ASIA BIBI
Intentos internacionales por salvar su vida.
Islamabad (Pakistán), 18 Nov. 10 (AICA)
Varias organizaciones de todo el mundo, tanto asociaciones católicas como grupos en defensa de los derechos humanos, han puesto en marcha -según informa la agencia Zenit- campañas de presión para salvar la vida de Asia Bibi, la mujer cristiana paquistaní condenada a muerte por supuesta “blasfemia”. Asia Bibi, joven madre de familia, fue acusada en 2009 por sus compañeras de trabajo por “hablar contra el profeta Mahoma”, un delito que en Pakistán, en virtud de la ley antiblasfemia vigente, puede conllevar penas de cárcel e incluso la muerte. Esta mujer pakistaní, de 45 años y madre de cinco niños, fue condenada a la horca el pasado 7 de noviembre por un tribunal del Punjab.
La Iglesia en Pakistán, a través de la Comisión Justicia y Paz, puso en marcha una campaña de presión para salvar la vida de Asia Bibi, y para pedir la abolición de esta ley, que según declara monseñor Rufin Anthony, obispo de Islamabad-Rawalpindi, a la agencia católica Asianews, supone una excusa para atacar a las minorías, especialmente a los cristianos.
Precisamente, la agencia Asianews puso en marcha una campaña internacional para salvar a esta mujer, mediante el envío de cartas de protesta al propio Presidente del Gobierno de Pakistán, Asif Zardari. Por ahora, han hecho llegar unos 40.000 mensajes electrónicos de todo el mundo.
También se movilizaron instituciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada, que puso en marcha otra iniciativa semejante en Francia e Italia, o la organización ciudadana española HazteOir, que convocó a una reunión para rezar ante la embajada de Pakistán en Madrid.
En declaraciones a la agencia Fides, monseñor Bernard Shaw, obispo auxiliar de Lahore, la diócesis de Asia Bibi, hizo un llamamiento directamente al papa Benedicto XVI para que interceda por ella, instando también a la comunidad internacional “a levantar su voz, a hacer presión y trabajar en todos los niveles para salvar a esta mujer, que es inocente”.
El obispo dijo que espera en la acción y en el movimiento de opinión pública de la sociedad civil pakistaní, “donde existen organizaciones cristianas y musulmanas que trabajan por la paz y la armonía, para enfrentarse al fanatismo religioso, para evitar la polarización entre las diversas comunidades”.
Para Peter Jacob, secretario ejecutivo de la Comisión Justicia y Paz, la condena de Asia Bibi es “un auténtico ultraje a la dignidad humana y a la verdad”.
Ley sobre blasfemia
Monseñor Joseph Coutts, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Pakistaní y decidido luchador por la abolición de la norma sobre blasfemia, afirmó por su parte que “el peligro viene del abuso de esta ley”.
“Pidiendo su abrogación, no queremos avalar a cuantos ofenden el nombre del Profeta –especificó–. Pero deploramos cuanto se está comprobando en la aplicación de la ley: cualquier excusa es buena, si se quiere hacer daño a un adversario o enemigo, se le acusa de blasfemia. A menudo se comprobó que las acusaciones son totalmente falsas”.
La Iglesia pide la abolición de la ley, “pero en el Parlamento es difícil que esto suceda, ya que toca un punto que suscita fuertes emociones”, reconoció. Si los líderes religiosos musulmanes “dicen que la ley sirve para proteger el honor del Profeta”, los políticos “sufren las presiones de los grupos islámicos radicales, y esto sucede también con las autoridades locales y la policía”, provocando una “fase de estancamiento”.
Solidaridad de las mujeres
Nankana, la ciudad de la mujer condenada a muerte, presenció en estos días una manifestación de mujeres ante los edificios de las instituciones para pedir su liberación.
“En su caso –explicó a Fides Rosemary Noel, coordinadora nacional de las mujeres católicas– faltó una investigación tanto de la policía como del tribunal: por desgracia, es el juego del poder de los fuertes que machaca a los débiles”.
“En Pakistán los poderosos tienen fuerte influencia sobre las fuerzas de seguridad y sobre los aparatos judiciales, sobre todo en los tribunales de primer grado. De ahí resultan juicios no transparentes o manifiestamente injustos. Además está la fuerza de la mayoría que aplasta a las minorías: y los cristianos sufren doblemente”.
La musulmana Saman Wazdani, activista por los derechos humanos, reconoció que “existe la urgencia de abrogar la ley sobre la blasfemia”, pero también de “una reforma completa de las estructuras judiciales”.
Precedentes
Asia Bibi no es la única mujer cristiana en ser acusada de blasfemia, aunque sí la primera en ser condenada a muerte por este delito.
Entre las víctimas, Fides cita a Zaibul Nisa, de 60 años, liberada el pasado mes de julio tras 14 años de prisión. Acusada por un vecino de haber profanado el Corán, fue arrestada sin pruebas por las autoridades.
En mayo de 2007 algunas estudiantes musulmanas de una madrasa de Islamabad acusaron de blasfemia a algunas chicas del cercano Pakistan Institute of Medical Science. Las autoridades cerraron el instituto durante dos semanas, suspendiendo al director y a cuatro estudiantes cristianas. Según fuentes de Fides, la acusación es una forma de discriminar a las mujeres cristianas y negarles el derecho a la educación.
En junio de 2005, algunas hermanas de San Pablo de Karachi que tienen una librería cristiana fueron acusadas de blasfemia porque, según algunos musulmanes, los CD y los videos que se venden eran blasfemos y se usaban para hacer proselitismo. Las monjas sufrieron varias veces intimidaciones y amenazas.
Para adherirse a la campaña puesta en marcha por Asianews, entrar en el siguiente enlace: http://www.asianews.it/notizie-it/La-tua-firma-per-salvare-Asia-Bibi-e-il-Pakistan-19997.html.