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| Esta fotografía no es trucada. En su momento fue difundida por Presidencia de la Nación: Cristina Fernández de Kirchner y Antonio Brufau. |
Si esos bonos convertibles por US$ 5.000 millones suponen US$ 3.500 millones en el mercado, está claro que el riesgo-país argentino es elevadísimo, y ese es el motivo verdadero por el que la Argentina se mantiene afuera de los mercados crediticios globales. La pirotecnia verborrágica K intenta ocultar el fracaso descomunal del proceso de supuesto desendeudamiento, que no finalizó sino que sigue con muchísimos frentes abiertos: con el Club de Paris, con los bonistas que litigan en New York y con la Justicia estadounidense que entiende en causas en 2da. y 3ra. instancia.
Desendeudamiento exitoso sería que la Argentina pudiera regresar cuando quisiera, y eso queda en evidencia, ahora, que no es cierto. No vuelve porque la tasa de interés y las condiciones de pago serían exorbitantes. Si en un principio, Antonio Brufau actuó en defensa de sus accionistas de Repsol para, desde el Consejo de Administración, frenar las propuestas (oficiales y extraoficiales) de la Argentina, en los momentos cruciales, cuando el reclamo del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, al presidente español, Mariano Rajoy, ya fue imparable, y los 3 Gobiernos se pusieron a trabajar en ello, a Brufau le faltó información adecuada o bien le sobró capricho personal, y no estuvo a la altura de las circunstancias, empeñándose en mantener la batalla judicial por US$ 10.500 millones.
¿Fue un operador político argentino con historia en México quien convenció a Carlos Slim que utilizara sus influencias sobre la Administración Peña Nieto? ¿O fue un estudio jurídico argentino con filial en México y muy vinculado a importaciones de gas desde Gas Natural? ¿O solamente fue la atracción de Miguel Galuccio sobre Pemex para que aplicara en Vaca Muerta su tecnología en hidrocarburos no renovables? ¿O es que el acuerdo con Repsol -que abre la puerta de Vaca Muerta a Pemex- es la 1ra. etapa de una estrategia más amplia que lleva a la reforma de Pemex en el marco de una reestructuración energética en marcha en México? Por ahora sobran las especulaciones y faltan las precisiones.
Lo cierto es que, al final, llegó a la mesa del Consejo de Administración de Repsol un principio de acuerdo valorado en US$5.000 millones en bonos del Estado argentino garantizados y convertibles.
Sin embargo, son bonos que, si Repsol pretendiera hacerlos líquidos en el mercado, sufrirían la penalización que arrastra la deuda pública argentina en los mercados internacionales.
La calificación crediticia de la Argentina (CCC+) es equivalente a las calificaciones de Chipre, Grecia, Egipto y Pakistán, con lo que la única forma de colocarlos a los inversores es con fuertes descuentos de hasta el 30%.
Así, lo que ahora son bonos garantizados por US$5.000 millones podrían valer en el mercado en torno a US$3.500 millones si Repsol decidiera monetizarlos, una compensación por la expropiación que está a años luz de lo que exigía Brufau hasta hace unos días.
Brufau tiene el mérito de que, aún así, la propuesta argentina actual mejora la que Pemex presentó en junio, también valorada en US$5.000 millones, si bien eran US$1.500 millones eran en bonos y US$3.500 millones en activos de Vaca Muerta que estaban sobrevalorados.
A petición de Brufau, el consejo tumbó esa oferta, percance que obligó al presidente Peña Nieto a solicitar a la Argentina una mejor oferta y a exponer el caso ante Mariano Rajoy.
Hace 24 horas, Pemex hizo un gesto de buena voluntad para con Rajoy, y anunció la compra del 51% del astillero gallego Barreras por 5,1 millones de euros, desbloqueando así el proceso de adjudicación de 2 buques hoteleros a esta empresa y a Navantia.
Pero lo notable es el deterioro de la calidad crediticia del Estado argentino. Es bien diferente renunciar a tomar deuda pública por voluntad propia que tener que hacerlo porque no se puede acceder a deuda pública a costos estándares. Lo que queda en evidencia con la depreciación de los bonos argentinos es que la Argentina no es confiable y por eso su calidad crediticia es inexistente, y entonces los costos que debe pagar son extraordinarios.
Aquí es indispensable introducir otra cuestión: Urgente24 no está proponiendo el endeudamiento. Que no se anticipen los ladriprogresistas en su crítica. Lo que Urgente24 quiere establecer es que la calificación crediticia de un deudor es directamente proporcional con el flujo de inversiones extranjeras directas que consigue.
Ese sí que es un punto muy delicado: la Argentina no consigue inversiones extranjeras directas que tanto precisa porque, por un lado, su calificación crediticia es ruinosa; luego aparece la cuestión de la falta de competitividad en determinados rubros. No habrá posibilidad de recuperar el flujo de inversiones extranjeras directas si no se recupera la calidad crediticia global.
Las inversiones en hidrocarburos para Vaca Muerta no reflejan lo que ocurre la Argentina porque se trata de la burbuja de un recurso no renovable.
En cuanto a los sucesos madrileños, será muy interesante observar cómo el Consejo de Administración resuelve el otro contencioso planteado dentro del conflicto de YPF, que tiene como antagonista a la petrolera estatal mexicana. Pemex ha criticado la gestión del equipo que dirige Brufau en una actitud que otros accionistas de la empresa española consideran como una "administración desleal". El máximo órgano de gobierno de Repsol no puede permanecer impasible ante esta situación, por lo que amonestará en privado al representante de Pemex, Arturo Henríquez, solicitando una rectificación que permita restaurar el marco de relaciones societarias dentro de la compañía española.
La recriminación a Pemex no se hará pública con el fin de no enturbiar los ánimos, sobre todo ahora que el conflicto con YPF parece que empieza a encarrilarse. No obstante, las heridas en el seno de la petrolera española tardarán algún tiempo en cicatrizar y sólo podrán ser restañadas cuando la Argentina haga efectiva de forma certera la indemnización comprometida.
Una vez que se rubrique el armisticio llegará el momento de abordar los cambios que mejor garanticen el desarrollo futuro de Repsol, ya sea con Pemex en calidad de socio de referencia o con Brufau como presidente y máximo ejecutivo.
