Por Urgente24.- El astillero Tandanor, nacionalizado en 2007 por Néstor Kirchner, reparó 105 caniles para perros de la Policía Federal por la millonaria cifra de $13.362.552. Mientras tanto, vuelve a dilatar la entrega del rompehielos Almirante Irizar (ahora anunciada para 2015 o 2016), y sólo en la campaña 2012-2013 se gastaron 6,8 millones de dólares en contratar a la empresa Transport & Services para abastecer a las bases antárticas.
Según una investigación realizada por el portal (Eliminando Variables), el Estado destinará una millonaria suma para crear caniles para los perros de la Policía Federal.
Luego del incendio a bordo del rompehielos Almirante Irizar el 10 de abril de 2007, el Gobierno nacional viene prometiendo que el buque será reparado en el astillero Talleres Navales Dársena Norte Sociedad Anónima (Tandanor). Pero no sólo se fue dilatando el regreso del Irizar al mar, sino que ahora el astillero destina parte de su fuerza de trabajo para crear 'hogares de lujo' para los perros de la Federal.
Según documentos a los que accedió en exclusiva dicho portal, en octubre del 2013 Tandanor y la Policía Federal Argentina firmaron un convenio, ratificado por la contratación directa 21/2013 (sin expediente), para “el mantenimiento y reparación de 105 caniles”, por la millonaria cifra de $13.362.552,72.
Esta suma es equivalente a la que reciben 53 beneficiarios del plan Procrear en el segmento de ingresos mensuales de hasta $6.000, a los que se les da un crédito individual por $250.000 para construir su hogar. En promedio, cada una de esas viviendas aloja a unas 5 personas, por lo que podría concluirse que lo que se gastó en reparar los caniles es lo mismo que se prestó para que se edifiquen casas para que vivan 265 personas. No se sabe cuántos perros vivirán en los 105 caniles reparados por Tandanor, pero en este caso el gasto por metro cuadrado que el Estado invierte en sus perros supera al que destina a los individuos de los sectores populares.
Según deriva del contrato, cada canil tuvo un costo de “refacción y readecuación” de $127.262 (unos US$15.750 al valor dólar oficial de $8.08).
El contrato, que fue rubricado por el presidente de Tandanor, Mario Nallib Fadel, y por el responsable de la Policía Federal, el comisario general Román Argentino Di Santo, especificaba que la superficie total a reparar era de 1.360 m2, es decir, un promedio de 12.95 metros cuadrados por cada canil. Por lo tanto se deduce que el valor de metro cuadrado reparado era de $10.024.
De acuerdo a la Cámara Argentina de la Construcción, en la ciudad de Buenos Aires se necesitan unos $8.288 para construir cada metro cuadrado de vivienda, un costo inferior al que demanda el contrato de reparación entre Tandanor y la Policía, con el agravante que se trata de un acuerdo entre instituciones del Estado, lo cual debiera abaratar los valores finales por tratarse de entes que no tienen el lucro empresarial como objetivo.
(Eliminando Variables) propone otra comparación para calcular de otro modo el precio de los caniles: si se toma su costo por metro cuadrado, esa cifra es la que se necesita para comprar una superficie construida equivalente en los barrios porteños de Flores o Villa Lugano. Increíble, ¿no?
Nadie dice que los perros no merezcan una vivienda adecuada a sus necesidades, pero la cifra resulta exhorbitante. Y da la sensación de que alguien se estaría quedando, como se dice comúnmente, con un vuelto...
Según el detalle del contrato, los caniles tendrán muros de hormigón armado fabricados con moldes mano portables, de “una calidad de materiales que asegure el estado de servicio de la construcción prácticamente sin mantenimiento edilicio posterior, una resistencia estructural de valores muy superiores a los necesarios para soportar las solicitaciones de servicio, fallas de terreno o exposición al medioambiente”.
En las especificaciones particulares, a las que accedió (Eliminando Variables) exigían que cada unidad de 12.95 metros tengo una platea semi elástica de hormigón armada, de 15 cm de espesor, con una estructura también con tabiques de hormigón armado con vigas metálicas reticuladas. Los cerramientos también debían ser de hormigón armado, con “toda la herrería necesaria para cumplir con los requerimientos de seguridad y cierre de cada canil”.
La cubierta de cada canil debía ser de chapa zincada de onda sinusoidal, vinculada por medio de vigas “C”, y que no debía aislar térmicamente. Es decir, paredes de cemento reforzado y techo de chapa. Cada jaula, además, debía tener “instalación de desagües cloacales y pluviales” de primera marca. El agua fría debía ser con cañerías y accesorios de prolipropileno homopolímero Saladillo H3 o similar, también de primera marca.
Cada uno de los caniles debía tener instalación eléctrica, todas con caños plásticos corrugados ignífugos, de primer nivel. Los revestimientos –según la memoria descriptiva a la que accedió (Eliminando Variables)- debían ser de “cerámica de primera marca, con junta tornada y empastinado”. La pintura elegida fue del tipo epoxi.
Según anexos a la documentación, en el apartado “cómputo estimado de materiales”, se precisaría unos 9.054 metros cuadrados de hierro 4.2 mm cada 15 cm, de 5m x 2m, unos 609 metros de techo de capa, 1.415 litros de laca para pisos y 7.574 metros cuadrados de cerámicos.
Las tareas con los caniles, según la cláusula sexta del convenio rubricado, debían estar concluidas en 180 días, lo que hace suponer que finalizaron entre fines de abril y comienzos de mayo del 2014. En la cláusula octava, se estipulaba que de no cumplir en tiempo y forma, Tandanor debía abonar una cifra equivalente al 2 por mil diarios del monto total del contrato por atraso injustificado. Y aclaraba que cuando el conjunto de multas superara el 10% del monto contractual, la PFA quedaba “facultada para rescindir el contrato sin más causas”.
Cabe destacar que mientras Tandanor vuelve a dilatar la entrega del Irizar (ahora anunciada para el año 2015 o 2016), las bases antárticas todavía dependen de buques extranjeros para recibir sus provisiones. Sólo en la campaña 2012- 2013, se gastaron 6,8 millones de dólares en contratar a la empresa Transport & Services, y otros 30 millones en “adicionales” no contemplados en ese contrato, según consta en una causa judicial que lleva adelante el juez federal Luis Rodríguez. Todo esto, sin contar los 10,4 millones del envío en esa campaña de provisiones por vía aérea que tuvieron que ser reforzadas por la estadía del Irizar en Tandanor.