Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
En la carta con la cual que la presidente le contesta a Dilma Rousseff su invitación a la final del Mundial, alega que no podrá ir por la faringitis que soporta desde hace una semana. Sus médicos habrían aceptado que el domingo viaje a Río Gallegos -un vuelo de 3 horas-, ya que el lunes cumple años su nieto Néstor Iván. Aunque parece más razonable para una faringitis viajar a Río, donde hace calor y no al sur, con temperaturas semipolares. Por otra parte, la duración del viaje es la misma. En realidad, la verdadera causa es que temería que la califiquen de mufa si la selección argentina llega a perder la final, lo que en este momento crítico de su gobierno sería fatal, debido a la conjunción de la recesión, la inflación, el procesamiento a Amado Boudou y el juicio de los fondos buitres.
Una justificada prudencia
Una justificada prudencia
De ahí que después de apoderarse de la selección nacional con la compra de los derechos televisivos para el canal oficial y saturar con la propaganda cristinista en los entretiempos, se llega al final tan ansiado y no se atrevería a ir al histórico Maracaná para evitar ser acusada de mufa, lo que empezó a circular preventivamente en las redes sociales convirtiendo en trend tropic varias frases que pedían que no mufara a la selección nacional concurriendo a la final del domingo. Ayer ella tampoco apareció ni por la Rosada ni por Olivos. Pero hoy seguro estará recibiendo a su nuevo aliado Vladimir Putin, quien está encantado con la presidente porque apoyó la anexión de la península de Crimea a la Federación Rusa. Putin le piensa vender a la Argentina cuatro centrales atómicas con tecnología obsoleta pero que se pueden sobrefacturar considerablemente, dada la probable corrupción conjunta del ministro Julio de Vido y su par ruso. La visita de Putin durará todo el día y hoy a la noche o mañana por la mañana éste viajará a Río para ver la final del mundial. Ninguna ocasión mejor para que la presidente, cuya selección juega el partido, viaje para sacarse una foto con Dilma y Angela Merkel.
Sin embargo, el riesgo de ser considerada jetattore la hizo desistir, cosa que no hizo en otros tiempos. Por ejemplo, como cuando se hizo entregar la banda presidencial por su hija Florencia después de su reelección con el 54% de los votos y cuando quiso ir por todo, por considerarse una predestinada mesiánica, debido a que los primeros diez años de gobierno K estuvieron signados por la aparición de la soja, cuyos precios volaron, permitiéndole obtener el triunfo aplastante del 2011. Pero ahora no sólo la suerte le es esquiva sino que la oleaginosa está por debajo de los 430 dólares y para noviembre próximo puede bajar hasta los 390, por las excelentes cosechas en Estados Unidos y Brasil. En cambio acá la supuesta cosecha récord de 55 millones de toneladas ni siquiera llegaría a las 50 por las copiosas lluvias que hay desde principios de año hasta ahora y que dificultan cosechar lo que se sembró. Para el 2015, los economistas oficiales pensaban que la economía volvería a crecer pero con estos precios de la oleaginosa, habrá caída en los ingresos por retenciones a las exportaciones, que serán muy magros el año que viene. Esto justo cuando ella pensaba dejar el poder llena de gloria. En cambio, son cada vez más serias las posibilidades de ser juzgada por los escándalos de corrupción que signaron su gobierno desde el inicio.
