HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

sábado, 21 de mayo de 2016

MONSANTO APELA A LA EMBAJADA DE EE.UU. PARA ACORRALAR A MACRI.


     Por Patricio Eleisegui/A24.- La multinacional se comunicó con la representación diplomática para pedir que, de continuar la traba al cobro de regalías por su nueva soja, se limite el ingreso de productos argentinos a EEUU. Mientras negocia una potencial compra por parte de Bayer, suspendió el lanzamiento a nivel local de nuevos transgénicos. Monsanto intenta acorralar al Gobierno ante la embajada de EEUU. La disputa que mantiene la multinacional Monsanto con el gobierno nacional por el cobro de patentes derivadas de la venta de semillas de soja modificadas genéticamente –mejor conocidas como transgénicas– acaba de alcanzar su punto de mayor temperatura en estas últimas horas. Ocurre que, ante la decisión del Ministerio de Agroindustria de prohibir el monitoreo que la compañía viene llevando a cabo en puertos de exportación para detectar semillas copiadas de su producto Intacta, la empresa directamente pidió la intervención de la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. El argumento de Monsanto: dado que Argentina no asegura la obtención de regalías por la venta de la tecnología de la multinacional, entonces el gobierno que lidera Barack Obama debe volver a restringir el ingreso de productos locales al mercado norteamericano. La medida en cuestión, reconocieron ante Adelanto 24 fuentes regionales de la multinacional, complicará precisamente a varios sectores del agro que vieron en la renovada sintonía Macri-Obama una posibilidad de superar algunas de las crisis que afectan a las economías regionales.
“A la empresa no le permiten cobrar por la tecnología que pone en las semillas, Agroindustria falla a favor de los productores ¿por qué Estados Unidos tiene que permitir el ingreso de, por ejemplo, limones? Se está dando un intercambio desigual. Lo que se exige no es más que colocar las cosas en igualdad de condiciones en términos comerciales”, sostuvo ante este medio un vocero de la compañía que creó el herbicida glifosato. Desde el segmento del agronegocio, la respuesta no se hizo esperar. “Lejos de tener voluntad para encontrar soluciones, Monsanto intenta imponer un camino ajeno a la legislación vigente y desconoció recientes disposiciones oficiales”, indicaron desde la Sociedad Rural Argentina (SRA). “En ningún momento la empresa tuvo voluntad para querer encontrar una solución. Como dijimos en múltiples oportunidades, celebramos los avances tecnológicos que distintos actores relacionados con el campo generan y que benefician a la cadena de valor agropecuaria en su conjunto. Es necesario que esas investigaciones tengan un reconocimiento justo, al momento de adquirir la tecnología”, agregaron desde la entidad. Para luego añadir: “Lo que no puede permitirse es el abuso de una posición dominante, y la imposición unilateral de condiciones que afectan los derechos alcanzados y consolidados por los productores argentinos”. 


 A nivel gobierno, la decisión de Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria, es no ceder ante la presión que incluso a nivel mediático Monsanto viene ejerciendo prácticamente desde que se inició la gestión de Mauricio Macri. Buryaile se despachó en las últimas horas: “Monsanto se cree que está por encima del Estado y del presidente Macri”. Según el funcionario, la firma envió “cartas al Presidente, a la vicepresidenta, al embajador representante en los Estados Unidos, a los diputados, a la opinión pública y no completa los papeles”. Esto último, en alusión a los requisitos establecidos por el Ministerio de Agroindustria para implementar un sistema de control, que es lo que Monsanto utilizó sin permiso hasta el mes pasado para poder detectar y cobrar de forma compulsiva su tecnología. En la multinacional acusan al funcionario de imparcial dado su pasado en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las entidades que batalla contra la estadounidense. “Tiene un vínculo todavía muy cercano justamente con quienes usan la tecnología de la empresa pero no quieren pagar por ella. Es obvio que va a operar esa entidad. 

Pero esto es muy simple: si no quieren pagar por cada vez que usan Intacta, entonces que siembren la soja vieja. Los productores quieren ganar en todas y que las empresas que hacen la genética encima acaten sus caprichos”, comentó un experto del sector semillero muy cercano a la empresa norteamericana. Por lo pronto, y a la par de este pedido de intervención de la embajada, Monsanto informó esta semana que suspende hasta nuevo aviso el lanzamiento de nuevas variedades de soja transgénica en la Argentina. Para empezar, la firma no presentará en el mercado su oleaginosa Xtend, una tecnología que combina resistencia a los herbicidas glifosato y dicamba y cuya irrupción estaba planeada para septiembre próximo. En el sector agrícola se multiplican las versiones acerca de la decisión de la compañía de directamente quemar los lotes en los que prueba su nueva tecnología bajo la tutela de semilleras como Don Mario y Nidera. Sin embargo, la opción parece descabellado en virtud de los 350 millones de dólares que Monsanto invirtió en el desarrollo de Xtend. Todo esto ocurre mientras, fuera de las fronteras de la Argentina, la multinacional enfrenta una potencial compra por parte del gigante alemán Bayer. De hecho, según pudo constatar Adelanto 24, la europea confirmó en su sitio institucional el inicio de conversaciones de cara a una oferta que podría formalizar el traspaso.

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