La producción del ciclo 2018-2019 superó las 140 millones de toneladas de granos. |
Por Associated Press.-
El agro argentino, preocupado por la carrera presidencial y el posible retorno de las políticas intervencionistas
Muchos productores ven un mejor entorno de negocios con una reelección de Mauricio Macri y temen por el regreso a las restricciones a la exportación si gana Alberto Fernández.
Juan Rossi camina entre hileras de trigo verde en su granja de Pergamino, en la provincia de Buenos Aires, en una de las regiones agrícolas más fértiles de Argentina, preocupado por el futuro del sector, que es el principal motor económico del país.
Cuando plantó el trigo, esperaba que Mauricio Macri fuera reelegido presidente de Argentina. Ahora, los productores como Rossi se preparan para un posible retorno de las políticas intervencionistas del principal rival y favorito en las elecciones nacionales: el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, acompañado en la fórmula por la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.
Las restricciones a la exportación impuestas durante el gobierno de Cristina Kirchner entre 2007 y 2015 desencadenaron una serie de protestas en 2008 por parte de los agricultores, que se encuentran entre los principales proveedores mundiales de granos. Ahora se postula como vicepresidente de quien fuera su jefe de Gabinete en las elecciones nacionales del 27 de octubre.
Hoy tenemos incertidumbre sobre si nos permitirán continuar como hasta ahora o si van a poner un palo en nuestra rueda
El temor a un retorno de las altas retenciones se produce cuando el agro argentino busca recuperarse de una de las peores sequías en 50 años, que dañó gravemente los cultivos hace dos temporadas.
“Hoy tenemos incertidumbre sobre si nos permitirán continuar como hasta ahora o si van a poner un palo en nuestra rueda”, dijo Rossi a AP en su chacra de las afueras de Pergamino, donde también cultiva maíz, y cría pollos y pavos reales. “Estamos en medio de esta niebla y nadie sabe lo que va a pasar”, reconoció.
Rossi se encontraba entre un grupo de jubilosos productores que vitorearon a Macri -a quien consideran amigable con los negocios-, cuando llegó en 2015 a la ciudad ubicada en la “zona núcleo”, la principal región productora de granos del país, donde anunció que eliminaría los derechos de exportación para el maíz y trigo, como un impulso a la economía. Aquel fue un momento de euforia para Macri, que había asumido recientemente el cargo, y de esperanza para los productores, que se habían visto obstaculizados por los estrictos límites de exportación impuestos por el gobierno anterior. Desde entonces, solo ha habido altibajos.
Rossi comentó que el mejor clima de la última campaña les dio algo de “oxígeno” para la cosecha que finalizó en julio.
Pero luego, el sorpresivo mal desempeño de Macri en las elecciones primarias frente al candidato opositor provocó que las acciones cayeran y el peso se devaluara aún más en una economía golpeada por la recesión, que sigue luchando contra el rápido aumento de los precios y el aumento de la pobreza.
El cambio en el escenario político y el temor a las futuras políticas modificó la intención de siembra
"El resultado de las PASO también coincidió con un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que redujo las estimaciones para los cultivos de soja y maíz de la Argentina” para la campaña 2019/2020, en “función de las condiciones climáticas”, explicó a AP Esteban Copati, jefe de pronósticos agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Hubo un doble golpe -dijo Copati-. Por un lado, hubo un cambio en el escenario político que modificó la intención de siembra de los productores, que comenzaron a temer por cuáles podrían ser las políticas de un nuevo Gobierno. Y, por otro lado, estuvo el impacto de la caída de los precios internacionales".
Los agricultores y ganaderos afirman que no quieren volver a las restricciones comerciales de 2008, frente a las que respondieron con un cese de comercialización por 129 días y la realización de “piquetes” en los accesos de las ciudades productores.
El paro de cuatro meses, entre marzo y julio de 2008, contra la imposición de retenciones móviles para las exportaciones del sector (la resolución 125) se convirtió en una de las mayores crisis de la presidencia de Cristina Fernández. La mandataria argumentó entonces que los impuestos estaban destinados a redistribuir las riquezas del sector agrícola en un país donde muchos habitantes son pobres.
Durante aquella crisis, los directivos de la Mesa de Enlace de entidades del agro se reunieron con Alberto Fernández, quien se desempeñaba como jefe de Gabinete durante una parte del primer mandato de Cristina Kirchner, pero éste renunció en 2008 después de ese conflicto.