“¡¡Vamos que pierden!!”, pareciera querer exclamar una gran parte de la multitud silenciosa. Nada de “¡¡Vamos que ganamos!!”. Así están las cosas. Ha cobrado más entidad el rechazo y la negación a Kirchner, que la expectativa de un cambio. Ya no se trata de ganarle al gobierno con fulano o mengano. Que pierda con el que sea, pero que pierda, parece ser la consigna difundida por el mal humor popular y como una rebelión del silencio. Tampoco hay mucho para elegir o confiar. No nos referimos a los valores personales que pueda tener cualquier candidato, ya sea oficialista o no. Es el vaciamiento prolongado de la política, de su significado y el destino oscurecido e inducido en la Argentina, los disvalores pretendidos para que habiten e informen la época. El cinismo reinante pretende que alguien se entusiasme con solo mencionarlo a pocas horas de los comicios. Nadie atina a decir o esbozar sinceramente un relato posible de cómo se sale de la malaria generalizada. Es que no hay nada, como no ser entrega y ambiciones desmedidas, cruzadas y destructivas. Las reacciones cíclicas de una pujante población que trata de sobrevivir y progresar como puede a pesar del desgobierno que padece, se las vende y presenta como un logro y gestión de gobierno. Toda oposición a ser esquimaldos por una voracidad usurera de un estado que hace mucho ha dejado de ser el administrador público de la economía de los argentinos, inmediatamente pasa a ser una conspiración fascista. Gobernar y ser gobernados, se ha convertido en un imposible irrealizable bajo una lógica destructiva y que es y ha sido pasto para las fieras. Clientelismo, soberbia, elitismo, droga, venganza, marginalidad, es parte del escenario que se puede ver y ofrecer como realidad concreta de los valores impuestos por la fuerza en una comunidad que los rechaza, pero que aún no ha podido desembarazarse de ellos. Quizás el contraste violento que se nos va a presentar entre una campaña falaz y extrema y el cómo sigue la vida de todos los días desde el 29 de junio de 2009, nos movilice positivamente a ponernos de pie.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
jueves, 18 de junio de 2009
Entradas populares
-
Por Carlos Pagni/La Nación.- Mauricio Macri depende de un ecuatoriano para explicar sus movimientos. Para mantener la simetría, C...
-
Por Jorge Fernández Díaz/La Nación.- Cristina abortó en el último minuto el revalúo fiscal y el consiguiente impuestazo a las ca...
-
El titular de la AFIP, Alberto Abad Por Diario HOY.- El titular del organismo recaudador, Alberto Abad, detalló los procesos...
-
Por Joaquín Morales Solá/La Nación.- Tucumán es ya algo más que una sospecha. Desde que estalló ese escándalo, el Gobierno v...
-
Por lapoliticaonline.- Cristina Kirchner publicó un decreto en el que convoca a la elección de consejeros junto a las legislativas. La bo...