DILMA
ROUSSEFF


Toma distancia del régimen iraní.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sorprendió por su enérgica defensa de los derechos humanos por parte de su país en todo el mundo. Por Juan Arias, La Voz del Interior

En un discurso aplaudido de pie en Rio Grande do Sul, ante supervivientes del Holocausto judío, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sorprendió por su enérgica defensa de los derechos humanos por parte de su país en todo el mundo: “Mi Gobierno será un incansable defensor de la igualdad y de los derechos humanos en cualquier parte del mundo”, dijo.

“Nosotros no somos un pueblo que odia, ni un pueblo que respeta el odio, por ello Brasil tiene una posición histórica que nos enorgullece”.

El discurso de la presidenta ante la influyente Confederación Israelita de Brasil (Conib) fue interpretado como un cambio claro de la política exterior brasileña hacia Irán, tras los fuertes lazos forjados por el presidente Lula con el presidente Mahmud Ahmandineyad. El régimen islamista de Teherán ejecuta a homosexuales y condena a muerte a mujeres por adulterio y también niega el Holocausto.

Durante la ceremonia, el presidente de la Conib, Claudio Lottenberg, comentó el cambio de la política brasileña en relación a Irán. Aún distinguiendo que los ataques a Israel son del presidente y no del pueblo iraní en su conjunto, Lottenberg se mostró feliz “al saber que la presidenta Dilma Rousseff tiene hoy una posición diferente de la sostenida por el presidente Lula en el pasado”.

Rousseff, en diálogo con The Washington Post , ya había revelado un cambio de posición hacia Irán. Para Rousseff, el pueblo de Brasil “está integrado por valores que respetan dos grandes principios: la paz y la conciliación”. Hablando en la ceremonia del Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, Rousseff recordó que el mundo “ignoró en la época de la Segunda Guerra Mundial las señales del avance de la barbarie antes de la ascensión del nazismo” y que el Holocausto inauguró una época de “violencia industrializada.”

FUENTE: LA VOZ DEL INTERIOR