Por Dr. Daniel Cassola/Curarconopinión.-
Notamos que en el debate sobre la penalización o despenalización del consumo de droga siempre hay un mismo ausente. Se trata del aspecto sanitario del problema.
Al mismo tiempo se registra una sensación que es difícil poner en números pero no por ello es menos cierta.
En los últimos tiempos hay un avance de la droga en distintos ámbitos de la sociedad.
El fenómeno de los asesinatos en Rosario está vinculado directamente con el narcotráfico. A su vez, en la Ciudad de Buenos Aires hay villas o barrios precarios tomados por los narcos, tal como nos han contado los integrantes de la Asociación La Alameda.
En este contexto, el titular de la SEDRONAR, padre Juan Carlos Molina, planteó una reforma legal que permita utilizar los recursos disponibles para atrapar a los grandes narcos “y no a los perejiles”, como el mismo dijo en una entrevista difundida ayer.
Desde nuestro punto de vista, quien vende droga no es un perejil, por más que sea minorista, por llamarlo de alguna manera. Pero al margen de estas cuestiones, continúa brillando por su ausencia la atención sanitaria del problema. No se va a ganar la batalla contra la droga solo con medidas policiales y legales, sino que se necesitan recursos de todo tipo para estructurar un sistema de prevención y tratamiento de las adicciones.
No es imposible hacerlo, y de hecho no todo lo que impulsa la SEDRONAR es descartable. Además de lo que hemos comentado de la droga, Molina impulsa una reforma legal para tratar de prevenir el consumo desmedido de alcohol.
Así como ha sucedido en la pelea contra el tabaco, los cañones se apuntan contra la publicidad. Dijo Molina: “Hoy el alcohol es un problema terrible, no hay consumo responsable. Las publicidades nos quieren vender la idea de chúpense todo que está todo bien”.
El padre además agregó que, según su proyecto, “el alcohol no puede ser sponsor de ningún club de fútbol, ni tampoco de eventos culturales; las mujeres más lindas no pueden ser de la cerveza porque no es real”.
El camino para la prevención de las adicciones es, o debería ser el mismo para todos los casos. Hay que restringir la publicidad y brindar información clara y precisa sobre los efectos de las sustancias.
Desde un punto de vista sanitario, no queda claro cuál puede ser el beneficio de la liberalización del consumo. Si finalmente se realiza puede ser interpretada como una medida que produzca aún más confusión.