Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
Finalmente, entre el miércoles y el jueves el gobierno consiguió que el Congreso sancionara las leyes de presupuesto, de emergencia y del impuesto al cheque. Estas últimas tendrán vigencia por dos años, de modo tal que, al menos en este aspecto, a la presidente no le resultará fácil victimizarse y decir que no la dejan gobernar. Sin embargo, ayer en Bariloche no se mostró contenta por este trámite express (que habría incluido la compra de votos). Tampoco le habría satisfecho que la oposición no dijera ni mu ante un proyecto de presupuesto que hace agua por todos lados. Ella optó por echarle la culpa de la crisis energética a los ’90, cuando -dijo- el gas que hoy nos falta es el que le vendíamos entonces a Chile a 2 dólares el millón de BTU. Cabe recordar que cuando YPF se vendió a Repsol el precio del barril de petróleo estaba a 11 dólares y el precio internacional del millón de BTU de gas natural estaba a 2 dólares, lo que hace que estas acusaciones sean un verdadero disparate.
Además, reivindicó la construcción del misil Cóndor en la localidad cordobesa de Falda del Carmen por la Fuerza Aérea. “No era el arma de guerra lo que molestaba, sino que alcanzáramos un alto grado de desarrollo científico”. El Cóndor II podría poner en órbita baja ciertos tipos de satélites, y un desarrollo posterior hubiera podido, en teoría, dar como resultado un vector adecuado para elevar cargas más grandes a mayor altura. Terminado apresuradamente el gobierno de Raúl Alfonsín en 1989, el de Carlos Menem al principio estuvo entusiasmado por el proyecto, pero EE.UU. presionó económicamente para que fuera terminado. Aunque el temor inglés de que fuera usado contra sus bases en Malvinas se fue apagando, el temor israelí fue creciendo. En realidad, no había muchas posibilidades de que la tecnología argentina pasara a manos iraquíes, pero de todas maneras EE.UU. desaprobaba el proyecto. Si éste no era cancelado, Argentina no podría realizar ninguna operación con el FMI o ningún otro organismo financiero mundial. En síntesis, la desactivación del proyecto Cóndor II fue una de las condiciones para que la Argentina ingresara al Grupo de los 20 y que llegaran cuantiosas inversiones extranjeras. Con su reivindicación del Cóndor en Bariloche, Cristina lanzó un segundo mensaje agresivo hacia EE.UU. e Israel, luego de su crítico discurso ante Asamblea General de la ONU.
Piedra libre para que siga el despilfarro
Las manos libres que le dejó la oposición a la presidente en materia presupuestaria para que se maneje con comodidad después del 27 de octubre no impedirían, por cierto, la derrota electoral del gobierno, que de este modo tendrá garantizada la caja. Sobre esta base, hay que presumir que la Casa Rosada acentuará el despilfarro actual y con nuevos motivos. Es que la presidente tiene fundados motivos para terminar presa, dada la multiplicidad de causas por corrupción que afectan a miembros de su gabinete. Sin chances de reelección, su camino para volver a acumular poder y negociar con un futuro gobierno, tal vez débil, sería presentarse como candidata gobernadora de Buenos Aires en octubre del 2015. A su favor está el hecho de que en Buenos Aires no hay ballotage y se elige gobernador por simple mayoría. Es cierto que el Frente para la Victoria no alcanzaría ahora al 30% de los votos, pero no lo es menos que en el 2015 todo indica que Sergio Massa buscaría ser presidente y no candidato a gobernador y que no aparece otra figura con su poder de convocatoria.
Con menos de un tercio de los votos, el kirchnerismo podría intentar ganar la elección provincial ante una nueva alianza entre el FAP y la UCR y uno o varios candidatos disidentes que salgan del sciolismo y el massismo. Pero así como los sueños reeleccionistas de Cristina significaban un nuevo derroche presupuestario, su nuevo rumbo hacia la gobernación podría no ser menos costoso.
Nada indica que las encuestas que marcan su baja en la intención de voto estén llevando al gobierno hacia la reflexión y el realismo económico sino más bien todo lo contrario. Lo más probable es que continúe la ficción de los subsidios, de los dólares que van por el turismo, el déficit energético y la compra de autos de alta gama. Así las cosas, la gran batalla que le espera a Cristina es más difícil que la dieta y la medicación que le hicieron bajar 10 kilos y gracias a la cual usa las calzas. Lo importante es que deberá enfrentarse a la realidad económica que exige un sinceramiento tarifario y cambiario. La postergación del mismo acentuará la sangría de las reservas internacionales del BCRA y puede generar episodios críticos bastante antes de que se presente como candidata a gobernadora con Sergio Urribarri como su candidato a presidente.