HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 30 de mayo de 2014

CLUB DE PARÍS: el gobierno festeja otra nefasta entrega

   Por Diario HOY.- Finalmente, tal como estaba previsto, el gobierno kirchnerista hizo oficial que acordó condiciones para pagarle 9.700 millones de dólares al Club de París en los próximos cinco años. Con total hipocresía, la presidenta Cristina Kirchner ayer volvió a usar la cadena nacional. Lo hizo para celebrar, con bombos y platillos, el acuerdo. "Es la primera vez que un país negocia con el Club de París sin la intervención del FMI", afirmó la primera mandataria. Difícilmente en el organismo multilateral estén preocupados, cuando ya hicieron su propio negocio con Néstor Kirchner en 2005. En aquel momento, sin que nada ni nadie lo exigiera, el gobierno K canceló de un solo pago, al contado y en efectivo, la deuda de 10 mil millones de dólares con el Fondo.

"Finalmente, ayer (por el miércoles), contra todos los pronósticos y todas las profecías, pudimos llegar a un acuerdo", agregó la primera mandataria. Y sostuvo que "el Club de París es casi un invento argentino. Era un grupo de países que se constituyen como acreedores de la Argentina". Lo que no dijo la presidenta es que los 9.700 millones de dólares que recibirá el club en el próximo lustro, más una tasa de interés anual del 3%, se terminarán abonando –de forma directa o indirecta- con recursos provenientes de los bolsillos de todos los argentinos que pagamos nuestros impuestos. Asimismo, como se meterá mano a las alicaídas reservas del Banco Central, es muy probable que el kirchnerismo para cubrir ese agujero habilite a las provincias a salir al mercado de capitales para endeudarse, y lo mismo se haría con YPF, siguiendo un mecanismo ya utilizado por la última dictadura. 

 En definitiva, se pagará a costa de seguir teniendo a uno de cada tres compatriotas viviendo en la pobreza o la indigencia. Peor aún: mientras los acreedores buitres se llenaran los bolsillos, se seguirán muriendo chicos por desnutrición, en un país que tiene un potencial para darle de comer a 300 millones de habitantes. Resulta una absoluta falacia plantear que este es el único camino posible. Es cierto que la Argentina, como cualquier país soberano, debe honrar sus compromisos. Pero no cuando lo que se termina pagando está sospechado de ser ilegal e ilegítimo. Cualquier persona con al menos dos dedos de frente, cuando viene el resumen de su tarjeta de crédito y se da cuenta que le han imputado cargos o pagos que no se corresponde con lo que efectivamente se ha realizado, hace el reclamo correspondiente. Y en caso de ser necesario, seguramente, no dudará en recurrir a un tribunal independiente para que defina exactamente qué es efectivamente lo que se debe pagar. Ahora bien, este simple proceso, nunca fue realizado por el gobierno K. Pasaron más de 11 años desde que Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada, y jamás se realizó la más mínima auditoría respecto a lo que se está abonando en concepto de capital e intereses de la deuda externa, pese a que la propia Justicia de nuestro país –a través de un fallo del juez Jorge Ballesteros- dictaminó que el origen de gran parte de estos compromisos es fraudulento. En el caso concreto de la deuda con el Club de París, se comprobó que – a partir de una investigación del senador Pino Solanas- uno de los créditos reclamados por Holanda no debía pagarse por ser producto de acciones irregulares y delictivas. Tal escándalo fue conocido en su momento como el “caso Cogasco”. 

Según consta en la denuncia, los fondos en cuestión nunca ingresaron al país, pero fueron registrados como deuda de Gas del Estado en 1987. Asimismo, funcionarios de la dictadura endeudaron a las empresas públicas para alimentar la fuga de capitales y la “plata dulce”. Eso no es todo. Otro crédito aportado por este club supuestamente tendría que haber servido para financiar la construcción de submarinos para la Armada en el astillero Tandanor. ¿El resultado? Los submarinos, al día de hoy, brillan por su ausencia. El interrogante a plantear es el siguiente: ¿qué recibirá Argentina a cambio de saldar las deudas en cuestión? El gobierno K promete una lluvia de inversiones. Pero la realidad es bien diferente. Es imposible que lleguen inversiones a un país que está en recesión, con una aguda crisis energética, problemas de infraestructura de todo tipo, y una inflación que licua el poder adquisitivo de la población, reduciendo el mercado interno a su mínima expresión. En otras palabras, la Argentina se desangrará económicamente para que sólo se beneficien los buitres. Esta es la consecuencia de un gobierno que está en retirada y que tiene entre sus filas a Axel Kicillof, un imberbe ministro de Economía que evidentemente no tiene la más mínima capacidad para defender los intereses nacionales. 


 El origen de la infamia 

 El origen mismo de la deuda con el Club de París es fraudulento, principalmente porque el grueso del monto de los créditos fue otorgado a gobiernos militares. De hecho, una de las peores dictaduras argentinas, la revolución fusiladora encabezada por Pedro Eugenio Aramburu, impulsó a grandes niveles la rueda endeudatoria que sigue girando hasta estos días. Luego del golpe de estado al gobierno de Juan Domingo Perón en 1955 dicho dictador obtuvo un crédito de 700 millones de dólares (para garantizarse poder adquisitivo en el comercio exterior), el cual se iba a ser amortizado en el transcurso de un año, hecho que nunca ocurrió. El Club de París actualmente es un foro informal de acreedores oficiales y países deudores. Su función es coordinar formas de pago y renegociación de deudas externas de los países e instituciones de préstamo. Está integrado por los siguientes países: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, EE.UU., España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, y Suiza.

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