Con el subte como excusa. Sobre la mesa de trabajo de Mauricio Macri ya hay una medición que indica que la imagen positiva de CFK bajó 5 puntos en los últimos 30 días y que esta tendencia podría consolidarse. También le alcanzaron al Jefe de Gobierno los números globales de cuánto le costarán al gobierno porteño las medidas de ajuste instrumentadas por la Casa Rosada. El retiro de la Policía Federal de los hospitales y otras reparticiones porteñas dispuesto por la Ministra de Seguridad Nilda Garré le costaría a la ciudad 100 millones de pesos anuales. Pero la eliminación de los subsidios al gas y la electricidad que beneficiaban a la administración local alcanza a 250 millones. Por último, el polémico traspaso de los subtes implicaría un mayor gasto de 80 millones. Carlos Tórtora/El Informador
Así las cosas, Macri le habría comentado a su equipo que, en plena etapa de diálogo con el Gobierno Nacional, éste lo castiga trasladándole gastos por 500 millones de pesos. “Como enemigos no nos tratarían peor”, ironizó el jefe del PRO. .
Tercero, pero no menos importante, en el PRO crece la presión para que su primera figura reasuma un rol nacional y la única forma de hacerlo sería tomando distancia pública de la Casa Rosada. El creciente malhumor social que se exterioriza en la tragedia de Once es el otro dato que completa el cuadro.
El problema de la oportunidad
Con su estilo cauteloso, Macri estaría entonces preparando el terreno para su ruptura con Cristina, que se materializaría a través del rechazo a hacerse cargo de los subtes porteños.
Este movimiento coincide con la corrección de rumbo que está intentado la UCR, cuyos legisladores nacionales no sólo están pidiendo la interpelación de Julio de Vido y la renuncia de Juan Pablo Schiavi sino que también redactan una denuncia penal contra éstos por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En un clima social cada vez más enrarecido, el liderazgo de la oposición puede volver a cobrar sentido, sobre todo a partir de que se agudicen los efectos del incipiente ajuste sobre el bolsillo de la clase media.
Como es lógico, en los cenáculos ultracristinistas ya hay comentarios acerca de las nuevas represalias que podría sufrir Macri si es que finalmente se decide a plantarse ante el gobierno.