entra en la ONCCA se lleva a toda su gente, y la mayoría de ellos era gente de acá de Mar del Plata, eran todos compañeros de la universidad. El tipo más jodido de los que están al lado de él es Sergio Vargas, que es el que hace los contactos judiciales. Cuando estaba en la Marina escondía a los represores que estaban escapando de la Justicia, y hoy es el Monje Negro de Echegaray: el que dice este sí, este no”, afirmó Impari.
“En la reunión que yo presencié y donde Villaverde contó que ellos se querían quedar con Ciccone, dejó en claro que era un negocio de 15 millones de dólares. No hay ninguna duda de que tanto Villaverde, como Echegaray, Vargas y Resnick se querían quedar con Ciccone. Tanto Echegaray, como Villaverde, eran militantes de la Upau (el varazo universitario de la Ucedé) y siempre han trabajado juntos”, dijo el testigo.
Impari remarcó: “Yo conozco a Sergio Vargas, Fernando Villaverde y Rafael Resnick. No tengo ningún problema en que llamen para un careo. Lo que llama la atención es que se los siga bancando desde el poder a estos tipos. Tiene que haber un motivo muy grande para que sigan trabajando de esta manera. Son vulgares ladrones”.
Y concluyó: “Fui testigo de todo lo que le pasó a Tunoni. Villaverde anotó un montón de cosas en una servilleta, que la tiene Tunoni. Nos reunimos todos en el Hotel Prince, en la parte de atrás en el lobby donde se desayuna. Y estaba Vargas esperando en un auto para ir corriendo a llevarle a su jefe la declaración para que la leyera y viera que todo se había solucionado. Trabajan de esta manera estos tipos.
Vargas es un operador de Comodoro Py. A mí el propio Resnick me dijo refiriéndose a Echegaray, ¡no sabés en manos de quién estamos!. No es que me dijeron o me contaron, yo fui testigo presencial, estuve en el estudio jurídico que era de Resnick a una cuadra del Luna Park. Y también nos reunimos en el despacho de la Jefatura de Gabinete de la Afip. En ese momento había una pelea entre ellos, ya que Resnick decía que a él lo tenían abandonado y que pensaba que le quedaba poco tiempo de vida dentro de la Afip porque creía que lo iban a echar. Pero cuando se desdice de su primera declaración en la causa Ciccone, aparece como delegado en Salta como un premio por salvar al jefe”.