A quien corresponda: a los jueces, a los militantes políticos, a la mujeres, a los periodistas. Cuando vi la foto de Eduardo Vázquez tocando la batería en un acto cultural o político, me pregunté qué hacía este hombre que quemó a su mujer delante de sus hijos y que fue condenado y juzgado por homicidio agravado. Qué clase de "cholulismo" barato y perverso tiene que existir para hacer que sea interesante como figura y funcional para colocarlo en un escenario: ¿Qué podría representar su presencia?
Pensé en los padres de Wanda Taddei, pensé en la cantidad de mujeres que padecen golpes todos los días. Coincido con la idea de que la cárcel debe rehabilitar, pero sin duda la salida para un recital es un premio. Qué premio hay que darle a este asesino, a tan poco tiempo de su enjuiciamiento. ¿Buena conducta?
También me preguntaba qué dirá por ejemplo la actriz Andrea del Boca que se enfureció con tanto énfasis porque Florencia Peña aceptaba un contrato con Ideas del Sur para bailar en Showmatch. Por qué frente a este hecho no se oyeron voces de protesta.
Así como están hoy las circunstancias sociales y políticas, parecería que todo lo que haga un sector es necesariamente bueno y lo que hace el sector opositor es necesariamente malo. Nos obligan a elegir, como en una guerra, en qué "trinchera" hay que estar. La vida no es así. Me niego a que la vida, por lo menos la mía, se defina por blancos o negros. No tengo camisetas prestadas. Simplemente me coloco la camiseta de mis convicciones. Y cuando algo está mal, está mal. No le demos más vueltas de tuerca.