ESTAFA DE LOS BANCOS
CRONISTA COMERCIAL: DEBIERON DECLARAR UNA MORATORIA PARA HACER AUDITORÍAS
ESCÁNDALO SUBPRIME: Justicia de EE.UU. descubre fraude masivo de bancos en embargos de casas. Después de la avalancha de créditos inmobiliarios que atrapó a millones de estadounidenses sin recursos, ahora se estarían fraguando documentos para acelerar la recuperación de las viviendas impagas. Una muestra más de que la crisis está afectando profundamente a la sociedad de EE.UU.
Por Martín Burbridge
“De Guatemala a Guatepeor”, podrían estar diciendo los millones de damnificados por las sucesivas estafas masivas en torno al mercado inmobiliario de EE.UU. que se han ido conociendo recientemente, salvo que se trata de personas que en su mayoría no son de origen latino ni están acostumbradas a ser engañadas por los gobiernos o por las grandes corporaciones. Pero a pesar de ello, EE.UU. se parece cada vez más a esa América Latina que hasta hace algunos años era vista como lejana, informal y peligrosa.
La crisis financiera generada en 2007 por las hipotecas subprime resultó ser un desfalco multimillonario, orquestado por los bancos y las compañías financieras que, frente a la enorme liquidez y las bajas tasas de interés, se lanzaron a ofrecer créditos inmobiliarios a personas que no tenían un rating crediticio suficiente para solventar los pagos de las cuotas. Pero ahora, la Justicia estadounidense acaba de descubrir una vuelta de tuerca de esta estafa. Para acelerar los procesos de embargo de las viviendas de propietarios morosos o en default, los bancos decidieron directamente fraguar los documentos necesarios para proceder a dichos embargos, con trampas como la falsificación de las firmas de los deudores. Esto hizo que los fiscales de todos los Estados del país decidieran de manera consensuada iniciar una profunda investigación sobre las prácticas actuales en la industria de los embargos, que genera cuantiosas ganancias para las empresas que se dedican a ello.
Pero también forzó a las principales entidades a declarar una moratoria sobre los embargos en curso para realizar auditorías internas que les permitieran determinar en qué medida se habían generado irregularidades en estos procesos de confiscación de propiedades de morosos. Bank of America, JPMorgan Chase y GMAC, las mayores compañías financieras del mercado de hipotecas, decidieron tomar esta medida por la cantidad de irregularidades que se habían descubierto. Pero más especialmente, a raíz del fallo (considerado revolucionario) del juez Jeffrey Spinner, de Long Island (Estado de Nueva York), quien le quitó el derecho a una entidad de embargar una casa.
El juez Spinner tomó la decisión de anular una deuda hipotecaria de u$s 292.500 a una familia de su jurisdicción y declararla propietaria definitiva de su casa, debido a los problemas detectados en el proceso de embargo, si bien las pruebas no eran concluyentes para la entidad financiera. En un país como EE.UU., donde la propiedad privada es uno de los derechos fundamentales que se protege en la Constitución y sobre la que se basa todo el sistema capitalista, que un juez quite ese derecho a una compañía amparada por la ley para reclamar una deuda impaga no es un detalle menor. Y que puede sentar jurisprudencia, a pesar de que el fallo ya haya sido apelado.
La decisión del juez Spinner disparó un debate nacional sobre si era correcto proteger a una familia ahogada por las deudas o si se estaba vulnerando un derecho elemental como la propiedad privada. En momentos en que los acreedores de deudas hipotecarias son legión (pero no tantos como los deudores) y que entre un 20% y un 50% de los embargos se definen en los tribunales, muchos se pusieron muy nerviosos con la noticia. Incluso aquellos que compraron de buena fe casas que habían sido embargadas previamente. ¿Podrían llegar a perder su nueva propiedad en caso de que la Justicia ordenara restituir el bien a los antiguos propietarios? El debate es revolucionario también por lo novedoso (y recuerda bastante al que se dio en la Argentina en momentos de la Pesificación, cuando desde el Gobierno se decidió privilegiar a los deudores). Para una cantidad total de casi 5 millones de viviendas en proceso de embargo o en camino de serlo, el fallo de la Justicia abrió una ventana por donde tratar de escapar de un mecanismo hasta ahora implacable, a pesar de los vicios del sistema. Y para los medios estadounidenses, fue una nueva demostración de la corrupción imperante en el sistema financiero.
“Para algunos, todo esto recuerda lo sucedido en Rusia, donde la ley fue utilizada como mecanismo legal para reemplazar a un grupo por otro. Los jueces fueron comprados, los documentos falsificados y el proceso avanzó sin estridencias. En EE.UU., la venalidad se ubica en un nivel más alto. No son los jueces en particular quienes son comprados, sino las leyes mismas, a través de las contribuciones de campaña y los grupos de presión, lo que se conoce como corrupción al estilo americano”, es el duro editorial de The Washington Post sobre el tema. El ejemplo que plantea el diario es elocuente y no parece tan diferente a algunas prácticas que se han visto en la Argentina. Después de la reforma a la Ley de Quiebras de EE.UU. (aprobada en el año 2005 y reforzada para evitar el abuso de algunos que aprovechaban para endeudarse sin responsabilidad, porque igual se podían declarar en quiebra), una persona con una deuda hipotecaria igual al 100% de sus ingresos puede ser obligada a pagarle al banco el 25% de sus ingresos brutos (previo al pago de impuestos) durante el resto de su vida, porque el banco podría, por ejemplo, cargar un interés del 30% cada año a lo que esa persona debe. Si se tiene en cuenta lo dura que es la legislación de EE.UU. en materia de embargos, y si a esto se le agregan las prácticas fraudulentas de muchas entidades, se entiende que los deudores estadounidenses se sientan llegando a Guatepeor.
FUENTE: EL CRONISTA COMERCIAL