LA CHIVA EN REMOJO

Enfurecido, Kirchner diagrama proyecto para subir jubilaciones y prepara cumbre de diputados.

El ex presidente expresó a varios diputados su bronca por la pasividad con la que aceptaron los dictámenes de movilidad jubilatoria y el secreto de la declaración de Sadous. Y diagramó la contraofensiva: posponer la reunión de la Comisión de Presupuesto y tener para esa fecha un proyecto propio de aumento jubilatorio. Tiemblan Rossi, Fellner y Fadel.

Desde su refugio de Olivos, Néstor Kirchner terminó la semana con frases hirientes hacia los diputados del bloque oficialista que le reportan sin intermediarios, como Gustavo Marconato, Teresa García, Juliana Di Tulio y Carlos Kunkel.

Los legisladores debieron escuchar la furia que le deparó al santacruceño las dos derrotas de la semana pasada en la Cámara baja, producto de nuevos acuerdos entre los opositores: el dictamen a favor del retorno de la jubilación móvil del 82% del salario mínimo y la permanencia del secreto de la exposición ante la Comisión de Relaciones Internacionales del ex embajador en Venezuela, Eduardo Sadous.

El primer golpe caló hondo en la Casa Rodada, desde donde comenzaron los llamados cruzados con el Congreso en busca de una estrategia de resistencia más efectiva. Fue en ese momento cuando las máximas autoridades del bloque se reunieron en el despacho de Patricia Fadel para diagramar los pasos a seguir y pospusieron un día la reunión de labor parlamentaria.

De esa tertulia salió la poca efectiva estrategia vislumbrada al día siguiente: pelear en el recinto la difusión de la declaración de Sadous y el freno a los cambios al Consejos de la Magistratura, para lo que contaron con la complicidad del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, no siempre dispuesto a pasar por encima de reglamentos y acuerdos parlamentarios. Con la mayoría del recinto en contra, ningún objetivo salió.

Kirchner, que también es diputado, tomó nota y salió a jugar. Les blanqueó su desagrado a sus compañeros y les pidió que estiren al menos una semana la Comisión de Presupuesto, donde debe debatirse la movilidad jubilatoria. Y comenzó a organizar una nueva reunión de bloque, con él como juez y parte.

La contraofensiva no termina ahí. Para cuando Marconato reúna a su Comisión, suponen en la Cámara, el Gobierno ya habrá anunciado un proyecto con la versión propia de la movilidad jubilatoria, con la única misión de eclipsar las iniciativas opositores. Si eso nunca ocurrió, la misión será resistir.

La pasividad de la que kirchneristas del bloque citan como motivo de furia en Olivos se debe, en realidad, a cuestiones meramente formales: la tranquilidad con la que Fellner convoca a sesiones o la de Rossi para aceptar tratar proyectos con la derrota asegurada. Es, en definitiva, la naturalización de un panorama adverso heredado tras los prematuros comicios de hace un año.

“La idea era resistir y que ellos queden como golpistas y eso no está pasando. Si es necesario, no habría que ir a las sesiones”, explicó a LPO una fuente del bloque que suele caminar por Olivos.

Quien también tiene la lupa de la Rosada puesta es Patricia Fadel, vicepresidenta segunda de la Cámara, cargo para el que fue promovida nada menos que por Juan Carlos Mazzón, asesor político predilecto de Kirchner.

Fadel es también la encargada de negociar con la oposición, tarea que quedó restringida a la de mera informante de decisiones tomadas por la mayoría de la Cámara. Y a Kirchner no le gusta que siquiera se guarde cordialidad que los que están del otro lado.

La renuncia de Alejandro Rossi de las comisiones que integra tras el fracaso en la votación por el Consejo de la Magistratura rebeló los avatares que su hermano Agustín sufre desde la jefatura del bloque.

Alejandro se apartó de la negociación por el control de los jueces tras un fallido intento por consensuar un dictamen común con la oposición. El tema lo siguieron Diana Conti –con quien Rossi habría discutido en no muy buenos términos- y Jorge Yoma, quien en diciembre exhibió deseos de conducir la bancada que quizá ahora haya olvidado en un escenario tan hostil.

Yoma, Conti, Kunkel, Marconato, Teresa García, Juliana Di Tullio, Kunkel y Carlos “Cuto” Moreno son algunos de los diputados que constituyen el núcleo duro del bloque. Son los que no miden consecuencias ante una radicalización. En quince días, todos deberán rendir cuentas con Kirchner.

FUENTE: lapoliticaonline