CAJA RIGUROSAMENTE VIGILADA

La Presidente acaba de anunciar el plan Petróleo Plus, que consiste en mejoras impositivas a las empresas que supuestamente deberían hacer exploración y explotación del petróleo de nuestro subsuelo. Actividades que cumplía planificadamente YPF en toda su larga historia. Sobre el final, quizás de manera deficitaria, pero lo hacía. Hoy los contratos de explotación y exploración han sido concedidos a infinidad de empresas extranjeras, que los realizan a medias, en la medida de sus fluctuantes intereses o el de sus casas matrices y que nada tienen que ver con las necesidades o intereses energéticos de la Argentina. Pareciera que ahora además, estas empresas necesitan estímulo. Cristina Fernández de Kirchner hace un relato, como ella misma define cualquier alocución suya, acerca de que hay que cuidar la caja del estado y que ello no sería nada pecaminoso. Cuidar las inversiones de los petroleros parece que se emparenta con el cuidado de la caja. Viniendo de quienes manejaron y manejan una provincia petrolera con una larga y controvertida historia con las regalías y la poderosa caja que proviene de ellas, se presume que por algo lo dirán. La reconversión de Repsol-YPF con la cesión del quince por ciento de las acciones a favor del amigo presidencial Enrique Eskenazi, también nos habla claramente del esmerado cuidado de la caja y el empeño puesto por el matrimonio Kirchner en ello. Cuidar la caja del estado, se dice. ¿De qué estado? Quizás sea del estado en que se encuentra todo. Hoy el cuidado de la caja, obviamente planteado como política de estado, ha sufrido una importante baja porque ha sido renunciado Héctor Capaccioli, Superintendente de Servicios de Salud. Se presenta el caso como un clásico de las furiosas internas gubernamentales. En esta ocasión, dándole el triunfo a Graciela Ocaña, Ministra de Salud. De paso ya empiezan a compensar a Moyano (tema probable reconocimiento legal a la CTA) colocando en la vacante a un abogado de sus huestes. El que se acaba de ir era el recaudador “laboratorioso” de los investigados fondos de la campaña electoral de la actual Presidente, entre otras yerbas. Presentarse a si mismos como estadistas preocupados por la salud de los organismos de recaudación, con historias recientes de espectaculares desprolijidades, habla de una notable presencia de ánimo digna de consideración.