OBSCENAS DESIGUALDADES DE LAS QUE NO SE HABLA.

    Por Marcelo Zlotogwiazda/Economista y periodista/El Cronista.- En un país en el que las encuestas muestran que la principal preocupación es la inseguridad, resulta comprensible que los candidatos a presidente hablen mucho del tema y prometan más policías. La inseguridad no es sólo una sensación: según la última encuesta de victimización elaborada por el Laboratorio de Investigaciones sobre Crímenes, Instituciones y Políticas (Licip) de la Universidad Torcuato Di Tella, en el 36% de los hogares uno de sus integrantes fue víctima de al menos un delito en los últimos doce meses. También es razonable que Daniel Scioli y Mauricio Macri prioricen la lucha contra el narcotráfico. Según cifras del ministerio Público Fiscal, entre 2011 y 2013 más de 40.000 personas fueron imputadas por formar parte de la cadena de comercialización de drogas.
Asimismo, es bien lógico que uno de los temas sobresalientes de la campaña gire alrededor del dólar, con los dimes y diretes sobre el mal llamado cepo y la tan temida devaluación. Hay consenso en que la restricción externa es una de las pesadas herencias que deja el kirchnerismo y hay aprendizaje de sobra acerca del rol central que tiene el tipo de cambio en la economía.

Lo que cuesta entender es que en un país con alrededor del 20% de pobres y en el que, según datos del ministerio de Trabajo, el 33% de los trabajadores a tiempo completo ganan menos de $ 6500, uno de los principales caballitos de batalla de Macri y de Scioli (y lo fue de Sergio Massa, e incluso de Nicolás Del Caño), sea reducir el impuesto a las Ganancias. Macri, como en la mayoría de los temas, no especificó el tamaño del recorte. Scioli promete eximir del impuesto a los sueldos brutos inferiores a $ 37.000, beneficiando de esa manera a trabajadores que cobran hasta seis veces el salario mínimo vital y móvil. En ambos casos, son cambios claramente regresivos que profundizarían la ya amplia desigualdad de ingresos que hay en la Argentina. Desigualdad que es aún mucho mayor si lo que se compara es la riqueza en vez de los ingresos. En la base de datos anexa al Informe Global sobre Riqueza que el banco Credit Suisse publicó hace dos semanas hay una estimación sobre cómo se distribuye la riqueza en la Argentina, que tiene un promedio de riqueza por adulto de apenas u$s 9778. El 86,6% de la población posee menos de u$s 10.000; un 12,5% tiene entre u$s 10.000 y 100.000; un 0,9 entre 100.000 y 1 millón; y hay un 0,1% millonario. En base a esa distribución el informe calculó el índice Gini, que es un indicador que varía entre 0 y 1, valiendo 0 si todos reciben lo mismo y 1 en el caso de que uno solo se apropie de todo. El Gini de la riqueza en la Argentina es 0,81. Es más del doble del Gini de ingresos, es decir que el reparto de riqueza es muchísimo más desigual que el de ingresos. El Gini de riqueza de Australia es 0,64 y el de España e Italia 0,67. El informe considera como riqueza la suma de activos financieros y reales (principalmente inmobiliarios) neto de las deudas. A nivel global, la distribución de la riqueza también es obscenamente desigual. 

Mientras el 1% más rico posee la mitad de la riqueza mundial, la mitad más pobre tiene tan solo el 1%. En el mundo hay 4770 millones de adultos y una riqueza total de u$s 250 billones, con un promedio por persona de u$s 52.400, más del quíntuple que el promedio argentino. Del total de adultos que existen, en la base de la pirámide hay 3386 millones, es decir el 71% de la población mundial, que posee menos de u$s 10.000, y entre todos acumulan nada más que el 3% de la riqueza total. En la segunda franja de la pirámide hay 1000 millones de personas que tienen entre u$s 10.000 y 100.000, que juntan el 12,5% del total de la riqueza. En la que sigue hay 349 millones de personas con un patrimonio de entre $s 100.000 y 1 millón. Y en el triángulo superior de la pirámide hay 34 millones de millonarios (el 0,7% de la población mundial) que disfrutan entre ellos del 45,2% de toda la riqueza global. A la vez, esa élite de 34 millones se desglosa de la siguiente manera: 29,8 millones que tienen hasta u$s 5 millones; 2,5 millones entre 5 y 10 millones; 1,3 millones con un patrimonio de entre 10 y 50 millones; y en la puntita del triángulo superior hay 123.800 denominados ultra-ricos con más de 50 millones cada uno. En cuanto a regiones, Estados Unidos y Europa, que albergan al 18% de la población mundial, representan el 67% de la riqueza total. En América Latina vive el 8% de la población que es dueña del 3% de la riqueza global. A nivel países, Suiza encabeza el ránking de riqueza por adulto con u$s 567.000, seguida por Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos. En el sexto lugar aparece Suecia, país donde nació y murió hace exactamente un mes a los 67 años el extraordinario escritor Henning Mankell, autor entre otras obras de la serie policial con el célebre inspector Wallander. Su último libro es una autobiografía muy movilizadora en la que reflexiona sobre la vida y su cáncer. Escribe en página 338: "Vivimos en un mundo cada vez más disgregado, donde aumenta el bienestar pero crece la brecha entre quienes tienen acceso a ese bienestar y aquellos que no tienen nada. De ahí que también aumente la presencia de la policía, cada vez más numerosa y más especializada".