HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 12 de septiembre de 2011

Carlos Bruno
"SI BRASIL DEVALÚA UN 15%, NOS DEJA FUERA DEL MERCADO"


Carlos Bruno es el titular del Cenit, un centro de investigaciones especializado en investigar las posibilidades del desarrollo argentino. Arquitecto y funcionario del gobierno de Alfonsin, analiza en profundidad el futurod e la relación con Brasil y su impacto en el país.

Las oficinas del Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit) están en un imponente edifició francés de Callao y Córdoba. La entrevista con Carlos Bruno se realiza en una sala monoplizada por una amplia mesa de madera. Un vaso de agua sobre una prolija servilleta separa al entrevistado del entrevistador.

¿Es correcto asimilar este nuevo pico de la crisis global con el experimentado en el 2008?

La crisis del 2008 fue motivada por el apalancamiento de la economía, había un determinado volumen de producto a nivel mundial y una serie de instrumentos financieros creados por los grandes fondos de inversión, convirtieron eso en mucho más dinero que el que realmente se producía. El elemento más significativo de esto fue el de los créditos hipotecarios, pero fue mucho más grande y complejo. En la práctica se vivía con una riqueza no generada, una riqueza ficticia. Con el ajuste de la crisis del 2008 se evita una quiebra internacional parecida a la de acá en el 2001. Una corrida en la que todo el mundo va a los bancos a sacar sus ahorros, pero a nivel mundial. El gobierno de Bush da un shock de confianza después de la quiebra de Lehman Brothers.

¿Qué significó esta gigantesca inyección de dinero en la práctica? Que los gobiernos le dan la confianza suficiente a la población de que está el dinero, para que no corran a retirarlo y así evitar una quiebra masiva. Pero por otro lado, inyectaron una cantidad de dinero físico tan grande que la única manera de absorberlo en términos reales es que pierda valor. Es decir el dólar se devalúa, lo que provocó un repunte del oro, que pasó de 400 dólares la onza a 1800. También se valorizaron las commodities.

O sea una buena noticia para la Argentina...

El aumento en los precios de las commodities es beneficioso para Brasil y la Argentina que son grandes exportadores de materias primas. En ese contexto entra mucho dinero, que volcado al mercado interno genera un proceso de crecimiento interesante. La crisis, para los países latinoamericanos, ha sido favorable. Por supuesto ha tenido un costado desfavorable que es cortar flujos de inversión financieros, pero como Argentina después del 2001 estaba muy aislada del sistema financiero internacional ese efecto fue secundario. Eso fue lo que ocurrió.

¿Y qué está pasando ahora?

Lo que pasa ahora es que la crisis focalizada en Estados Unidos y el dólar se desplazó hacia Europa y el euro ¿Qué diferencias tienen? Estados Unidos es una economía mucho más consistente que la europea, en el sentido de que tiene menos debilidades internas. En Estados Unidos el que no funciona quiebra. En cambio en Europa, al existir un Estado de Bienestar, los Estados tienden a contener los fenómenos extremos. Con esta política van creando un nivel de ineficiencia que cuando la situación se vuelve crítica, pasan a un primer plano. Es lo que ocurre en Grecia, Irlanda, Portugal. Es muy parecido a lo que pasó en la Argentina: ellos tienen una Convertibilidad, pero con el Euro. Su nivel de competitividad es menor, pero no pueden devaluar porque significaría romper con el sistema de moneda común.

¿Cómo piensa que se sale de esa situación?

A mi juicio lo que pasa en Europa revela que Grecia es insalvable. No va a poder pagar su deuda. Entonces, o Grecia va a la quiebra, algo inaceptable para la Union Europea, o probablemente se vaya produciendo un refinanciamiento de mediano y largo plazo en donde se empiece a castigar el valor real de la deuda porque el conjunto de los bancos europeos, con Alemania como sostén, van a empezar a comprar deuda a valor de mercado. Lo que están haciendo con esta medida es castigar esta deuda con un 30, 35, 40 por ciento. Es algo parecido a hacer un default. Lo que dicen los analistas es que esto técnicamente es un default. Pero se da de esta manera porque Alemania no va a regalarle a Grecia toda la deuda que tiene porque caería el gobierno de Merkel. El discurso en Alemania es “¿Por qué si los griegos viven tan bien y nosotros somos tan laburantes, tenemos que pagarle la deuda?”.

¿Qué consecuencias puede producir esto en la Argentina?

El fenómeno de la crisis de Europa se asocia al fenómeno de la crisis en Estados Unidos, entonces tenemos enormes inyecciones de dólares y euros. Todo el sistema internacional está lleno de papeles que cada vez valen menos y esto trae como consecuencia una solidificación en el precio de los commodities y un “volcamiento” del crecimiento hacia los países emergentes que no fueron contaminados, que son los que no producen en dólares o euros, sino pesos, reales, yuan, etc.

Ahora, lo que van a hacer los países centrales para enfrentar este problema es enfriar la economía. El único modo de que este volumen de dinero tan enorme no genere una inflación incontrolable. El efecto último que se produce con la crisis es que vamos a tener un sistema más competitivo empresarialmente, pero también más cruel, el ajuste lo van a pagar los laburantes. La tasa de desempleo estructural va a ser mayor en EEUU y en Europa y nuestros países van a tener que responder dependiendo a la particularidad de cada uno.

¿Qué quiere decir?

Que si hay una recesión fuerte a nivel internacional el panorama puede ser serio. Pero en mi opinión esto no va a suceder, lo que va a haber es una administración de la crisis por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea que van a hacer que el aterrizaje sea suave. Si esto finalmente es así, vamos a sufrir, pero poco.

Brasil

¿Dónde cree que radica la mayor vulnerabilidad de la economía argentina?

Para la Argentina, el principal destino de sus exportaciones es Brasil, donde se exportan entre 16.000 y 16.500 millones de dólares, casi el 20% de las exportaciones totales. Pero lo importante no es tanto el número sino que son exportaciones con valor agregado, es decir, las que generan empleo. En cambio a China le exportamos 6, 7 mil millones de dólares que son básicamente commodities, soja esencialmente, que no genera una cantidad de empleos grande. Sin embargo, tienen un aspecto muy importante, generan una caja para el Estado muy grande, que a través de las retenciones se queda con el 35 por ciento de todo ese negocio, que tomando todo el complejo agrícola-ganadero oscila entre los 17 y 18 mil millones de dólares. Son 6 mil millones de dólares que le quedan.

Pero hay que saber que con Brasil no tenemos una economía de mercado como con el resto del mundo, sino que está administrada gracias a la relación especial y el funcionamiento del Mercosur, que ha permitido que exportemos todos los productos con valor agregado a ese país.

¿Cree que Brasil va a sufrir la crisis global?

Sí, porque se convirtió en una de las estrellitas de moda de los últimos años, está entre los países emergentes con más potencial porque tiene el tamaño mínimo necesario para pegar un salto tecnológico, junto con Rusia, India y China. El problema de Brasil es que en caso de un impacto de la crisis lo primero que van a disminuir son los ingresos de capitales extranjeros. Esta disminución no va a ser demasiado mala, porque le va a permitir devaluar su moneda. Hoy ese capital financiero que entra en Brasil mantiene al real en un lugar muy fuerte. Les está pasando lo que nos pasaba a nosotros en la convertibilidad, es decir, se está volviendo poco competitivo. Si le pega la crisis se va a revaluar el dólar yl real se va a volver más competitivo. Esto que es bueno para Brasil pero es malo para nosotros. Si devalúa en un orden del quince por ciento a nosotros nos deja completamente fuera del mercado, porque esa es la ventaja que nos permite ser competitivos en su mercado.

Un pronóstico alarmante...

Pero no es el único riesgo. El segundo problema comercial es quizás todavía más serio. Cuando una economía empieza a sufrir tensiones recesivas, se vuelve proteccionista. Y Brasil tiene una larga tradición proteccionista, es un país en donde el Estado administra mucho las cuentas externas. Si se acentúa la recesión en los países desarrollados y a Brasil le cuesta más exportar a sus mercados, va a tratar de hacer dos cosas: parar las importaciones -con lo cual la Argentina va a sufrir un parate de sus exportaciones- e incentivar sus exportaciones, con lo cual corremos el peligro de llenarnos de productos brasileños.

La gente no entiende cuando Moreno hace estas cosas de parar productos en la frontera. Lo que hace el secretario, quizás un poco groseramente, es la tendencia mundial de cualquier país en una época de crisis, que es volverse proteccionista. Se puede hacer de un modo más fino o no, quedar mejor con la OMC, pero el sentido es el mismo.

La devaluación del real

¿Qué posibilidades hay de que Brasil devalúe ese quince por ciento que nos perjudicaría?

Lo que creo es que el peso del lobby empresario en Brasil es enorme. Y es muy impresionante lo caro que está el país. Eso cuando lo llevas a la escala empresaria significa que les está costando exportar y están importando mucho, tienen un déficit comercial enorme, más de 40 mil millones dólares, que se equilibra con la apabullante entrada de capitales. Pero es peligroso porque cuando se frena la entrada tenés que salir a pagar las compras. Yo creo que tenemos un horizonte de una devaluación progresiva, no un escándalo como la de Cardoso en el 98 que fue del 30 por ciento.

¿En caso de que suceda esta devaluación, qué podría hacer la Argentina?

Argentina puede tratar de negociar políticamente para que el nivel de proteccionismo de Brasil se vuelque hacia afuera del Mercosur. Y no creo que no estén dispuestos a negociar, porque además Argentina no pesa tanto en las cuentas externas de Brasil. Pero debería ser una negociación, no parando los autos en la frontera.

Lo que hay que hacer es sentarse a negociar, decir “acá hay una crisis, ustedes quieren exportarle a todo el mundo, nosotros también, pero entre nosotros no nos pisemos los pies”. Yo creo que Brasil prefiere tener un frente Mercosur tranquilo, aunque eso le cueste algo en comercio exterior.

¿Qué medidas podría tomar la Argentina para contribuir a ese entendimiento?

Nos queda la carta política. Argentina con Brasil tiene un proyecto estratégico de desarrollo conjunto, que es muy importante para ambos, pero que tampoco es una garantía de felicidad permanente. Porque lo que está pasando con Brasil es que su objetivo es convertirse en un país con incidencia internacional. La relación con Argentina fue muy importante hace treinta o veinte años, para conformar el Mercosur y presentarse como un país no aislado de América Latina. No olvidemos que es el único de habla portuguesa, descendiente del imperio portugués, con toda la connotación que esto implica, rodeado de países de habla hispana descendientes del imperio español.

Lo que pasa ahora es que Brasil está teniendo un proceso de presencia internacional a través del fenómeno de los BRIC y de su activa política de internacionalización empresaria, que se hace alrededor de un grupo muy fuerte de empresas de origen brasilero muy consistentes que se han desarrollado a partir de su mercado interno, pero que salen a disputar en el mundo apoyadas por el BNDS, el banco de desarrollo brasilero. Con lo cual, la presencia de Brasil en el Mercosur ya no es solo del Mercosur sino en toda America del Sur, por eso la aparición de la Unasur y la importancia que le da el país vecino.

¿Alguna similitud con el proceso de integración de Europa?

Podemos hacer un paralelo con la Comunidad Europea que en sus inicios estaba basada en la relación Francia-Alemania. Exagerando, podemos decir que el Mercosur estuvo armado sobre un eje equilibrado Argentina-Brasil. Lo que pasa en la nueva etapa, es que Alemania forzó la entrada de los demás países de Europa, que eran de la órbita de la ex Unión Soviética y se puso a sí misma como centro geográfico, político y económico de la Unnion Europea. Salvando las diferencias, Brasil está haciendo algo parecido en América del Sur. El modelo Mercosur le sirvió para una etapa y ahora está proyectándose como un centro de poder en la región.

¿Y qué lugar ocupa la Argentina en la región en esta nueva etapa?

El otro componente nuevo en el escenario regional es reconocer que Argentina pasó a tener un peso relativo, por infinitas razones, de las cuales la crisis del 2001 es central. Y en contraposición, la superación de la guerrilla de las FARC en Colombia y un cierto estado de equilibrio que está empezando a crear entre Colombia y Venezuela, empiezan a generar un núcleo de desarrollo relativamente importante que va a ser en el mediano plazo tanto o más importante que el de la Argentina.

En este marco una cosa importante que Argentina debería hacer, es volver a recuperar el espacio de una negociación con Brasil para el diseño de estrategias de desarrollo, cosa que se abandonó en la época del menemismo. Hoy el único sector que funciona bien es el automotriz.

Las automotrices y la relación comercial

¿Por qué sólo el sector automotriz está integrado?

Por sus características. Son las mismas empresas de los dos lados y son muy pocas. Vos te sentas acá con los dueños y les decís “quiero integrarme con Brasil en un proyecto que reparta la producción en los dos países, con políticas para proveedores, etc” y combinas con Brasil para que hagan lo mismo allá. ¿Qué hacen los dueños? Observan los números, y ven que Brasil tiene un producto que es tres veces y medio el de Argentina. Entonces por cada millón que invierten en la Argentina ponen tres y medio en Brasil y el sistema se mantiene equilibrado. En la práctica hay una tendencia a que el mercado mayor absorbe más, pero se va equilibrando con las negociaciones comerciales y esto es muy interesante para Argentina, porque es un sector dinamizador que genera puestos de mucho valor agregado.

¿Y qué es lo que está faltando en la relación bilateral?

El fenómeno de la negociación ha quedado reducido a sentarse a negociar cuando hay problemas. Esto genera desgastes, rispideces políticas y una serie de no construcciones hacia adelante. Por ejemplo, la Argentina critica el papel del BNDS en su financiamiento a empresas brasileñas. Uno puede tener sus críticas, pero la realidad es que lo que Argentina necesita es su propio BNDS, que ayude a las empresas argentinas a internacionalizarse, mejorar sus exportaciones, incorporar competitividad, valor agregado, es decir lo que hace el BNDS en Brasil. Hay algunas ideas que parecerían indicar que en el próximo gobierno hay una preocupación grande alrededor a esto. La competitividad es un tema central para la próxima etapa de la Argentina.

¿Qué señales observa que lo llevan a pensar esto?

Esto se vio, por ejemplo, en el encuentro de la semana pasada de la Casa de Las Américas en la que tanto Boudou como Giorgi y Marcó del Pont acordaron en que había que mejorar la competitividad, apuntar a incorporar innovaciones, ciencia y tecnología. Va en línea con mostrar a Tecnópolis como símbolo de lo que hay que hacer. Ojala se siga en este sentido. Yo creo que el problema actual de la Argentina es ese, la etapa del usufructo de la estructura industrial de la década del 90, que había quedado ociosa después de la crisis del 2001, está saturada.

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