Por Diario HOY.-
Luego del fallo de la Ley de Medios, los K reconocieron que Cristina “ya lee y se informa de todo”. Eso sí: ni una palabra de qué va a ser el gobierno ante el cachetazo electoral del domingo y la crisis económica
Mucho se comentó, en los últimos días, un artículo publicado por nuestro diario, la semana pasada, mediante el cual alertábamos de que el gobierno nacional estaba usando políticamente los problemas de salud de la presidenta, para sacarla del centro de la escena pública en momentos en los que se avecinaba una contundente derrota de los K en las urnas.
Los hechos nos están dando la razón.
El kirchnerismo sufrió una dura caída en las elecciones del domingo, y en la Casa Rosada no tuvieron mejor idea que poner como “maestro de ceremonia”, en el bunker a K, al inimputable del vicepresidente Amado Boudou, el funcionario con peor imagen del país, a raíz de sus vínculos con distintos casos de corrupción.
Como era de esperar, Boudou, al mejor estilo del accionar de Guillermo Moreno con las estadísticas del INDEC, intentó disfrazar la derrota diciendo que el partido de gobierno seguía siendo la primera fuerza nacional.
Dos días más tarde, sobrevino el fallo de la Corte por la Ley de Medios, que va a en sintonía con los intereses del kirchnerismo, y como arte de magia, los funcionarios K empezaron a decir que la “presidenta ya lee todo y sabe todo”.
Cabe recordar que muchos de estos funcionarios y alcahuetes oficiales, hasta hace algunos días, habían afirmando que la presidenta, por ejemplo, no estaba al tanto del choque ocurrido en la estación Once, que luego derivó la estatización de la línea Sarmiento decidida por el obsecuente ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
De las palabras de los propios K, asimismo, también se desprende que la presidenta, supuestamente, tampoco se interiorizó de los resultados de los comicios legislativos, dado que debía evitar cualquier situación de stress durante su proceso de recuperación, tras habérsele practicado una cirugía en el cráneo.
Ayer, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, uno de los mandatarios provinciales más obsecuentes de la administración K, al punto que algunos funcionarios de la Casa Rosada lo ven como un posible candidato títere de CFK a la presidencia en 2015, reveló que el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, les informó que “la Presidente ya lee todo y sabe todo, está con toda la información, con todas las pilas".
Zannini, asimismo, habría sido el funcionario K que negoció con los miembros de la Corte el fallo de la Ley de Medios, y el momento de difusión, que no por casualidad se hizo pocos días después de la contienda electoral.
Toda esta situación no hace más que confirmar el desprecio absoluto que ha caracterizado a Cristina y a su círculo de aplaudidores, respecto al mandato popular. No dar la cara ante la derrota, o no reconocer el resultado de los comicios, como se hizo en las PASO, cuando la presidenta salió a vanagloriarse por haber ganado en la Antártida, es faltarle el respeto al soberano.
Los 7 de cada 10 argentinos, que el último domingo votaron en contra de la presidenta, merecen una pronta respuesta a sus reclamos para que haya más seguridad y se ponga un freno a la inflación, agravada por un escenario recesivo que desde varios meses afecta a sectores claves de la economía.
Los K siguen tomándole el pelo a la ciudadanía, sin tener en cuenta que, tal como lo decía Perón, “cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento”.