Por Santiago Santurio*/Diario La Prensa.-
Alberto Fernández después del 11 de agosto, habiendo obtenido el 47% de los votos en las PASO se convirtió en el centro de atención del país. Todavía faltan casi dos meses para las elecciones pero Alberto Fernández ya se imagina sentado en el sillón de Rivadavia.
¿Quién es Alberto Fernández? Fue del cavallismo, luego del kirchnerismo, luego del antikirchnerismo -o como decía él, del anticristinismo-, jefe de campaña de Massa, del desobediente Randazzo y este último tiempo, salvador ungido por Cristina, para demostrar que el kirchnerismo no fue lo que pareció durante sus
12 años de gobierno y que sus errores del pasado son como los del macrismo: los errores de un movimiento viejo, y a la vez, distinto del nuevo cristinismo, un movimiento político recién fundado en junio del 2019.
Es difícil saber qué es o qué no es Alberto Fernández. La pregunta que surge es saber qué va a hacer si llega a la presidencia. Poco y nada dijo de la pobreza, del narcotráfico o la inseguridad...sólo dejó una sola certeza: va a legalizar el aborto de manera inmediata. Ese es por ahora su único plan de gobierno. Y va a poner a Victoria Donda, una de las mayores activistas del aborto, como Ministra de la Mujer. No sólo mintió con el FMI disparando el dólar y el riesgo país. Tampoco dudó en mentir apenas salía de la Conferencia Episcopal al afirmar que no se habló sobre el aborto. Sí se habló, y mucho. Tampoco duda en sostener la mentira de las multinacionales que quieren imponer el aborto en la Argentina. "Mueren muchas mujeres", repite.... "es un problema de salud pública", "hay que despenalizarlo para terminar con su clandestinidad".
Es difícil saber qué es o qué no es Alberto Fernández. La pregunta que surge es saber qué va a hacer si llega a la presidencia. Poco y nada dijo de la pobreza, del narcotráfico o la inseguridad...sólo dejó una sola certeza: va a legalizar el aborto de manera inmediata. Ese es por ahora su único plan de gobierno. Y va a poner a Victoria Donda, una de las mayores activistas del aborto, como Ministra de la Mujer. No sólo mintió con el FMI disparando el dólar y el riesgo país. Tampoco dudó en mentir apenas salía de la Conferencia Episcopal al afirmar que no se habló sobre el aborto. Sí se habló, y mucho. Tampoco duda en sostener la mentira de las multinacionales que quieren imponer el aborto en la Argentina. "Mueren muchas mujeres", repite.... "es un problema de salud pública", "hay que despenalizarlo para terminar con su clandestinidad".
Alberto Fernández sostiene que es una cuestión de salud pública cuando en verdad el aborto no es, siquiera, una causa prioritaria de mortalidad materna en nuestro país. En el año 2017 hubo 202 casos de muertes maternas y las principales causas son las obstétricas directas e indirectas. Sólo por infecciones murieron 34 mujeres, mientras que por aborto inducido fueron 19, 12 menos que en el 2016. Los datos sobre la mesa hacen que las declaraciones del candidato sea más un capricho ideológico que a una prioridad política.
Ni mueren muchas mujeres, ni es un problema prioritario de salud pública -hay muchísimos problemas urgentes por los que mueren muchas más mujeres- y para terminar con la clandestinidad no hay que despenalizarlo, simplemente hay que educar y dejar de promoverlo. Pero a Alberto no le importa ni la realidad, ni las mujeres, ni los derechos. Ni que sus mentiras provoquen daño, ni en la economía, ni en la sociedad, ni en la salud, ni en la institucionalidad. No importaron las cifras, los hechos, las personas, ni la ética, ni la defensa de los más vulnerables. No importa la institucionalidad, ni la división que sufren los argentinos. A Alberto Fernández no le importa más que llegar al poder como sea, y está dispuesto a poner en riesgo todo y a todos para lograrlo.
* Director de @Vota2Vidas