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NUEVO INFORME ESCUDRIÑA LA AGENDA ABORTISTA DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD.
Por Susan Yoshihara, Ph.D.
NUEVA YORK, 24 de junio (C-FAM) ¿Cómo fue que la Organización Mundial de la Salud se convirtió en uno de los principales defensores mundiales del aborto? Un nuevo trabajo de investigación afirma que ocurrió gradualmente.
A medida que los países de occidente liberalizaban sus leyes de aborto en las décadas del setenta y del ochenta, iban justificando la necesidad de hacerlo «seguro» dondequiera que fuera legal. El resultado fue un amplio apoyo, capacitación y programa de investigación del aborto que se institucionalizó como un departamento dentro de la OMS en 1998.
Según uno de los numerosos reportes de la OMS citados en el informe, personal de la ONU experimentó con más de 2000 mujeres para probar la menor dosis efectiva de mifepristona, llamada RU-486 en Estados Unidos, con miras a hacer que el aborto fuera más «seguro» y menos costoso. La OMS dice que realizó pruebas en Sudáfrica y en Vietnam empleando parteras para practicar abortos con aspiradores manuales o kits plásticos para abortos, y personal de la OMS efectuó pruebas de aborto en mujeres utilizando la controvertida droga misoprostol hasta los 63 días de embarazo.
El autor de este trabajo de investigación, Andrew Essig, de la Universidad De Sales, critica la separación de la OMS de su mandato primero de curar e impartir salud. Por ejemplo, en el programa presupuestario propuesto para este año, se otorgó a la salud sexual y reproductiva USD 332 millones, mientras que la nutrición y la seguridad alimentaria recibieron sólo USD 120 millones.
Essig cita a expertos internacionales en salud que afirman que el financiamiento está impulsando la desviación del mandato. La mayor parte de este proviene de fuentes voluntarias, y la organización recibe una cantidad significativa de recursos financieros de países noreuropeos y donantes privados que promueven en gran medida la agenda de salud sexual y reproductiva. «Si la OMS dejara de perseguir esos fondos», afirma Christopher Murray, de la Universidad de Harvard, «podría volver a concentrarse en su auténtica misión de brindar asesoramiento especializado y orientación estratégica».
Essing considera que los fundamentos del nuevo enfoque de la salud sexual y reproductiva «basado en los derechos» se cimentan en polémicos documentos no vinculantes. Entre ellos se encuentran los documentos resultantes de la conferencia de la ONU sobre población y desarrollo de El Cairo celebrada en 1994 y los de la conferencia de 1995 sobre la mujer, en Beijing.
Esto ha conducido a un énfasis exesivo del apoyo activo a la causa del aborto, según Essig. Las metas del departamento de salud reproductiva de la OMS incluyen: obtener pruebas del predominio del aborto «riesgoso», desarrollar técnicas de aborto «seguro», traducir las evidencias en normas y asistir a los países para que modifiquen sus leyes. La OMS trabaja con órganos de derechos humanos creados en virtud de tratados para hacer frente a los países que cuentan con leyes de aborto restrictivas y con indicios de abortos «riesgosos».
En efecto, la OMS está en el centro de un «triángulo de hierro» en la defensa del aborto, según Essig. La organización se vale de informes de agrupaciones pro-abortistas, como por ejemplo la Federación Internacional de Planificación de la Familia, que a su vez utilizan los análisis de la OMS para dar credibilidad a sus programas. Gobiernos de la Asamblea Mundial de la Salud, órgano de decisión de la OMS, que tienen ideas afines aprueban documentos preparados por el personal del Departamento de Salud Reproductiva como programas financiados. «La relación hace muy difícil que otros grupos introduzcan pruebas que contradigan la agenda vigente», asegura Essig.
Para restaurar su independencia y credibilidad, Essig recomienda que la OMS abandone su activismo por los derechos humanos, que rechace la provisión de fondos por parte de partidarios del aborto y que deje de utilizar estadísticas para generar una demanda de aborto «seguro».