Por lapoliticaonline.- El caso de Ángel Correa, el jugador de San Lorenzo citado por la justicia santafecina por su presunta vinculación a la banda Los Monos, encendió alarmas por la ramificación del narcotráfico en sectores claves de la vida económica y social de Rosario. La construcción y el juego son los otros sectores sospechados. La disputa por la conducción de las barras.
El pase del jugador Ángel Correa a San Lorenzo, investigado por el juez Juan Carlos Vienna por la relación del deportista con la familia Cantero, conocidos por liderar la banda de narcos Los Monos, amenaza con destapar un escándalo de proporciones insospechadas que trascienden largamente las fronteras de Rosario.
Las escuchas de la causa, según comentaron a LPO fuentes vinculadas a la investigación, son explosivas por los personajes que involucran en negociaciones y diálogos con los integrantes de la banda Los Monos.
Hasta ahora trascendieron fragmentos en los que Francisco Lapiana, representante del jugador, y el propio Correa hablan con Ramón Machuca, alias “Monchi”, uno de los integrantes de Los Monos.
Los diálogos estremecen por la familiaridad del jugador y su representante con Machuca e incluyen menciones al conductor Marcelo Tinelli, vicepresidente de San Lorenzo. Pero en la causa señalan que esos diálogos son apenas la punta del iceberg.
Ángel Correa, el joven futbolista de 18 años que ya es una de las estrellas del torneo, debió compadecer por este tema ante el Juzgado de Instrucción Nº 4 que preside el magistrado Juan Carlos Vienna, quien hace meses investiga a Los Monos.
El magistrado habría detectado vinculaciones entre los integrantes de la banda con Lapiana, dueño del 30% de los derechos económicos del deportista. En declaraciones a distintos medios rosarinos, Lapiana admitió conocer a los integrantes de la familia Cantero aunque negó que tuvieran participación en el pase del jugador.
“Todos los Canteros son conocidos míos, ¿qué tiene de malo conocerlos?” se preguntó Lapiana en el programa de Luis Alberto Yorlano que se emite por Continental Rosario. Luego aclaró: “Los Monos andaban en triciclo y tenían los mocos hasta acá cuando yo llevé al pibe. Dicen cualquier cosa y están despistados totalmente”.
Según el empresario, hace 5 años que posee los derechos del chico y, por lo tanto, no podría ser testaferro del grupo narco: “Los Monos cero, nada que ver, conocidos, que me traigan los papeles que digan que están firmados en el juzgado. Yo los conozco a todos, qué tiene de malo: Ariel, el amigo del Pájaro que mataron, el Monchi, los conozco a todos. Que el juez siga trabajando y cuando lo encuentre que le diga que tiene el 35 por ciento como está diciendo él. Mientras tanto estamos hablando de sospechas”, agregó Lapiana.
Sin embargo, en septiembre pasado, las TOE –Tropa de Operaciones Especiales- llevaron a cabo una serie de allanamientos solicitado por autoridades judiciales que investigan al clan Cantero.
Entre los elementos secuestrados se halló un portarretratos con la foto de Ramón Machuca, junto a Andrés Pillín Bracamonte, líder de la barra brava de Rosario Central y dos lugartenientes de la barra leprosa.
Lo más trascendente de la foto es que daba cuenta de las estrechas relaciones entre los jefes de las barras bravas de ambos equipos, rivales en el folklore pero unidos en la organización delictual.
Un mes antes, Emanuel Ferreyra había sido detenido en el marco de la investigación por un homicidio. Su nombre se desprendía de escuchas telefónicas que investiga el Juez Vienna. En las mismas se confirmó sus vínculos con Los Monos a pesar de ser integrante de la barra brava canalla.
Bonfatti abona vinculación con el fútbol
“El origen del tráfico de drogas en Rosario fue la barra brava de un club, Newell’s, que además es mi club. Esto hay que decirlo”, afirmó el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti. El mandatario eligió el programa A Dos Voces de TN para hacer esta declaración donde agregó: “Newell´s, mi club, permitió durante 14 años (que la barra) primero tomara el control de las entradas, después de los viajes, más tarde de algún jugador y así fueron creciendo cada vez más”.
El gobernador, sin dar nombres, apuntó contra el cuestionado Eduardo López, ex dirigente de Newell’s quien, a pesar de las sospechas públicas sobre el manejo turbios de de sus empresas –farmacias y bingos-, logró mantenerse al frente de la institución por catorce años -desde 1994 al 2008- cuando Guillermo Lorente lo derrotara.
Bonfatti no fue el único que se sumó al tema desde la política.
Quien salió a aportar más datos fue el diputado opositor Eduardo Toniolli, quien aprovechó para pegarle al socialismo. En su cuenta de Facebook publicó: “Las gestiones de Binner al frente de la gobernación y la de Hugo Tognoli al frente de drogas peligrosas, coincidieron con los últimos años de López al frente de Newell's”, refiriéndose al jefe de policía acusado de tener vinculaciones con el narcotráfico.
El diputado, quien comparte la pasión futbolística con el gobernador, agregó: “Es de público conocimiento que el hijo de Hugo Tognoli atajaba en las inferiores del club y que su representante (como el de otros tantos pibes) era el Pimpi Camino”, en referencia al jefe de Los Monos asesinado.
“Es decir: El jefe de Drogas Peligrosas durante la gestión Binner tenía negocios en común con Pimpi Caminos. Una vez caído López, el técnico que tenía al hijo de Hugo Tognoli en su divisional (Tognarelli), quiso separarlo del plantel por su bajo rendimiento. La respuesta: Lo apretaron tres agentes de la policía santafesina al final de un entrenamiento”, concluyó Toniolli.
