Brasil desacelera y las automotrices se despiden de las "tasas chinas" de crecimiento.
Cuarenta. Esa cifra es la que hoy desvela a Gobierno y empresarios. ¿Qué significa? Es el stock de autos sin vender, en cantidad de días, en el país vecino, que compra 50% de lo que se produce localmente. Para peor, el mercado interno crecerá menos. Compañías preparan "Plan B" ante el nuevo contexto.
Fue el motor por excelencia del "made in Argentina". También, el artíficie de que la industria nacional exhibiera sólidas tasas de crecimiento y, además, el responsable de gran parte de los mayores anuncios de inversión que luego fueron replicados, con bombos y platillos, por el Gobierno nacional.En definitiva, el sector automotriz se convirtió en uno de los grandes símbolos del "modelo K", cuya prédica mediática siempre hizo hincapié en una industria nacional fuerte, en el sostenimiento de los puestos de trabajo y en el fortalecimiento del mercado de consumo.
Sin embargo, ahora la pista para los 0 Km argentinos no luce tan despejada.
En primer lugar, el escenario que atraviesa Brasil no es el mejor: mes a mes el crecimiento proyectado para su economía se ajusta a la baja y, además, no para de incrementarse el número de vehículos en stock que "duermen" en los playones de fábricas y concesionarias de ese país.
Y Brasil empujando menos es un punto sumamente crítico, considerando que demanda cerca del 50% de los autos que se fabrican en la Argentina.
A esto se suma el temor de que se produzca una marcada desaceleración en el ritmo de ventas en el mercado interno, en línea con lo que se espera para el consumo en general.
En diálogo con iProfesional.com, el economista Tomás Bulat se mostró tajante: "Todo indica que se termina el boom de la industria automotriz. El sector muy difícilmente pueda seguir sosteniendo tasas de crecimiento del 20%. En un contexto como el actual, las fábricas no podrán seguir trabajando con tres turnos".
El experto además anticipó que esta industria dejará de exhibir alzas ininterrumpidas para ingresar en una suerte de "subibaja".
"Seguramente habrá más inestabilidad: algunos meses subirá, otros meses bajará. Pero claramente vamos hacia un 2012 en el que la industria crecerá no más allá del 5%", sentenció.
Desde la consultora Ecolatina ya venían advirtiendo que "se espera una desaceleración del sector automotriz respecto del ritmo de los últimos dos años", lo cual "no será inocua para la industria ni para la economía en general, dada la creciente gravitación del sector".
Las empresas lo vienen palpitando
Actualmente, son numerosas las empresas que están limitando su ritmo de producción para ajustar el nivel de inventarios.
Renault decidió parar todos los lunes de noviembre, con lo cual se vieron afectados 2.500 obreros que trabajan en la planta donde actualmente se fabrican modelos como el Fluence, Kangoo, Clio y Symbol. Los mismos cobrarán tres cuartas partes de sus salarios.
El punto central es que cerca de 7 de cada 10 vehículos que fabrica esa compañía se destinan al mercado brasileño.
En el caso de Volkswagen, están en tratativas con el gremio para determinar si se adelantan vacaciones a parte del personal en diciembre y así también avanzar en un ajuste del inventario, especialmente en esta época del año en la que baja el nivel de demanda.
En este contexto, el presidente de una reconocida empresa autopartista radicada en Santa Fe, que provee a cuatro terminales en la Argentina, no ocultó su preocupación al asegurar a este medio que "Peugeot también podría estar parando algunos días para adecuar el nivel de stock de algunos de su modelos".
Y el efecto derrame sobre las empresas que proveen componentes ya se hizo sentir: desde la UOM acaban de informar que firmas instaladas en Córdoba, como Montich -que fabrica chasis para camiones- y Sturam -que produce partes y piezas para motores- suspendieron a algunos trabajadores con contratos eventuales.
A este listado se agrega Cibie, una de las mayores autopartistas del país. En ese caso se abrió un nuevo foco de conflicto entre la empresa y los delegados gremiales, que alertan que la firma ya inició todos los trámites necesarios para solicitar la apertura del procedimiento preventivo de crisis.
En la UOM están en alerta ya que esta iniciativa, aseguran, "contempla despidos, pasando incluso a suprimir derechos y garantías convencionales" de los trabajadores.
En diálogo con este medio, Julio Cordero, presidente del Grupo PROA, una de las cámaras autopartistas, aseguró que "todos los empresarios estamos mirando bien los números y preparados para cualquier cosa. Hay señales amarillas. Por eso algunas firmas ya pidieron aplicar el procedimiento preventivo de crisis".
En su caso en particular, el empresario aseguró que "en algunas situaciones notamos una marcada baja en la cantidad de pedidos. Nosotros proveemos a una terminal de origen europeo que directamente nos compró la mitad que el año pasado. Esto obviamente nos preocupa".
Por su parte, el directivo de la autopartista santafecina que accedió a dialogar off the record, alertó que "esto está generando cada vez más problemas con las terminales. El año pasado acordamos con algunas automotrices venderles un determinado nivel de piezas y muchas directamente nos avisaron que este año nos van a comprar sólo el 60% de lo que ya habíamos pactado. El problema es que muchas pequeñas y medianas empresas venían invirtieron y ampliando su capacidad para cubrir esa potencial demanda que, de un día para el otro, se achicó".
Al respecto, Cordero explicó que, en general, la mayoría de los acuerdos son de compra abierta, de modo que "se trata de una guía, no de un contrato firme. Con lo cual, ninguna parte le puede reclamar a la otra".
La locomotora verdeamarela pierde impulso
En los últimos años, Brasil se había transformado en la gran tabla de salvación para las automotrices locales, dado que les permitió sostener la rentabilidad a causa del súper real, minimizar el impacto de los costos internos y, por supuesto, sacar más y más autos de las líneas de montaje, dado que hasta ahora ha venido demandando la mitad de las unidades producidas localmente.
Por eso para los expertos, la pérdida de impulso que viene registrando Brasil no será gratuita para la Argentina.
Al respecto, según Bulat, el país vecino "empujará muy por debajo del ritmo al que lo venía haciendo hasta ahora".
Como una suerte de "índice riesgo país", en la industria miran con particular atención lo que ocurre con el inventario de 0 Km sin vender y que se acumulan mes a mes en la tierra de la presidenta Dilma Rousseff.
En efecto, según se dio a conocer en los últimos días, en el país vecino ya hay más de 374.000 unidades salidas de fábrica que están juntando polvo y sin dueño, una cifra apenas por debajo de todo lo que la Argentina le estará vendiendo a lo largo de este año.
Puesto en números, este nivel de inventario ya representa 40 días de ventas, un nivel calificado como "peligroso" por las propias autoridades que representan a las terminales y que se acerca sin prisa y sin pausa a los 52 días que el sector llegó a alcanzar en plena crisis de 2008.
Al respecto, Marcos Ferrario, economista de la consultora Abeceb, destacó que, en meses considerados "normales", el nivel de inventario no debería superar los 27 días.
Además, el otro dato que genera preocupación, es que el nivel de patentamientos en octubre se retrajo un 10% frente al de septiembre.
"Hacia adelante las perspectivas de la industria automotriz no lucen tan auspiciosas ya que no esperamos un repunte de las exportaciones por el menor crecimiento mundial y de Brasil en particular, en un contexto financiero internacional dominado por la incertidumbre", advirtieron desde Ecolatina.
Por su parte, Ferrario aseguró que "lo que más preocupa en el país vecino es la calidad de la demanda".
Sucede que "la clase media que se incorporó al mercado de consumo a partir de la última gestión de Lula, está influyendo cada vez menos. Esa demanda, que básicamente se centraba en autos de gama baja, a partir de junio se redujo a cero", disparó.
Además, el experto hizo hincapié en las medidas que está tomando el Gobierno de Brasil para enfriar la economía y evitar que se dispare la inflación. En este sentido, consideró que "las restricciones al crédito van a continuar. Esto significa que no se espera que la demanda brasileña se reactive durante 2012. Por eso, el escenario más probable es el de crecimiento cero".
El mercado interno, con luces amarillas
Las luces amarillas para el sector se encienden en varios frentes:
• Menor crecimiento de la economía argentina: en la visión de los expertos, al proceso de auge del consumo basado en una inflación exacerbada, como el que se vivió hasta ahora, le seguirá un período de ajuste, con la consiguiente caída en el nivel de actividad.
Al respecto, el economista Roberto Cachanosky sostuvo que "lo que vamos a ver en poco tiempo más es una notable desaceleración del ritmo económico que afectará fundamentalmente al consumo".
• Encarecimiento de tasas: el paulatino ocaso del "crédito barato" también pegará en el sector. Si bien la gran mayoría de las operaciones de compra se realizan en "cash", un dato a destacar es que el financiamiento de autos se venía expandiendo fuertemente: en septiembre, por ejemplo, había crecido casi 80% frente al mismo mes del año pasado. Incluso, hasta ahora, por cada auto patentado se destinan $10.000 en créditos prendarios, tres veces más que en 2010.
• El fantasma de la salida de capitales: si bien con las últimas medidas implementadas por el Gobierno la fuga de divisas se redujo considerablemente, los expertos advierten que es clave mantener la salida lo más "encorsetada" posible para evitar que ésta vuelva a dispararse, dado que, de lo contrario, esta variable implicaría echar más leña al fuego en lo que respecta a la caída en los niveles de consumo.
En este contexto, Alberto Príncipe, presidente de la Cámara del Comercio Automotor (CCA) aseguró que el año ya está jugado y que se llegaría al récord de venta esperado para 2011, con cerca de 850.000 vehículos comercializados, lo que implicaría una tasa de crecimiento del 20%.
Sin embargo, para el año próximo, reconoció que "si la crisis internacional se profundiza, ahí sí tendríamos que sentarnos y volver a analizar todas las proyecciones".
Por qué es un sector clave para el Gobierno
Esta rama de actividad al Ejecutivo siempre le resultó funcional a la hora de mostrar los logros de su administración:
• En 2010 el rubro automotriz se expandió 41% y, en lo que va de 2011, acumula una suba del 20%. Como contrapartida, el resto de la industria apenas creció 5,5% durante ambos períodos. Esto explica por qué la fabricación de 0 Km representa la mitad del incremento del "made in Argentina".
• Según Ecolatina, este sector también es clave en cuanto a la creación de puestos de trabajo: este año el empleo en el sector creció casi 12% frente al menos del 3% de la industria en general. Además, es clave su "efecto derrame": por cada puesto de trabajo creado en esta rama de actividad se generan casi 5 en el resto de la economía.
• Por el lado del nivel de ventas, los números también jugaron a favor: mientras que el consumo hasta el mes pasado venía creciendo a una tasa interanual del 8%, el nivel de patentamientos de 0 Km lo hizo a un ritmo cuatro veces superior a esa cifra.
• Por otra parte, un punto no menor es la visibilidad que ofrece esta industria frente a la opinión pública, que le sirvió al Gobierno para difundir su política anti importadora, como cuando decidió relanzar su polémico plan "1 a 1", por el cual las empresas quedaron obligadas a compensar sus compras de bienes en el exterior con exportaciones por el mismo valor.
Como broche de oro, en las últimas dos semanas cuatro pesos pesados como son General Motors, Peugeot, Ford y Scania, "dieron el ejemplo" y se comprometieron ante el Ejecutivo a no girar divisas al exterior, dejando en claro que los empresarios del sector están completamente alineados con la política oficial.
Gracias a estos acuerdos, más de u$s600 millones no serán enviados fuera del país, un "gesto de buena voluntad" en momentos en que cuidar el colchón verde se convirtió en una de las mayores prioridades del Gobierno.
Estas son algunas de las razones que explican por qué a la administración kirchnerista le resulta fundamental que la industria automotriz continúe acelerando a fondo y no saque el pie del acelerador.
