Por Urgente24.-
Conclusión 1: Miguel Galuccio está desesperado porque comprende que Repsol ha conseguido trabar la búsqueda de inversiones de parte de YPF. Todo lo difundido hasta ahora por la petrolera argentina es... humo. Conclusión 2: Fracasó la idea argentina de obviar/eludir a Antoni Brufau, presidente de Repsol, en la negociación de YPF. Conclusión 3: Fracasó la idea argentina de forzar a Repsol a aceptar la oferta K vía Pemex o La Caixa. Conclusión 4: YPF tendrá que comenzar por el comienzo, pidiendo una entrevista con Brufau y llevando una oferta aceptable. Conclusión 5: Que la próxima vez que la Administración Cristina emprenda una expropiación, la realice conforme a la legislación y no violándola. Sin duda que los recursos que le demande al Estado argentino post K resolver estas cuestiones pueden originar acusaciones penales contra los funcionarios K por el perjuicio provocado al erario público. Por supuesto que eso incluye a Axel Kicillof, además de Cristina Fernández, entre otros.
La web madrileña El Confidencial entrevistó a Miguel Galuccio en Londres (Reino Unido, donde se encuentra la residencia permanente del presidente de la petrolera estatal argentina YPF. Las versiones afirman que a Galuccio se le pagan sus honorarios también en jurisdicción británica), y luego lo esperó en Madrid, el miércoles 02/10, donde siguió atentamente sus negociaciones.
Aquí el reporte de José Antonio Navas acerca de lo que le sucedió a Galuccio:
El ministro de Industria, José Manuel Soria, atendió por cortesía institucional la petición del presidente de YPF, Miguel Galuccio, durante el viaje relámpago a España que éste efectuó el pasado miércoles. Ambos se entrevistaron en una reunión que se concertó en secreto a última hora del martes y que se celebró en un hotel de la capital, fuera de las dependencias ministeriales, con el fin de alejar el encuentro de cualquier carácter oficial.
El responsable de la política energética española aprovechó la petición de YPF para dejar claro al primer ejecutivo de la petrolera argentina la importancia de encontrar una solución rápida que cierre definitivamente la crisis institucional con Repsol. Partiendo de esta voluntad de acuerdo, en la que también está empeñado Miguel Galuccio, el ministro de Industria defendió como premisa esencial la estrategia de Antonio Brufau en su papel de primer interlocutor válido para cualquier discusión con los representantes del Gobierno que preside Cristina Fernández de Kirchner.
Repsol ha movido ficha durante las últimas semanas para demostrar a YPF el talante negociador de la petrolera española y romper la tendencia de las últimas propuestas forzadas por Argentina a partir de intermediarios ocasionales que no han hecho más que enturbiar las relaciones directas entre las dos compañías petroleras. Es el caso de la propuesta formulada por la compañía mexicana Pemex el pasado mes de junio que fue rechazada de manera unánime por el consejo de administración de Repsol.
Se da la circunstancia de que la propia Pemex forma parte del órgano de gobierno de la petrolera española pero a la hora de la verdad ni el propio representante mexicano se sintió capacitado para avalar su planteamiento ante el resto de administradores presididos por Brufau. La razón de fondo no era otra que la debilidad de una propuesta diseñada a instancias de la Casa Rosada y que el propio ministro de Industria no ha tenido inconveniente en descalificar ante el propio presidente de YPF.
El acuerdo con Chevron y la oferta a Repsol
La denominada oferta de Pemex ha quedado en evidencia de manera rotunda con el acuerdo posterior alcanzado entre YPF y Chevron para la explotación del gran yacimiento de Vaca Muerta. De partida, la valoración por acre adjudicada en la transacción con la multinacional estadounidense era de 10.000 euros frente a los 43.000 fijados en el caso de Repsol. En consecuencia, Chevron ha recibido activos cuatro veces mayores que los ofrecidos a la petrolera española.
La calidad de los activos es también muy superior en el proyecto con Chevron, que obtiene 60 pozos productivos frente a los cuatro incluidos en el plan con Repsol. La petrolera norteamericana se queda además con el 50% de los activos sujetos al acuerdo pero no tiene que participar accionariamente en ninguna sociedad conjunta como ocurría con la empresa española. Cabe recordar que Repsol sólo iba a disponer de un 47% del capital en la joint venture con YPF, que actuaba como socio mayoritario con el 51%, quedando el 2% restante en manos de Pemex.
El tratamiento que se pretendía dispensar a Repsol no tiene nada que ver con el otorgado a Chevron, que ha recibido además exenciones fiscales y garantías de repatriación de beneficios. Bajo estas condiciones la tentación de aceptar la sugerencia de Pemex podría haber supuesto un grave perjuicio comparativo para la compañía que preside Brufau, con el lógico conflicto de interés societario y la más que posible demanda por responsabilidad social a cargo de accionistas institucionales o minoritarios.
El ministro Soria le ha hecho ver a Galuccio la inconveniencia de abrir esquemas de negociación que ‘no son de recibo’ para España. Hasta ahora todos los intentos de oferta han tenido el denominador común de incluir a Repsol como socio consorte de YPF en proyectos petrolíferos dentro de Vaca Muerta, que fue precisamente el motivo principal de la expropiación decretada en abril de 2012. El objetivo de la petrolera española, con el respaldo del Gobierno de Mariano Rajoy, es mucho más sencillo y consiste en asegurar una compensación económica que se ajuste al valor de los bienes requisados con el fin de evitar un expolio en toda regla.
El mensaje de Soria a Galuccio se resume dentro de este marco de actuación que puede definirse en una indemnización del orden de los 5.000 millones de dólares frente a los 1.500 millones que ofrece Argentina. Estos son los márgenes que delimitan el desarrollo de unas negociaciones que ambas partes quieren cerrar antes de finales de año.