Por Nicolás Balinotti/La Nación.-
Ayer se reunieron dirigentes de las tres CGT; quieren convocar a Scioli, Massa y De la Sota
De camisa de mangas cortas, bermudas y sandalias, Luis Barrionuevo salió apresurado a la calle a recibir a sus invitados.
Hasta último momento dudaba de si Hugo Moyano iba a estar ayer presente en la cumbre sindical a la que había convocado en los jardines del hotel Sasso.
El anfitrión también desconfiaba ligeramente de la presencia de Roberto Fernández y Omar Maturano, los dos representantes que tuvo en Mar del Plata la CGT que hasta ahora se mantiene alineada con la Casa Rosada.
Hubo coincidencias como nunca antes desde que la CGT está dividida en tres sectores. En la escala de preocupaciones figuró la inflación y la eventual caída de la tasa de empleo.
Pero fue Barrionuevo el que aventuró un horizonte oscuro. Antes de que se sirva el asado, rompió el hielo con un pronóstico: "Estamos al borde de un estallido social". Para algunos, sonó a una exageración. Para Moyano, no.
Como sucedió en noviembre de 2012, Moyano y Barrionuevo se unen para reconstruir al sindicalismo opositor. Por entonces, junto con la CTA de Pablo Micheli, activaron el primer paro nacional de la CGT en contra de la gestión de Cristina Kirchner. Ayer se avanzó de manera preliminar en esa posibilidad.
Pero antes esperarán alguna señal del lado del Gobierno. Ambos anhelan con ser convocados al Consejo Económico y Social del que únicamente participan empresarios y gremialistas afines a la Casa Rosada. Su deseo es poco probable que se cumpla: el kirchnerismo eligió hace tiempo a las centrales de Antonio Caló y Hugo Yasky como interlocutoras directas con el movimiento obrero.
La estrategia de Moyano y de Barrionuevo se desplegará en dos territorios: el gremial y el político.
En el ajedrez sindical, convocaron a un plenario de secretarios generales de todos los gremios para el 20 del actual. "No habrá excluidos ni discriminación", avisó el gastronómico. Es decir que las organizaciones que comulgan hoy con el oficialismo también serán bienvenidas. La agenda de temas por debatir serviría de carnada para garantizar la presencia de sectores de la CGT oficialista. Definirán posturas sobre la libre negociación salarial; la equiparación del sueldo a los jubilados con el salario mínimo; la inseguridad, y la millonaria deuda que el Estado mantiene con las obras sociales sindicales.
En el tablero político, la jugada no fue menos audaz. Convocaron también a la cumbre sindical del 20 a los "precandidatos del peronismo que tienen aspiraciones presidenciales" en 2015.
¿Quiénes serían? "[Daniel] Scioli, [Sergio] Massa y [José Manuel] De la Sota serán invitados para unificar el PJ y a la CGT", dijo a LA NACION el barrionuevista Carlos Acuña, referente del personal de estaciones de servicios.
Según averiguó LA NACION, Scioli y Massa estuvieron al tanto del encuentro sindical de ayer en Mar del Plata. Es más, el día anterior ambos saludaron por teléfono a Moyano por su cumpleaños número 70. El jefe camionero y Massa podrían coincidir la semana próxima en otra reunión en la que lo gremial y lo político volverán a estrecharse las manos.
Y una ironía sobre Scioli: fue invitado por Barrionuevo, a quien después de casi un año le otorgó la licencia para la reapertura del casino que posee al lado del hotel.
Decididos a avanzar en la unidad de la CGT, Moyano y Barrionuevo se entusiasmaron con la cumbre del 20, que será en la misma sede que ayer. El hotel Sasso cuenta con un inmenso salón en el que caben más de 600 personas y que tiene vista a las playas de Punta Mogotes.
LOS ASISTENTES
"La próxima reunión será con todo el sindicalismo. No descartamos acciones en conjunto, pero esperamos antes que el Gobierno nos convoque a una mesa de diálogo", dijo el moyanista Abel Frutos. Integró además la tropa del camionero Guillermo Pereyra, quien anteayer estuvo en la Casa Rosada por asuntos vinculados al sector petrolero.
Por el lado de Barrionuevo, asistieron Acuña y Oscar Rojas (Maestranza). Y por la CGT oficialista participaron Fernández (UTA) y Maturano (La Fraternidad). Ambos tomaron distancia del liderazgo de Caló. Consideraron "excesivo y sin resultados concretos" el alineamiento que esa central mantiene con el Gobierno. Desde ayer, el rompecabezas sindical adoptó una nueva configuración.
PARA LA CTA K, "SE ACELERÓ LA INFLACIÓN"
Hugo Yasky, el líder de la CTA que está alineada con la Casa Rosada, reconoció ayer que "la inflación se aceleró muchísimo en los últimos meses" y aceptó que podría seguir creciendo.
Además, desestimó las estadísticas oficiales del Indec y, según mediciones propias, dijo que la inflación anual de 2013 fue del 25,6%.
"Hay que centrar las negociaciones en función de recuperar el salario, pero también es necesario contener el alza de los precios. Las paritarias serán difíciles, no podemos discutir por debajo de la inflación", dijo ayer Yasky en declaraciones a Radio El Mundo.
Yasky, que este año intentará revalidar su liderazgo en la CTA oficialista, negó que los índices de inflación lleguen al 30% y pidió "no dibujar cualquier número".
La cifra que dio su central [25,6%] es superior a la que dio la CGT moyanista [25,09%].
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