MODELO DERROTADO

Pero, ¿existe modelo? ¿Modelo de qué? ¿O son solo los Kirchner, una suerte de audaces aventureros devenidos en gobernantes? De todas maneras, sea lo que sea, el gobierno nacional ha sido derrotado significativamente. El primer dato notable y clave para todo análisis político serio y veraz es el altísimo porcentaje de abstención nacional. En los últimos cómputos de algunas provincias, se aproximaba al 40 % del padrón de votantes, el más importante desde 1983 a la fecha. El 30% de los votos obtenidos por Néstor y Cristina e invocados por la Presidente como todo un logro, están tomados de aquel porcentaje de concurrentes. Si lo leemos con amplitud y sin picardía sobre el total de argentinos en condiciones de votar, el porcentaje se transforma en un real 20 % sobre el padrón completo o menos. Recordemos que Néstor Kirchner fue designado presidente por 21% de los electores concurrentes de aquel entonces. Quizás se estén reencontrando con sus orígenes “democráticos” verdaderos. El cansancio y bronca generalizada se percibe en estos días especialmente, y contrasta con la obscenidad y frivolidad de una campaña electoral donde la gente ya tiene la certeza de que cada vez, la joden más. Es decir que muy probablemente, el verdadero triunfador de esta contienda, así como hay un gran perdedor, haya sido la no concurrencia a votar más el fastidio general, que incluye a gran parte del voto en contra del modelo Kirchner. Hayan votado por quién lo hayan hecho, en una dispersa y anodina oferta “opositora”, lo cierto es que el matrimonio presidencial fue duramente castigado por la gente en las urnas. Adelantaron las elecciones para ganar y perdieron. Inventaron todo tipo de picardías electorales que finalmente, no fueron muy eficaces. Han vanalizado la política y la conducción política como nunca se vió en la Argentina. Pero la inocultable realidad del agravamiento de la situación socio-económica en la Argentina, la notoria desintegración nacional, y la fatiga popular, terminaron informando el acto electoral, mucho más que la estupidez y el autoengaño propuestas insistentemente como cultura sustituta. El gobierno, que presume de profundo, modélico y popular, ha sido derrotado con una de las peores ofertas políticas de las últimas décadas. El argentino, en general y a Dios gracias, no come vidrio. En vidriera hay una exhibición alucinante de supuestos “presidenciales” que suben y bajan de acuerdo a una realidad saturada de caprichosas, y siendo muy piadosos, encuestas de todo tipo y precio. Presidentes ¿para qué y para quién? Un pequeño incidente mediático que los hace sobresalir y ya se piensan merecedores del sillón de Rivadavia. Vaya uno a saber desde que proyectos o negocios les sucede semejante ocurrencia. Pero así como el hombre pata al suelo resiste como puede y eso ya es una esperanza y un hecho, también para la perfidia salvaje, la Argentina, en el sentido de los asaltos al gobierno, está para el cachetazo y los hechos no dejan de confirmarlo.