Por Diego Sehinkman/La Nación.- La Justicia tiene sus límites. Le inhibe a la señora los bienes, no los males. Entonces ella va a Tiempo Argentino -uno de los medios ex oficialistas vaciados- y les dice a los periodistas que le preguntaron por la responsabilidad de Sergio Szpolski, que fue candidato a intendente de Tigre por el FPV: "Hubo tantos candidatos del FPV". Y los mira fijo a los ojos.
Cuando hace unos meses el "Cuervo" Larroque marchó con una pancarta que decía "No al vaciamiento del Grupo 23" ya habíamos advertido en esta columna sobre un fenómeno psicológico nuevo, digno de ser llevado a los congresos internacionales: la ajenización estratégica. ¿Qué es? Un sorprendente cuadro psicopatológico-político que floreció en la última década. Lo describimos así: "Es un fenómeno disociativo, donde al sujeto se le presenta como ajena la consecuencia en cuya causa colaboró. ¿Por qué es estratégica? Porque es un mecanismo de defensa que al susodicho le permite instalarse en un rol de opositor, sin colisión ideológica interna alguna".
¿Realmente piensa Cristina que nada tiene que ver con los vaciamientos? En los últimos años cientos de cheques emitidos por el grupo periodístico fueron rebotados pero no hicieron sonar ninguna alarma en el sistema bancario. ¿Cómo fue posible? Porque durante el kirchnerismo el Estado funcionó como un panóptico tuerto, impiadoso en la vigilancia de los enemigos y ciego a los ilícitos amigos.El mismo fenómeno psicológico explica por qué la ex presidenta se puede presentar hoy como dolarizadora de sus ahorros, mentón en alto, cuando hace unos años fulminó al abuelito marplatense por haber comprado 10 para su nieto.
La característica más saliente del cuadro es que los sujetos que lo padecen no tienen conciencia del daño que les ocasiona. Al tener cortado el hilo que conecta causa y efecto, Cristina no relaciona los 442 millones de pesos en pauta oficial que le giró al grupo vaciador durante 2015 con la acción del vaciamiento, así como tampoco se pregunta por qué en 2007 asumió prometiendo tener de espejo a Hillary y a Merkel y terminó bailando en Angola. Del jaulón de pájaros de Julio de Vido se escapó el ave menos pensada: un cisne negro. ¿Qué es un cisne negro en política? Un suceso imprevisto y rupturista, que cambia el curso de los acontecimientos. El cisne negro es José López. Si no fuera por él, hoy Macri sería el patito feo del ajuste. La corrupción disimula torpezas insólitas: mientras la Justicia ordena identificar las cajas de seguridad de Pandora de la ex presidenta, lanzaron el billete de 500 -el del yaguareté- con el anverso y reverso invertidos. La dejan servida: ¿quieren enderezar el país? Empiecen con un billete.