Al pie de la escalera lo esperaba el presidente junto con su esposa, Margarita Zavala; el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, y un grupo de niños indígenas mixtecos que le ofrecieron regalos de bienvenida. En su alocución, Calderón se refirió al "momento aciago y de gran tribulación" que vive México a causa del crimen organizado, la gripe A (H1N1), la intensa sequía, la crisis económica y otras dificultades. "Pero, a pesar de todo, México está en pie, porque es un pueblo fuerte", sentenció. En su respuesta, el Papa dijo que rezará "particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia" y les pidió a los mexicanos avanzar en la construcción de una sociedad cimentada "en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia". Además, el Pontífice, quien se presentó como "peregrino de la fe, la esperanza y la caridad", defendió "la libertad religiosa en su integridad" y tuvo un recuerdo para los millones de mexicanos que tuvieron que emigrar. En este viaje, Joseph Ratzinger limitará su estada de tres días al estado de Guanajuato, gobernado desde 1991 por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), del presidente Calderón. El Santo Padre, que evitó la capital mexicana ante las complicaciones que la altura podría acarrearle a su salud, "juega en casa". Es que Guanajuato está encuadrado en la región geográfica de El Bajío, una de las áreas más tradicionalistas del país y escenario entre 1926 y 1929 de la Guerra Cristera entre el Gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias católicas opuestas a la Constitución "revolucionaria" de 1917. El nuncio, Christophe Pierre, insistió en que este viaje es meramente religioso y Benedicto XVI "no viene a incidir en el período electoral" (los comicios son el 1° de julio próximo), sino "a vivir una fiesta, a encontrarse con el pueblo mexicano". Sin embargo, la visita se inscribe en un claro trasfondo político: el Senado se enfrenta a un debate sobre la reforma de dos artículos constitucionales relativos a la inclusión del adjetivo "laico" en la definición de la república y a la tolerancia de ceremonias religiosas públicas sin necesidad de permiso gubernativo. También son polémicas las leyes aprobadas por algunos estados referentes a la despenalización del aborto y la implantación del matrimonio homosexual. Sobre este tema no pasaron inadvertidas las declaraciones del secretario del Estado vaticano, Tarcisio Bertone, quien dijo que Ratzinger llega a México con un mensaje "en defensa de la familia, la vida y las libertades fundamentales, valores no negociables". El país sufre además la violencia imparable asociada al tráfico de drogas. A este respecto, Benedicto XVI ya había comentado a los periodistas durante el vuelo que lo traía desde Roma: "Debemos hacer lo posible contra este mal destructivo para la sociedad y para nuestra juventud. La primera acción es anunciar a Dios. La tarea de la Iglesia es educar las conciencias en la responsabilidad moral, desenmascarar la idolatría del dinero que esclaviza a los hombres, el mal y las falsas promesas, la mentira y la estafa que están detrás de la droga". Desde algunos sectores se cuestionó que el Papa no vaya a recibir a representantes de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes -en especial, a las víctimas del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo- por "falta de tiempo", según la Conferencia del Episcopado Mexicano. IDEOLOGÍA SIN RESPUESTA La siguiente escala de este viaje llevará a Benedicto XVI a Cuba. Sobre la isla caribeña, y también sobre preguntas de la prensa que lo acompañaba en el avión, el Santo Padre dijo que "hoy es un tiempo en el cual la ideología marxista, como fue concebida, no responde ya a la realidad". En ese sentido, se comprometió a que la Iglesia quiere "ayudar con un espíritu de diálogo, para evitar traumas y contribuir a una sociedad justa como la deseamos para todo el mundo".
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
sábado, 24 de marzo de 2012
EN MÉXICO EL PAPA APUNTÓ A LOS NARCOS.
Ante una ferviente multitud, señaló que rezará "por los que sufren a causa de nuevas formas de violencia"; cuestionamientos a Cuba
"Señor presidente: pediré al Señor y a la Virgen de Guadalupe por este pueblo y rezaré por quienes más lo necesitan, por los que sufren de nuevas formas de violencia."
Benedicto XVI no se demoró en abordar el problema que más desvela a los mexicanos y se refirió al narcotráfico en las palabras iniciales de su primer viaje al país hispanohablante con mayor cantidad de católicos, durante su respuesta al discurso de recibimiento del presidente Felipe Calderón.
El Papa inició ayer su primera gira por países americanos de habla hispana -que lo llevará además a Cuba- cuando arribó en la tarde mexicana al aeropuerto de Silao, en el estado de Guanajuato. Allí fue recibido al son de un mariachi y por una multitud vociferante que aguantó con estoicismo y durante horas bajo un sol inclemente.
Al pie de la escalera lo esperaba el presidente junto con su esposa, Margarita Zavala; el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, y un grupo de niños indígenas mixtecos que le ofrecieron regalos de bienvenida. En su alocución, Calderón se refirió al "momento aciago y de gran tribulación" que vive México a causa del crimen organizado, la gripe A (H1N1), la intensa sequía, la crisis económica y otras dificultades. "Pero, a pesar de todo, México está en pie, porque es un pueblo fuerte", sentenció. En su respuesta, el Papa dijo que rezará "particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia" y les pidió a los mexicanos avanzar en la construcción de una sociedad cimentada "en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia". Además, el Pontífice, quien se presentó como "peregrino de la fe, la esperanza y la caridad", defendió "la libertad religiosa en su integridad" y tuvo un recuerdo para los millones de mexicanos que tuvieron que emigrar. En este viaje, Joseph Ratzinger limitará su estada de tres días al estado de Guanajuato, gobernado desde 1991 por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), del presidente Calderón. El Santo Padre, que evitó la capital mexicana ante las complicaciones que la altura podría acarrearle a su salud, "juega en casa". Es que Guanajuato está encuadrado en la región geográfica de El Bajío, una de las áreas más tradicionalistas del país y escenario entre 1926 y 1929 de la Guerra Cristera entre el Gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias católicas opuestas a la Constitución "revolucionaria" de 1917. El nuncio, Christophe Pierre, insistió en que este viaje es meramente religioso y Benedicto XVI "no viene a incidir en el período electoral" (los comicios son el 1° de julio próximo), sino "a vivir una fiesta, a encontrarse con el pueblo mexicano". Sin embargo, la visita se inscribe en un claro trasfondo político: el Senado se enfrenta a un debate sobre la reforma de dos artículos constitucionales relativos a la inclusión del adjetivo "laico" en la definición de la república y a la tolerancia de ceremonias religiosas públicas sin necesidad de permiso gubernativo. También son polémicas las leyes aprobadas por algunos estados referentes a la despenalización del aborto y la implantación del matrimonio homosexual. Sobre este tema no pasaron inadvertidas las declaraciones del secretario del Estado vaticano, Tarcisio Bertone, quien dijo que Ratzinger llega a México con un mensaje "en defensa de la familia, la vida y las libertades fundamentales, valores no negociables". El país sufre además la violencia imparable asociada al tráfico de drogas. A este respecto, Benedicto XVI ya había comentado a los periodistas durante el vuelo que lo traía desde Roma: "Debemos hacer lo posible contra este mal destructivo para la sociedad y para nuestra juventud. La primera acción es anunciar a Dios. La tarea de la Iglesia es educar las conciencias en la responsabilidad moral, desenmascarar la idolatría del dinero que esclaviza a los hombres, el mal y las falsas promesas, la mentira y la estafa que están detrás de la droga". Desde algunos sectores se cuestionó que el Papa no vaya a recibir a representantes de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes -en especial, a las víctimas del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo- por "falta de tiempo", según la Conferencia del Episcopado Mexicano. IDEOLOGÍA SIN RESPUESTA La siguiente escala de este viaje llevará a Benedicto XVI a Cuba. Sobre la isla caribeña, y también sobre preguntas de la prensa que lo acompañaba en el avión, el Santo Padre dijo que "hoy es un tiempo en el cual la ideología marxista, como fue concebida, no responde ya a la realidad". En ese sentido, se comprometió a que la Iglesia quiere "ayudar con un espíritu de diálogo, para evitar traumas y contribuir a una sociedad justa como la deseamos para todo el mundo".
Al pie de la escalera lo esperaba el presidente junto con su esposa, Margarita Zavala; el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, y un grupo de niños indígenas mixtecos que le ofrecieron regalos de bienvenida. En su alocución, Calderón se refirió al "momento aciago y de gran tribulación" que vive México a causa del crimen organizado, la gripe A (H1N1), la intensa sequía, la crisis económica y otras dificultades. "Pero, a pesar de todo, México está en pie, porque es un pueblo fuerte", sentenció. En su respuesta, el Papa dijo que rezará "particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia" y les pidió a los mexicanos avanzar en la construcción de una sociedad cimentada "en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia". Además, el Pontífice, quien se presentó como "peregrino de la fe, la esperanza y la caridad", defendió "la libertad religiosa en su integridad" y tuvo un recuerdo para los millones de mexicanos que tuvieron que emigrar. En este viaje, Joseph Ratzinger limitará su estada de tres días al estado de Guanajuato, gobernado desde 1991 por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), del presidente Calderón. El Santo Padre, que evitó la capital mexicana ante las complicaciones que la altura podría acarrearle a su salud, "juega en casa". Es que Guanajuato está encuadrado en la región geográfica de El Bajío, una de las áreas más tradicionalistas del país y escenario entre 1926 y 1929 de la Guerra Cristera entre el Gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias católicas opuestas a la Constitución "revolucionaria" de 1917. El nuncio, Christophe Pierre, insistió en que este viaje es meramente religioso y Benedicto XVI "no viene a incidir en el período electoral" (los comicios son el 1° de julio próximo), sino "a vivir una fiesta, a encontrarse con el pueblo mexicano". Sin embargo, la visita se inscribe en un claro trasfondo político: el Senado se enfrenta a un debate sobre la reforma de dos artículos constitucionales relativos a la inclusión del adjetivo "laico" en la definición de la república y a la tolerancia de ceremonias religiosas públicas sin necesidad de permiso gubernativo. También son polémicas las leyes aprobadas por algunos estados referentes a la despenalización del aborto y la implantación del matrimonio homosexual. Sobre este tema no pasaron inadvertidas las declaraciones del secretario del Estado vaticano, Tarcisio Bertone, quien dijo que Ratzinger llega a México con un mensaje "en defensa de la familia, la vida y las libertades fundamentales, valores no negociables". El país sufre además la violencia imparable asociada al tráfico de drogas. A este respecto, Benedicto XVI ya había comentado a los periodistas durante el vuelo que lo traía desde Roma: "Debemos hacer lo posible contra este mal destructivo para la sociedad y para nuestra juventud. La primera acción es anunciar a Dios. La tarea de la Iglesia es educar las conciencias en la responsabilidad moral, desenmascarar la idolatría del dinero que esclaviza a los hombres, el mal y las falsas promesas, la mentira y la estafa que están detrás de la droga". Desde algunos sectores se cuestionó que el Papa no vaya a recibir a representantes de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes -en especial, a las víctimas del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo- por "falta de tiempo", según la Conferencia del Episcopado Mexicano. IDEOLOGÍA SIN RESPUESTA La siguiente escala de este viaje llevará a Benedicto XVI a Cuba. Sobre la isla caribeña, y también sobre preguntas de la prensa que lo acompañaba en el avión, el Santo Padre dijo que "hoy es un tiempo en el cual la ideología marxista, como fue concebida, no responde ya a la realidad". En ese sentido, se comprometió a que la Iglesia quiere "ayudar con un espíritu de diálogo, para evitar traumas y contribuir a una sociedad justa como la deseamos para todo el mundo".
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