MILAGRO SALA CON MARÍA DEL CARMEN ALARCÓN
CON EL VISTO BUENO DE KIRCHNER
Aliada "al campo", Milagro desembarca en La Matanza.
Tupac Amaru, la agrupación de la dirigente jujeña, trabaja intensivamente en ese distrito, en incipiente sociedad con Pampa Sur
La presencia efectiva de la dirigente jujeña Milagro Sala en La Matanza genera versiones encontradas. Nadie discute, en cambio, que su espacio, la Asociación Tupac Amaru, ya desarrolla bajo su conducción un trabajo político-social superintensivo en ese distrito del Conurbano bonaerense. Pero quizás el rasgo más llamativo de la movida sea el socio elegido: el Grupo Pampa Sur, conocido como un sector que representa "los intereses del campo". Todo -ambos desembarcos, la sociedad-, con el visto bueno de la Casa Rosada y de Néstor Kirchner.
La Matanza es históricamente sinónimo de peronismo. Pero el peronismo histórico de La Matanza, alineado por estos tiempos en el kirchnerismo, vive una crisis que preocupa a los líderes del oficialismo de cara al 2011. El sector sufrió desde el 2005 la partida de algunos dirigentes hacia el PJ disidente. Y en el 2009, aunque el justicialismo en sus dos versiones superó el 70% de los votos, el ala oficialista ganó con el 42% pero sintió el golpe: la lista de De Narváez-Solá cosechó la adhesión del 32% de los matanceros y no le permitió cumplir con la promesa que le había hecho a Kirchner de asegurarle el triunfo en la Provincia.
La grave enfermedad que afecta al jefe territorial del oficialismo, el vicegobernador Alberto Balestrini, vino, así, a completar un cuadro crítico en el que sobresale la dura batalla interna que libran el intendente, Fernando Espinoza, y otros sectores albertistas. "Con Balestrini enfermo, el PJ kirchnerista de La Matanza no tiene líder ni candidato y se atomizó el poder en el distrito, mientras el PJ disidente, con De Narváez a la cabeza, lo camina sin descanso", resumen los observadores.
Es sobre ese paisaje que se produjo el desembarco de Milagro Sala en la quinta provincia del país electoralmente hablando.
UNA DIRIGENTE POLEMICA
A los 40 años, acusada de manejar discrecionalmente en su provincia millonarios recursos que aporta el gobierno nacional; denunciada por el senador radical Gerardo Morales por los violentos escraches que sufrió el año pasado; defendida a ultranza por miles de jujeños pobres, beneficiarios de su trabajo social; definitivamente polémica, Sala se propone replicar en La Matanza la actividad de la Tupac Amaru, la organización que, con el formato de las agrupaciones piqueteras de desocupados, creó y conduce en el norte, en simultáneo con su larga pertenencia a ATE y la CTA.
Sentada a veces en la primera fila de los invitados especiales a los actos de Cristina Kirchner en la Casa Rosada, y partícipe en los últimos meses de movilizaciones de apoyo al gobierno nacional en la capital federal, Sala inició su militancia en el peronismo pero no desarrolló su trabajo político en las estructuras partidarias. Y a la Tupac Amaru le dio un perfil que va más allá de esa fuerza y la ubica nítidamente en la izquierda: además de Tupac Amaru, Eva Perón y el Che Guevara son las figuras que eligió como emblemas.
La Tupac Amaru centraliza los planes sociales para desocupados y los fondos para la construcción de viviendas que la Nación dispone para Jujuy, a los que canaliza a través de ocho cooperativas de trabajo de rubros variados.
Con ese modelo de organización y financiamiento, la Tupac Amaru se instaló en La Matanza. A través de cooperativas textiles que funcionan con los Planes Trabajar, la organización de Sala intensifica la tarea social en las barriadas más pobres del distrito.
Algunas fuentes juran que Sala pasa ahora tres días a la semana en La Matanza. Otras afirman que en la Tupac Amaru del distrito se quejan porque ella "no viene casi nunca". Pero todos coinciden en dos puntos: la organización de la jujeña trabaja en el corazón del Conurbano a todo vapor bajo su conducción, y por instrucciones precisas de Néstor Kirchner.
GENTE DEL CAMPO
El Grupo Pampa Sur, en tanto, nació al calor de la guerra del campo con el gobierno nacional. María del Carmen Alarcón, ex reutemista y luego funcionaria del gobierno socialista de Santa Fe, fue una de sus fundadoras, y el productor agropecuario bonaerense Miguel Saredi, uno de sus principales dirigentes. Aunque la Mesa de Enlace no le reconoció méritos para sentarlo a, valga la redundancia, su mesa, el sector se hizo conocido por ser uno de los más combativos y quizás el más duro crítico de la Casa Rosada durante aquel largo conflicto. El año pasado, sin embargo, Pampa Sur viró bruscamente, con la incorporación de Alarcón al gobierno nacional. Pero sigue siendo conocido como un espacio que representa los intereses del sector rural.
Por eso, su desembarco en La Matanza resulta más sorprendente aún que el de Tupac Amaru. Saredi es quien está al frente de esa instalación, abriendo locales, presidiendo actos en los barrios, desplegando ayuda social.
Sus dirigentes dicen que su trabajo se diferencia del de Sala porque "ella trabaja con fondos públicos y nosotros con recursos aportados por el sector privado".
Pero admiten una incipiente sociedad. "Con la gente de la Tupac hay afinidad y el comienzo de un trabajo en común en La Matanza", dicen en Pampa Sur. Y apelando a una mirada estereotipada de ambos sectores, bromean: "es un trabajo conjunto de la derecha y la izquierda".
FUENTE: DIARIO EL DIA