Proyecta encabezar una lista de diputados nacionales en Buenos Aires para restarle votos al PRO y el peronismo disidente. Felipe Solá está a punto de retornar al primer plano político a través de una compleja operación que lo llevaría a presentarse como cabeza de una lista de diputados nacionales en Buenos Aires. El ex gobernador bonaerense necesita renovar su banca el año que viene y las marchas y contramarchas de la política hicieron que hoy se encuentre en una especie de limbo político. Abandonó a fines del año pasado su rol de peronista opositor para elogiar a CFK, pero ésta no le abrió las puertas de la Casa Rosada y terminó fuera de ambos bandos.
En alguna medida Solá, igual que Alberto Fernández y otros ex kirchneristas, cometió el error de creer que habría espacio para practicar un oficialismo crítico. Pero el cristinismo no parece conocer semejantes sutilezas y exige obediencia absoluta a sus seguidores.
En alguna medida Solá, igual que Alberto Fernández y otros ex kirchneristas, cometió el error de creer que habría espacio para practicar un oficialismo crítico. Pero el cristinismo no parece conocer semejantes sutilezas y exige obediencia absoluta a sus seguidores.
En su peregrinación, Solá habría terminado sentándose con Julio de Vido y Sergio Massa, este último cada vez más cerca de la foto con Cristina. De éstas y otras conversaciones habría surgido un proyecto electoral para el 2013. Al cristinismo le interesa que el año que viene se presente en Buenos Aires una lista peronista que le reste votos al peronismo disidente y al PRO, para evitar que estos dos sectores terminen aliados y se conviertan en la segunda fuerza electoral de la provincia, lo que reforzaría las chances presidenciales de Macri para el 2015. Solá, con un discurso semicrítico del gobierno, cumpliría entonces el rol de intentar restarle 5 ó 6 puntos a la oposición peronista. El acuerdo en marcha entre aquél y De Vido incluiría una aproximación a Jesús Cariglino, para convencerlo de que se sume al proyecto. De aceptar, el gobierno nacional dejaría de sabotear su gestión como intendente de Malvinas Argentinas.
Hasta el momento, se ignora si el diálogo entre Solá y Cariglino prospera, pero da la impresión de que este último continúa rumbo a una alianza con el PRO.
Massa, la carta mayor
En las conversaciones entre De Vido, Massa y Solá, de las que participaría Florencio Randazzo, también hay otros temas. Por ejemplo, el intendente de Tigre intenta convencer a los operadores presidenciales de que la mejor opción para la Casa Rosada es que él encabece la lista para diputados nacionales en lugar de Alicia Kirchner. Su principal argumento es sólido, ya que las encuestas lo ubican con similar imagen positiva que Daniel Scioli y muy por encima de la ministra de desarrollo social. Massa especularía con que la presidente finalmente ceda ante la contundencia de las encuestas y apele a Massa como gran recaudador de votos, lo que tendría la ventaja extra para el cristinismo de poder prescindir de Scioli, convirtiéndolo en un convidado de piedra de la campaña electoral. Para los ultra cristinitas, ganar las elecciones sin la participación del ex motonauta y sin sciolistas en las listas de candidatos sería casi lo ideal. Pero nada es gratis en política, porque un Massa triunfante se convertiría automáticamente en el gran candidato a la sucesión de Scioli en el 2015. Algunos suspicaces van mas lejos y sostienen que las ambiciones del tigrense no tienen límite. En otras palabras, que si el cristinismo lo encumbra, él tal vez podría ir por más, convirtiéndose en el principal adversario de Cristina para el 2015.
