PAIS ADOLESCENTE
Lole vice, la fantasía de Cristina.
Por Fernando Gonzalez. Director Periodístico de El Cronista
Las mujeres de la política, y unos cuántos hombres también claro, alimentan desde hace años la mayor fantasía del poder: que Carlos Reutemann sea candidato a presidente. El mito reina sobre todo en el peronismo desde que Carlos Menem lo sacó de su exilio de piloto de Fórmula Uno retirado y lo invitó a disputar la gobernación de Santa Fe en 1991. Desde entonces, Lole venció a cada oponente al que se enfrentó en su provincia y fue, además de gobernador, senador y diputado. Pero los muchachos quieren ir por más. Lo quieren ver presidente.
n Los dos no a Duhalde. El primero en hacerle la oferta fue Eduardo Duhalde, allá por 1999 y cuando el bonaerense de Lomas de Zamora empezaba a sospechar que iba a ser derrotado por Fernando De la Rúa. “Si vas vos Lole, yo me bajo...”, le rogó Duhalde al pie de una cosechadora en el campo Los Aromos, que Reutemann tiene en Llambí Campbell. Es que al Lole le gusta meditar allí sus decisiones importantes y dar vueltas enigmático arriba de la cosechadora. Pero a Duhalde le dijo que no porque no quería terciar en la interna con Menem. Cuatro años después, se lo volvió a pedir, porque a Duhalde no lo convencían ni José Manuel De la Sota ni Néstor Kirchner. Pero Lole, hombre difícil, volvió a decirle que no.
n Cristina busca un checkmate. Transitando con entereza el dolor por la muerte de su esposo, la Presidenta ha leído las encuestas que le otorgan ventaja sobre todos sus eventuales oponentes y proyectan la posibilidad de su reelección. Sólo avizora a un dirigente con chances de cambiar ese escenario. ¿Adivinan? Es Reutemann por supuesto. Le han dicho que Lole tiene ganas de intentarlo esta vez pero que no lo hará si la candidata es ella. “Hay que buscar una fórmula de jaque mate y que no haya ningún espacio para ballottage”, es la frase de moda en la Quinta de Olivos. Creen que allí se termina todo. “Cristina presidenta, Lole vice”, repiten como una letanía.
n El kirchnerismo pasteurizado. Los colaboradores más ásperos de la Presidenta sonríen ante la mención de la dupla Cristina-Lole. “Viniendo de una provincia lechera, podemos empezar a hablar de kirchnerismo pasteurizado...”, bromean. Y ubican la apuesta por Reutemann como el corolario de la cadena de gestos moderados que arrancó con el Club de París; la convocatoria al diálogo social; las señales al FMI y los guiños con la oposición en el anuncio del descubrimiento de reservas de gas por parte de YPF. Estos movimientos guardan más sintonía con el discurso de campaña que Cristina acuñó en 2007 y que tiró por la borda a partir de la guerra con el campo.
n Cero twitter, cero WikiLeaks. Luego de la épica kirchnerista que acompañó el duelo por el ex presidente, se apagó la furia oficialista que atronaba la red social de moda. Los ministros y secretarios más belicosos le han bajado el tono a sus mensajes y el twitter Presidenta CFK sólo registra anuncios, actos públicos y homenajes. El otro punto notorio de la comunicación presidencial es el silencio ante las revelaciones de los documentos de WikiLeaks en los que el Departamento de Estado se interesaba por su situación emocional. Apenas una desmentida de Aníbal Fernández a las fuertes menciones sobre su persona y alguna reflexión olvidable de Amado Boudou. Pero Cristina esta vez eligió no responder y sólo difundir magnánima las disculpas que Hillary Clinton le transmitió por el apaleado teléfono rojo de Barack Obama.
FUENTE: EL CRONISTA COMERCIAL
