REPRESIÓN

El Obispado repudió la represión contra trabajadores de la pesca.

Río Gallegos (Santa Cruz), 15 Ago. 10 (AICA)

Ante los violentos acontecimientos esta madrugada a las puertas de la Casa de Gobierno de Santa Cruz, el obispado de Río Gallegos repudió "enérgicamente" la represión allí ejercida contra un grupo de trabajadores del sector pesquero. Tras insistir en que la violencia "no es el camino, ni la opción; como venimos sosteniendo reiteradamente desde 2007, 2008 y 2009", advirtió que "todo reclamo debe ser recibido, escuchado y gestionado por la autoridad competente".

"Una vez más, nuestra vida social está siendo fracturada por la falta de diálogo y escucha; una vez más, se apela a la violencia como único lenguaje y respuesta; ¿es que no hemos aprendido nada de nuestra historia?", interpeló en un comunicado.

Y agregó: "¿Nuestras relaciones seguirán marcadas por la confrontación?, ¿Seremos incapaces de fundamentar nuestros vínculos en un diálogo sincero y constructivo?"

El obispado sostuvo que "acciones como éstas, constituyen un signo de intolerancia inadmisible como método de solución de conflictos sociales; el gobierno debe garantizar y respetar a toda la comunidad y a cada uno de sus integrantes el derecho a manifestarse".

"La violencia no constituye jamás una respuesta justa", subrayó en un comunicado.

El obispado de Comodoro Rivadavia sostuvo que "la Iglesia proclama, con la convicción de su fe en Cristo y con la conciencia de su misión, que la violencia es un mal, que la violencia es inaceptable como solución de los problemas, que la violencia es indigna del hombre".

"La violencia es una mentira, como dijo Juan Pablo II, porque va contra la verdad de nuestra fe, la verdad de nuestras tradiciones, la verdad de nuestra humanidad. La violencia destruye lo que pretende defender: destruye la dignidad, destruye la vida, destruye la libertad del ser humano", sentenció.

Asimismo, exhortó a "recuperar el diálogo", porque dijo "es obligación del Gobierno convocar con urgencia a un diálogo transparente y constructivo, para el logro de soluciones válidas y genuinas, sin negar, dilatar ni desoír los reclamos y los conflictos que nos golpean cotidianamente".

El Obispado apeló a que "las Instituciones asuman su protagonismo e independencia, contribuyan a la resolución de todo conflicto y se comprometan a sostener y cuidar el frágil tejido social, decididos a obrar como dirigentes y ciudadanos responsables".+