HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 30 de junio de 2011

LA ARGENTINA DE LA POBREZA Y LA DESNUTRICIÓN


Con más de 4 millones de personas viviendo en la indigencia y con un 6 por ciento de la población con problemas de desnutrición, la Argentina se acerca cada día más a la hecatombe social. Causas que llevan al deterioro general del país, y que han puesto contra las cuerdas a una nación que hace 60 años atrás supo ser ejemplo en el mundo por sus niveles de igualdad social

Día a día la Argentina sufre fuertes retrocesos sociales que no hacen más que consolidar un modelo de desigualdad muy grande, del cual costará décadas salir adelante. Los números fríos de la realidad marcan que en nuestro país, un lugar donde se produce alimentos para más de 400 millones de personas, hay cuatro millones que viven por debajo de la línea de la indigencia y la desnutrición trepa al 6 por ciento de la población según datos oficiales.

Con una inflación creciente que hace que los productos básicos estén cada vez más alejados de los salarios de los trabajadores y los más pobres, la situación no hace más retroalimentarse, causando estragos en los que menos tienen.

En el país hay 20 millones de personas que no tienen cobertura de salud y casi la mitad de las maternidades públicas no son seguras, sea por falta de personal calificado o de insumos. Hay que sumar que hoy el 30% de los nacimientos corresponden a hogares pobres. Además, la inflación genera más pobreza, lo que hace que no sólo las mujeres pobres queden fuera del sistema de salud.

Temas que en estos momentos no están en discusión entre la clase dirigente nacional, que se pelean más por saber quienes serán los candidatos de cara a las elecciones de octubre del año que viene, que en encontrar soluciones rápidas y viables para los principales problemas que tiene la sociedad hoy en día, como son la Salud, la Educación, el Empleo y la Inseguridad.

En lo que parecía ser un cambio en la mentalidad de la ciudadanía, muchos pensaban que esta forma de hacer política iba a cambiar en la Argentina del siglo XXI, pero el retroceso que se está viviendo en nuestro país desde distintos puntos de vista, es mayor a lo previsto, y se recae nuevamente en estas acciones que nos siguen sumiendo en el fondo del tercer mundo.

Todo lo dicho muestra un total abandono por parte de las autoridades nacionales, provinciales y municipales hacia la situación que tienen que padecer cientos de miles de argentinos diariamente, en los que la clase dirigente hace muy buenos discursos de campaña en los que promete soluciones rápidas a los problemas básicos de la sociedad, pero que una vez que llegan al poder se olvidan de lo prometido y comienzan una nueva etapa de excusas que sólo sirven para seguir empeorando el deteriorado y decadente sistema social argentino.

La hipocresía reinante en la clase dirigente argentina lleva a que no se tomen en cuenta los datos suministrados por distintas asociaciones médicas que residen en el país, que muestran que en la Argentina mueren por día ocho niños a raíz del hambre. El hambre, es una enfermedad que según todos los especialistas es perfectamente solucionable si desde el gobierno se implementan medidas rápidas y efectivas para paliar un flagelo que con el correr de los años ha crecido a un ritmo vertiginoso, casi a tanta velocidad como la caída del país.

Para acabar con este flagelo que azota a la humanidad entera, se requieren políticas en conjunto que puedan acabar con la indigencia, la pobreza y la marginación, ya que si los números de excluidos siguen aumentando periódicamente como sucede hoy en día, será un problema que con el correr de los años en vez de disminuir, aumentará y se extenderá a las futuras generaciones.

Sólo con una fuerte política de Estado que tienda al mejoramiento gradual y sustancial de la ayuda social, que lleve a un mejoramiento de las condiciones sociales de vida, que procure atender las causas y no que atienda los hechos consumados, la Argentina podrá volver a recuperar la excelencia que supo tener en una época, y evitar que se siga cayendo en el desgaste y deterioro de las últimas décadas.
SENADO: EL KIRCHNERISMO FRENÓ EL CANON DIGITAL POR PRESIÓN EN LAS REDES SOCIALES.

Lo impulsó Miguel Pichetto, jefe del bloque K, y tuvo el apoyo de todos los bloques. Pero tras una fuerte campaña en contra vía redes sociales el propio senador tuvo que frenarlo y anunciar que habrá un debate más amplio. Temor ante un electorado clave en las elecciones.


El kirchnerismo demostró hoy la importancia que le asigna a la repercusión de las redes sociales, al suspender el proyecto para aplicar un canon tecnológico que anoche había obtenido dictamen por gestión y apoyo del bloque oficialista.

Lo que pasó en estas horas fue que vía Facebook, Twitter, y los más diversos blogs se gestó una resistencia que obligó al Gobierno a dar marcha atrás, temeroso de verse perjudicado ante un electorado juvenil que supo seducir en el último año y que será clave en los comicios de octubre.

Tiene motivos para no perder de vista esa tarea: se estima que el 40% del electorado tendría menos de 30 años. Es, justamente, la franja etárea quienes más copian materiales culturales.

Cuando el proyecto tenía destino seguro de tratamiento, Pichetto sorprendió al anunciar que se demoraría por la presión ejercida desde la web. “Hemos escuchado la multiplicidad de voces contrarias a esta iniciativa, que se plasmaron recientemente en el ciberespacio, y por eso se tomó la decisión de continuar debatiéndolo”, admitió en un comunicado.

También avisó de esta decisión vía Twitter, usando el hashat canon, modalidad usada para crear comunidades en torno a un tema. “Decidimos no tratar hoy en Recinto la iniciativa de canon digital que busca proteger derechos intelectuales de artistas”, les avisó a la comunidad virtual que lo repudiaba.

Sorprendido por la situación, Pichetto, además, denunció que fue hakeada la red informática del Senado. "Lo que pasó hoy es un hecho institucionalmente muy grave. El Senado no puede estar sometido a un sistema de `hackers` que interviene en la red y destruye el funcionamiento informático. Hay que mejorar todo el sistema tecnológico del Senado y trabajar con especialistas para impedir el hackeo", se alarmó.

El polémico proyecto se debatió ayer por la noche en la comisión de Legislación General, con la presencia de artistas y músicos, muchos de ellos cercanos al Gobierno. Ya en la medianoche por las redes sociales abundaban denuncias de blogueros por no haberle permitido participar de la sesión.

Si bien en el recinto la kirchnerista riojana Teresa Quintela, presidenta de la Comisión de Legislación General, aclaró que no se había emitido dictamen, lo cierto es que el apoyo explícito del kirchernismo y la UCR garantizaban su sanción.

Pero Pichetto, que nada deja de consultarlo con la Casa Rosada, aclaró que estaba de acuerdo y era bueno dar la discusión. Pero nada más que eso. “A los medios de comunicación que hacen esos títulos catástrofe les recuerdo que tienen ellos se nutren de los artistas por lo que no está mal”, reclamó y minimizó las agresiones que inundaron sus cuentas virtuales.

La única voz en contra fue la de Sonia Escudero, del peronismo federal. “Tenemos que definir la partencia de la producción cultural. Vengo de una provincia pobre donde el acceso a los bienes culturales no es fácil”, remarcó la senadora salteña. El tema quedó pendiente a la espera de una negociación más auspiciosa.

Qué dice el proyecto

La polémica iniciativa crea un impuesto a los soportes tecnológicos que permiten reproducir producciones culturales.

Señala que se aplicaría a "los fabricantes o importadores de soportes, aparatos o elementos aptos para la reproducción de obras musicales o audiovisuales, fonogramas e interpretaciones. Los distribuidores, mayoristas y minoristas, de los mencionados soportes, aparatos o elementos, responderán por el pago de la remuneración solidariamente con los obligados al pago que se los hubieren suministrado".

Establece además que la recaudación se destinaría a las asociaciones encargadas de proteger los derechos de los artistas. Enumera a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic), Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores), Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (Sagai), la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) y Directores Argentinos Cinematográficos (DAC).

Pero aclara que “la representación conjunta antes aludida será ejercida judicial y extrajudicialmente por la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic)".

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