Por Elizabeth Peger/El Cronista.-
Algunas terminales retomaron su actividad pero otras mantienen suspendida su producción. Preocupa que se multipliquen los protestas en otras plantas del sector
Mientras la empresa Gestamp retomó ayer su producción en medio de un clima de tensión debido al acampe de los trabajadores despedidos en las puertas de la planta, el conflicto en la firma instaló un profundo cuadro de incertidumbre en toda la industria automotriz, que teme por la posibilidad de que se repliquen las protestas en otras autopartistas, agudizando las dificultades que ya atraviesan las terminales debido a la caída de las ventas internas y externas. Si bien las terminales de Volkswagen, Ford y Fiat, cuyas tareas quedaron paralizadas la semana pasada por la falta de autopartes provistas por Gestamp, reanudaron ayer su actividad, las fábricas de Peugeot-Citroên e Iveco mantuvieron suspendida su producción, en tanto que otras automotrices evalúan frenar su actividad en los próximos días.
La solución a medias establecida en el conflicto de Gestamp alimentó la preocupación en la industria.
Luego de que la autopartista reinició ayer sus actividades, impidiendo el acceso de los despedidos que son apoyados por agrupaciones de izquierda, el Ministerio de Trabajo bonaerense en una sorpresiva decisión dispuso revocar la conciliación obligatoria que dictó el fin de semana, y que había sido duramente cuestionada por el gobierno nacional, las empresas y el gremio de Smata, al recategorizar la situación como un conflicto pluri-personal en lugar de colectivo.
Si bien fuentes de la administración de Daniel Scioli reconocieron que se trata de una situación atípica, atribuyeron a una decisión del máximo nivel político de la provincia la anulación de la conciliación.
En el sector automotriz respaldaron la medida provincial, aunque deslizaron su temor por la posibilidad de que a partir de la situación generada por el caso Gestamp se agudice el escenario de conflicto en otros sectores de la industria. Nadie asegura que si mañana (por hoy) no pueden ingresar a la planta vayan a protestar o a tomar otra fábrica, advirtieron voceros del sector en referencia a la inserción de la izquierda en las organizaciones de base de varias autopartistas y terminales.
La misma inquietud comparte la conducción del Smata, que lidera Ricardo Pignanelli, quién descargó sobre los partidos de izquierda toda la responsabilidad por los despidos en Gestamp y ayer garantizó con el auxilio de fuerzas de seguridad el ingreso de los operarios afiliados al gremio para retomar la producción de la autopartista. Pignanelli convocó para mañana a la Confederación de Gremios Industriales (CGI), entidad que comparte con el jefe de la UOM, Antonio Caló, con el propósito de acordar una posición común en medio del creciente escenario de conflictividad en la industria y la profundización de la crisis del sector que ya derivó en más de 15 mil trabajadores suspendidos.
En ese marco, el Gobierno nacional, a través del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, achacó a la actitud de las terminales la crisis que atraviesa la actividad, al denunciar una presión sistemática de esas compañías que amenaza la estabilidad laboral de miles de trabajadores. El funcionario cuestionó los aumentos de precios de los vehículos y, tras señalar que no es homogénea la situación del sector, aseguró que las firmas que aplicaron subas presionan el Gobierno para tener medidas de carácter excepcional, pero cuando tuvieron un incremento de niveles de producción y acumulación de excedente, no lo distribuyeron de un modo equitativo, enfatizó.