EVIDENCIAS
*Ficha Técnica del Presente*
Nº 523 5 de Julio 2010
EDITOR: Luis Pico Estrada
El sueño del Campeonato Mundial terminó. La inflación de esperanzas en una Argentina precisada de ilusión ha terminado. Magia, voluntad y talento inorgánico no alcanzaron frente a la imaginación disciplinada y atlética de sus adversarios.
La presunta influencia política negativa sobre el Gobierno será efímera. Son otros los hechos que pesan. La utopía colectiva del Mundial-Maradona se vino abajo. Tras esa cascarilla asoman temas reales: la agonía de un ciclo político frente a una oposición todavía inorgánica, el peronismo hecho pedazos. Y el escenario sombrío de un mundo en ajuste.
Los sismógrafos preanuncian un tercer temblor global. La longitud de onda llegará hasta aquí. Manos firmes y finas se requerirán a partir del 2011 para administrar al país y cuidar al máximo la detonante situación social.
Nouriel Roubini, a punto de viajar a Buenos Aires, ha comentado que “la economía de Brasil podría verse afectada por una caída en los precios de las materias primas, que probablemente declinarán en los próximos 6 a 12 meses debido a una posible nueva recesión en Europa y una pérdida de impulso de la economía de Estados Unidos. La crisis de la eurozona y una lenta recuperación de la economía en forma de V podría afectar el crecimiento del país”.
“Brasil no se va a convertir en una potencia Súper de la noche a la mañana el próximo año –comentó Paúl Krugman - Y creo que los mercados están actuando como si fuera una revelación divina…Las entradas de capital en Brasil están creando una burbuja de activos”.
El economista Ricardo Delgado, hoy muy cercano a Francisco De Narváez analiza desde su consultora a Brasil, nuestra locomotora al mundo. Es un trabajo amplio que se resume aquí:
Brasil hoy crece por encima de sus capacidades reales. El 6%/7% de crecimiento de 2010 es un techo, que retornaría a un crecimiento de 4%/5% en 2011. La incapacidad de crecer de manera no inflacionaria, junto con el compromiso con la baja inflación, hacen improbable que en 2011 la Argentina se beneficie de la demanda brasilera como este año.
A cinco meses de abandonar el cargo, Lula mantiene niveles de aceptación por encima del 80%. Es evidente que logró capitalizar la bonanza económica a través de sus ambiciosos programas sociales. Así, a diferencia del gobierno peruano de Alan García o el argentino, ha logrado reconciliar el mandato distribucionista de un gobierno progresista, con políticas de mercado que lograron el grado de inversión y un crecimiento sostenido y estable.
La integración al sistema financiero internacional plantea elevados riesgos que, hasta el momento, Brasil ha logrado manejar. El influjo de capitales de los últimos años (USD 327 mil millones desde 2003) ha financiado la acumulación de reservas, que superan los USD 250 mil millones, e importantes inversiones del Brasil en el exterior. La cuenta corriente, por su parte, ha sido solo ligeramente deficitaria (USD 7 mil millones acumulado desde 2003) en tanto la apreciación cambiaria no ha afectado aún el balance comercial.
Sin embargo, mientras la economía acumula presiones inflacionarias, el sector externo muestra las primeras luces amarillas. En 2011 la cuenta corriente brasilera podría arrojar un déficit de entre 3.2% y 4.1% del PBI. Este deterioro del balance comercial anticipa una mayor resistencia a las prácticas heterodoxas de Moreno. Brasil es una economía que brilla en el modesto contexto latinoamericano, pero palidece frente a los tigres asiáticos. Y aun buscan un modelo que le garantice dar el salto de crecimiento que tan hábilmente han sabido vender al mundo.
Numerosos temas económicos, comerciales, y geopolíticos incentivan a pensar crecientemente la relación con Brasil. Si bien el aislamiento financiero y el énfasis en la demanda doméstica ha creado la impresión de que la Argentina se ha desacoplado de los ciclos mundiales, lo cierto es que tanto a nivel financiero en términos reales, el país siente las influencias mundiales. Y en este último frente, el dato a destacar es que Brasil se ha vuelto un motor del crecimiento argentino casi tan importante como China (y más que las economías desarrolladas del grupo G7).
Para las elecciones de octubre, los analistas le dan más chances a la candidata de Lula. Rouseff recupera terreno y comienza a ser reconocida por la gente como la continuadora de la gestión de Lula, cerrando la brecha de 10 puntos que tenía hace unos meses. Los momentos críticos, sin embargo, comienzan en agosto, cuando se largan las campañas.
Más allá de los matices de cada candidato y sea quien fuera el ganador, no se esperan grandes cambios en términos de políticas de Estado en Brasil. La consolidación de las políticas social y desarrollo y la gestión prudente de la macroeconomía tienen un elevado nivel de aceptación entre la población y son un piso para el próximo gobierno.
FUENTE: GENTILEZA RODOLFO BRIEBA
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