Por Clarìn.-
La declaración de un alto jefe de la AFIP complica el intento del vice de mostrarse separado de Núñez Carmona.
Desde ayer, Amado Boudou enfrenta a un nuevo contendiente de temer en la causa Ciccone. Es su propio Gobierno.
Uno de los funcionarios más poderosos de la AFIP, Rafael Resnick Brenner, declaró como imputado ante el juez del caso: su testimonio impactó en contra de uno de los puntos más sensible de la nueva estrategia defensiva de Boudou.
El titular de la regional de Salta del ente recaudador aseguró ante la Justicia que supo que el socio del vice, el millonario José María Núñez Carmona, controló el expediente impositivo de Ciccone Calcográfica cuando pasó en el 2010 por el Ministerio de Economía, por ese entonces manejado por su mejor amigo, Boudou.
En los últimos días, el vice se había quejado de los funcionarios que difunden información en su contra en los medios pidiendo no ser identificados como fuentes: los llamó “machos del off”. Desde ayer, ese fantasma se corporizó en el sentido contrario: hay también quienes lo perjudican hablando “on the record”.
Resnick Brenner declaró en contra de los intereses del vice en un plano más comprometido que un nota periodística: lo hizo ante la Justicia en una causa en la que también está imputado.
El martes pasado, Boudou dio a entender en una entrevista con TN que se había distanciado de Núñez Carmona porque éste último se había involucrado en negocios con la familia Ciccone. Según él, se había enterado de esas cuestiones en el último tiempo y no antes de que el caso se difundiera en forma masiva en los medios y avanzara en la Justicia. Uno de los abogados del vice, Diego Pirota, defendía también a Núñez Carmona y renunció a hacerlo.
La nueva estrategia jurídica de Boudou apuntaba a intentar despegarse de su mejor amigo desde los siete años debido a que las pruebas judiciales que lo comprometen en el caso Ciccone son muy concretas. La declaración de Resnick Brenner compromete esa coartada. El funcionario era la mano derecha del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, cuando ese organismo trató el pedido de moratoria que Ciccone elevó al Estado para pagar su deuda con el fisco.
Ese trámite no siguió el camino burocrático habitual de esos pedidos privados. Echegaray le ordenó a Resnick Brenner que le pregunte formalmente sobre el tema al ministro de Economía, Boudou. Según declaró ayer ante el juez Lijo, fue el jefe de gabinete de Boudou, Guido Forcieri, quien le presentó a Núñez Carmona y lo describió como el “encargado” de ese expediente tan singular. Boudou impulsó el benefició fiscal para Ciccone: dejó constancia escrita de sus deseos.
Núñez Carmona nunca fue funcionario ¿Qué hacía dentro del Ministerio de Economía manejando un tema tan sensible como una moratoria para la única imprenta privada capaz de imprimir billetes? Otros miembros de la familia Ciccone ya habían declarado ante la Justicia que habían estado en el ministerio con el socio de Boudou. Incluso contaron que conocieron la antesala del despacho del entonces ministro porque allí los llevaron Núñez Carmona y Vandenbroele. Estaban interesados en ayudarlos en los trámites para que Ciccone consiga salir de su quiebra, paso indispensable para que la sociedad The Old Fund pudiera comprar después el 70 por ciento de las acciones.
Hasta ahora, Boudou describía a quienes lo comprometían en la causa Ciccone como mafiosos que buscan perjudicarlo.
Difícil argumento para aplicar a uno de los funcionarios de su Gobierno.