HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 15 de marzo de 2012

EL RETO DE BENEDICTO XVI


Entrar por la puerta de la fe. Chesterton decía que la Iglesia no invitaba a quitarse la cabeza, sino a quitarse el sombrero para abordar los temas de la fe. Así es. Por influjo de la filosofía racionalista, desde Descartes, pasando por Kant hasta sus corifeos, se ha pretendido darle la autonomía absoluta a la razón respecto de la fe cristiana y católica, de modo que la razón se adueñe de todo, lo deduzca todo y finalmente lo desmitifique todo. Este proceso debilitó a la razón al grado de enmarcarla en el horizonte de lo científico y tecnológico: solo la evidencia de lo contable y constatable. Adiós al mundo de las certezas y de la fe. Se estancó la filosofía e incluso se le declaró muerta con Wittgenstein. Reconstruir la filosofía en crisis es reto de nuestro tiempo al igual que proponer que la fe es razonable y ambas, razón y fe, nos permiten liberarnos de las patologías propias de cada una por separado: de la fe el caer en el fanatismo y el fundamentalismo y el de la razón el caer en los excesos monstruosos de Auschwitz, Hiroshima o Chernobyl, sin olvidar la crisis noógena, como la llamaba Vilktor E. Franckl, a la ausencia del sentido de la vida. P. Prisciliano Hernández Chávez, CORC.
La fe y la razón unidas como las alas del espíritu humano para remontar el vuelo de la trascendencia. Unir la fe bíblica con el logos griego ha sido tarea de la Iglesia de siempre: Jerusalén, Atenas y Roma pueden convivir y ofrecernos un modo de pensar, de ser y de estar en nuestro mundo según las dimensiones esenciales de la persona humana: orientación a la verdad, la bondad y la belleza. Nuestra inteligencia, memoria y voluntad anudadas por la fe y la sensibilidad, libres de la pseudociencia para entrar con nuestra integridad de personas por la puerta de la fe. En este contexto hemos de enmarcar todo el documento del Papa Benedicto XVI, Porta Fidei -La Puerta de la Fe-, y en particular de los números del 11 al 15. Frutos de la fe A través de sus páginas se constata que la fe no es una teoría o una opción ética, sino el encuentro con una Persona -Jesucristo-, que vive en la Iglesia, que está presente y actúa (n.11). Entre la fe y la verdadera ciencia no hay conflicto alguno porque ambas por caminos distintos tienden a la verdad (n.12).En Jesucristo se encuentran saciados en plenitud los anhelos del corazón humano: la alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y del dolor, la fuerza del perdón, la victoria de la vida ante el vacío de la muerte. En este año de la fe será decisivo recorrer la historia de la fe: la contribución de hombres y mujeres quienes, con el testimonio de su vida, han colaborado en el crecimiento y desarrollo de comunidades: los dos mil años últimos de la historia de la salvación. Es necesario valorar la importancia de la fe de María Santísima, de los Apóstoles, de la primera comunidad que perseveraba en su enseñanza, en la oración y en la celebración de la Eucaristía. La fe de los mártires, de los confesores, de los hombres y mujeres de toda condición y edad cuyos nombres están inscritos en el libro de la vida (n.13). Este Año de la Fe es una gran oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad, pues la fe sin la caridad no da fruto. Los signos de los tiempos en la historia actual nos compromete a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado. Por eso la relación con Cristo tiene que ser más fuerte pues solo en Él tenemos la certeza de mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. No existe mayor lucha que la del bien y del mal: Cristo ha vencido al mal y a la muerte. Con esta confianza nos encomendamos a Él presente entre nosotros y en la Iglesia, comunidad visible de su misericordia y de la reconciliación con el Padre. Confiemos a la Madre de Dios este tiempo de gracia, a ella que fue proclamada dichosa por creer (n.15). Con este documento, Porta Fidei, el Papa Benedicto XV nos invita a entrar por la Puerta de la Fe. Viene a México a confirmarnos en la comunión de la misma fe, de la misma esperanza y del mismo amor. Entremos e invitemos a entrar a la comunión de esta fe profesada, celebrada, vivida y orada por nuestros padres y por los mártires de Cristo Rey y de Santa María de Guadalupe.

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