HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 8 de junio de 2012

EL PINGUINO PRESIDENTE Y AMIGO DEL CLUB PETROLERO-MINERO


Por Javier LLorens

Antes de asumir a la Presidencia, El Pingüino logró que su entonces mentor el presidente Duhalde, permitiera nuevamente a la Anglo Gold de Cerro Vanguardia, retener íntegramente las divisas en el exterior. Beneficio que luego también se repuso a los petroleros. Y casi inmediatamente después de asumir se despachó con un decreto de necesidad y urgencia transfiriéndoles a las provincias determinadas áreas con existencias de petróleo, como una anticipo a la “ley corta” de hidrocarburos que vendría después, que hoy se procura de revertir. El Pingüino también armó un acuerdo de precios monopólicos con productores de petróleo y refinadores, para tratar de "estabilizar" el precio de los combustibles en alrededor de u$s 30 el barril, aunque este bajara de precios a favor de los consumidores, que así nunca recibirían rebaja alguna. Los ententes con el Club del Petróleo presidido por Oscar Vicente, CEO de Pérez Compac / Petrobras, también incluían desgravar las inversiones en exploración, aumentar sustancialmente el precio del gas natural hasta nivelarlo con el petróleo, y sancionar la “ley corta” de hidrocarburos, para transferir íntegramente el control de estos a las provincias productoras. O sea un juego de todo para ellos, y por eso el presidente norteamericano Kennedy los llamaba el SOB Club (Son Of Bitch Club) cuya traducción es obvia. VER MÁS
Y quizás por eso pagó con su vida en Dallas, con un asesinato que nunca se aclaró debidamente. El lobista petrolero Vicente se jactaba de llamar “Lupo” a Kirchner. No porque el Pingüino fuera un lobo, sino por su parecido a Lupín, y las acrobacias que este se mandaba, parecidas a las de El Pingüino en la política. De igual manera que llama “Cabezón” al ex presidente Duhalde, por el tamaño de su cabeza. Pero no por el contenido de ella, porque el Cabezón se olvidó de reglamentar las retenciones al petróleo que dispuso el Congreso en plena crisis en el 2002, para atender los pagos de la deuda. Solo se acordó de ello cuando una denuncia penal lo acusó de incumplimiento a sus deberes de funcionario, pero con su mala memoria se olvidó de ponerle retenciones a las exportaciones de gas natural. Cosa de la que también El Pingüino tardó casi un año en darse cuenta, y otros tres años en elevarlas a un nivel razonable y fijar su precio de referencia. Tras una denuncia penal que realizamos a mediados del 2006 con el diputado mandato (bien) cumplido Mario Cafiero, en relación con las exportaciones de gas, tema que por su enorme trascendencia se expone seguidamente por separado. Los muchachos del poderoso Club del Petróleo o SOB Club, siempre encuentran amigos desmemoriados o distraídos. Y por eso se pusieron muy contentos cuando Duhalde les anunció que su candidato a presidente sería El Pingüino, con quién hasta ese momento habían mantenido inmejorables relaciones. El sector petrolero privado es el único que salió claramente ganancioso a lo largo de todos y cada uno los últimos gobiernos que tuvo Argentina, desde el Proceso Militar en adelante. A medida que nuestros gobernantes fracasaban estrepitosamente, y cundía la pobreza y la desesperanza en el pueblo, como paradojal contraste, el Club del Petróleo o SOB Club mejoró en forma incesante su situación. Pasó de ser un mero apéndice de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales, a quedarse con toda la actividad del sector, incluida YPF, a contramano de lo que sus siglas expresan. Y con precios internacionalizados hasta el derrumbe de la convertibilidad, pese a tratarse de petróleo y gas argentino, extraídos por argentinos, de yacimientos argentinos. Esto habla a las claras por un lado, de la magistral capacidad de lobby, corrupción, e influencia en la opinión pública, con que ese sector cuenta en defensa de sus opacos intereses. Y por otro lado de la ilusa actitud de nuestros gobernantes, que repitiendo la tragedia de Fausto, parecen haber creído que por dejarse cooptar por este poderosísimo sector de la economía nacional e internacional, tenían allanadas sus dificultades y asegurados sus destinos como gobernantes, con prescindencia del destino de los argentinos.
Alejandro Gómez, el vicepresidente de la Nación compañero de fórmula de Frondizi, que renunció a poco de asumir por su total discrepancia con la política petrolera que inauguró este último, totalmente opuesta a la que había predicado previamente, dijo que “las fuentes de recurso que da a las Compañías el petróleo es tan inmenso, que corrompe políticos, provoca revoluciones, soborna talentos y al final los pueblos entran en la claudicación y el vasallaje”. Eso es lo que pasó en Argentina, desde el `55 en adelante. Por eso Mosconi, ante las enormes dificultades que había enfrentado, sostenía la necesidad del monopolio mixto estatal “dado que dos organizaciones, la fiscal y la privada, no pueden coexistir, pues representan dos intereses antagónicos, destinados a vivir en lucha, de la cual solo por excepción saldrá triunfante la organización estatista”. Por la elemental razón que la primera no puede aplicar el “todo vale” que si puede desarrollar la segunda, acicateada por la codicia ante los enormes márgenes que brinda la actividad petrolera. Tal como quedó ejemplificado con la trayectoria de YPF, que terminó siendo devorada por sus contratistas y competidores. Para pasar a convertirse con REPSOL, en un instrumento de descomunales negociados, directamente en contra de los intereses del país, como se verá seguidamente. Razón por la que YPF en manos de REPSOL, debería llamarse a la inversa FPY, siglas de Fulera, Perniciosa, y Yaciente.
Oscar Vicente, CEO de Pérez Companc y Petrobras, con el presidente Kirchner Foto del 23/4/04 distribuida por Presidencia de la Nación. En el 2004 El Pingüino promovió la ley de creación de la empresa seudo estatal ENARSA, que el Congreso aprobó sin cambiarle una coma, como acostumbra hacer el kirchnerismo. La que en realidad funciona como una sociedad comercial común, lejos del control estatal, igual que quiere hacerse ahora con YPF. A la cual inusitadamente se hizo dueña de todo el petróleo que se encuentre en la extensísima plataforma continental argentina, inclusa la de la zona en disputa de Malvinas, donde se supone que existen enormes cantidades de él. No obstante Enarsa después de ocho años no extrajo una sola gota de petróleo de allí.
Por contrario su función principal ha sido la de importar derivados del petróleo, y sobre todo gas natural. Por montos con un crecimiento exponencial, con los que ahora el gobierno justifica
la expropiación de YPF. Se convirtió así, como se verá, en un vehículo de los tremendos negocios gasíferos de REPSOL. Y su función secundaria fue la de brindar altísimas retribuciones a sus directivos y ejecutivos, como una especie de sinecuras o canonjías petroleras, en retribución de los apoyos brindados al gobierno en otras áreas. Y esto sin contar con su intervención en el affaire de la valija de Antonini Wilson. En el 2007 El Pingüino promovió la “ley corta” de hidrocarburos, que el Congreso como acostumbra, aprobó sin cambiarle una coma. Se le llama así porque no se sabía qué hacer con la vieja ley de hidrocarburos seudo estatista sancionada por Onganía y Krieger Vasena. Cuya confección en inglés algunos historiadores la atribuyen a Walter Levy, el especialista en petróleo que integraba el cuerpo científico de la CIA; y cuya traducción al español la habría hecho la secretaría bilingüe de la petrolera ASTRA. A la que hoy paradojalmente los integrantes del SOB Club denostan, por ser demasiado progresista. Ya que en ella se preveía el desenganche de los precios locales de los internacionales, si estos aumentaban en demasía como sucede actualmente; impuestos especiales a la renta petrolera; limitación en la cantidad y superficies de áreas a acaparar por concesionario, etc. Su nombre de corta le cabe en todo sentido, incluso a quienes la promovieron y sancionaron. Con ella se transfirió íntegramente la administración y el control del petróleo a las provincias. Desempoderando a la Nación, e introduciendo una enorme caos y anarquía en la cuestión petrolera, al superponerse con la legislación de Onganía. La que incluso establecía un impuesto a las ganancias del 50 % sobre las rentas petroleras, que fue expeditivamente anulado por Menem y Cavallo. Y ya se sabe que a rio revuelto, la ganancia de es de los pescadores, o mejor dicho, de los pecadores, que sobreabundan en el mundo del petróleo. Y máxime cuando su precio llega a niveles inusitados, como fue el caso en el 2007, al perforar el techo histórico de 100 dólares el barril. Lo que requería por ende una urgente intervención estatal, y no una caotización estatal. Caos petrolero que ahora aparentemente se trata de desandar, con el proyecto la ley de Soberanía Hidrocarburífera con el que se estatiza parte de YPF. Las provincias, carentes enteramente de competencias petroleras, y con desigual poder de negociación frente las poderosas compañías integrantes del SOB Club, hicieron cualquier barrabasada con ella. Desde prorrogar anticipadamente los contratos por cuarenta años más, como se hizo con el principal yacimiento de argentina, Cerro Dragón, localizado en Chubut y Santa Cruz. El que es explotado por la BP inglesa y por los Bulgheroni (Bridas) estrechamente relacionados estos últimos con la ESSO – EXXON. Sus artífices fueron el ex gobernador Das Neves y el hoy ministro de Agricultura Yahuar. Al mismo tiempo que se denunciaba el pago de una sustancial coima de 300 millones de dólares. Y seguidamente hubo una transferencia de la parte de BP a favor de Bridas, por el colosal monto de 7.100 millones de dólares. Equivalente a cinco veces el actual presupuesto de Chubut, del que esa provincia no recibió ni siquiera el importe de su sellado, dado que se concretó íntegramente en el exterior. Traspaso que recientemente se rescindió con el pago de 700 millones de dólares por parte de BP, como si fuera el laudo de una cena en un restaurante de lujo, pese a que ese monto equivale a la mitad del presupuesto chubutense.
La “ley corta” también sirvió para obsequiar yacimientos a empresarios compinches. Como el grupo Vilas - Manzano en Mendoza, por parte del gobernador Cobos. O Lázaro Baez y Cristobal López en Santa Cruz, por parte del gobernador Peralta. Los cuales, pese no saber nada de petróleo, como si se tratara de una inversión inmobiliaria, no hicieron nada de nada con ellos. A la espera de que el precio interno del crudo se pusiera al nivel del internacional, y así transferirlos con enormes ganancias a los que saben algo de él, y estén dispuestos a ensuciarse las manos para sacarlo de bajo tierra. Obligado a aumentar las retenciones al petróleo crudo ante el sostenido crecimiento de su precio internacional, El Pingüino, para dejar contentos a los muchachos del SOB Club, dispuso a la par poner las retenciones a las exportaciones de los derivados del petróleo a un nivel mínimo. De manera tal que las ganancias que no pudieran obtener exportando crudo, la obtuvieran exportando nafta, gasoil, fuel oil, etc. Y para compensar aun mas a los muchachos del SOB Club, también dejó que internamente pusieran el precio que quisieran al gasoil, considerando que el campo que andaba viento en popa, tenía espaldas con que pagarlo. De esa manera el litro de gasoil saltó de menos de 50 ctvs durante la convertibilidad, a 3 pesos y luego a 6. O sea veinte veces más, mientras que los transportistas y otros amigos del gobierno, aún lo consiguen al precio de 50 ctvs de los `90. A costa de los enormes subsidios que soporta el estado, que los petroleros con REPSOL a la cabeza descuentan directamente de las retenciones.

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