Por Elizabeth Peger/El Cronista.-
Hoy y el lunes los operarios paralizarán la producción 4 horas por turno. Reclaman suba salarial cercana al 45%. Preocupa a empresas creciente conflictividad en el sector
Las negociaciones entre el sindicato de la alimentación y la cámara empresaria de la actividad por la definición del incremento salarial para los operarios del sector volvieron a estancarse ayer tras más de un mes de discusiones, por lo que el gremio endureció su postura y dispuso para hoy y el próximo lunes un paro de 4 horas por turno en las fábricas de todo el país, en una medida que según las empresas podría derivar en desabastecimiento de algunos productos.
La huelga que paralizará casi por completo la producción de alimentos entre hoy y el lunes fue oficializada ayer luego del fracaso de la reunión que las partes mantuvieron en el Ministerio de Trabajo para intentar acercar posiciones respecto de la definición de la paritaria sectorial.
Si bien la cartera laboral volvió a convocar a los representantes gremiales y empresarios a un nuevo encuentro para el lunes, fuentes de la Federación de Trabajadores de Industria de la Alimentación (FTIA) advirtieron que profundizarán las medidas si no hay una mejora del ofrecimiento salarial.
El escenario de la negociación es bastante complejo.
En parte por la importante brecha que separa el reclamo gremial, que exige elevar el salario básico de $ 6.300 a $ 9.000, lo que representa un incremento cercano al 45%, y la oferta empresaria de un aumento escalonado de 30% más una suma fija que elevaría la propuesta un par de puntos más, en línea con las subas cerradas en la mayoría de las paritarias.
Pero más allá de las diferencias sobre la magnitud del aumento, otro condimento clave de la negociación se vincula con el crecimiento del sindicalismo de izquierda en las comisiones internas de las principales fábricas de alimentos. Esos sectores presionan sobre la conducción nacional del gremio para mejorar los términos del acuerdo salarial, situación que según sostienen en las empresas dificulta la posibilidad de llegar a un acuerdo. El panorama es muy complicado. Estamos preocupados por el nivel de conflictividad en las fábricas que va a traer consecuencias, advirtieron desde una empresa del sector y alertó sobre el impacto de las protestas en el abastecimiento de alimentos y el plan de Precios Cuidados que implementó el Gobierno para controlar la inflación.
Desde la conducción de la federación gremial rechazan las advertencias empresarias y aseguran que el sector está en condiciones de financiar el incremento salarial que reclaman los trabajadores. Si tomamos mayo 2013 a mayo último, las empresas ajustaron los precios un 39,5% y el aumento salarial fue del 25%, hicieron un buen colchón, criticó un dirigente del gremio.