HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

jueves, 28 de febrero de 2013

CRISTINA KIRCHNER HABRÍA ACORDADO CON LOS CASTRO LA APERTURA A IRÁN




El polémico Memorándum de Entendimiento con Irán sería apenas un primer paso hacia una estrategia más ambiciosa que marcaría la segunda parte del actual período presidencial de CFK. En un rediseño de su rol regional, el gobierno argentino podría convertirse en el principal puente entre Sudamérica y el mundo islámico, para lo cual el Memorándum a punto de convertirse en tratado sería la llave para abrir las puertas de las cancillerías islámicas no alineadas con los EEUU. Este plan habría sido consensuado entre la presidente, Fidel y Raúl Castro en la cumbre que tuvo lugar en La Habana el pasado 11 de enero.
El régimen cubano está interesado en que la Argentina se integre al eje que ya existe entre Teherán y Caracas. Sin Chávez, los Castro verían con buenos ojos que Cristina asuma un rol internacional preponderante que ampliaría el campo de influencia de la activa política exterior cubana, que acaba de alzarse con la presidencia de la CELAC para Raúl Castro. El clima de relativa distensión entre la administración Obama y los Castro es otro punto a analizar, ya que el flamante Secretario de Estado de los EEUU, John Kerry, mencionó la semana pasada la posibilidad de que su gobierno excluyera a Cuba de la lista de estados vinculados al terrorismo. Luego de la cumbre con los Castro, CFK partió hacia su gira por los emiratos árabes, Indonesia y Vietnam, una agenda en la también habría intervenido la cancillería cubana. El Coordinador de Asuntos Técnicos de la Unidad Presidencial, Rafael Follonier, es el operador principal de CFK en estos asuntos, de los cuales participaría apenas lateralmente el canciller Héctor Timerman. Follonier militó de forma activa en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), lo que lo obligó a su posterior exilio en distintos países del continente e, incluso, en Italia y España. Previamente, ejerció como periodista en Canal 11 y Revista Nuevo Hombre. En los años de exilio por Latinoamérica, conoció a varios militantes que, a posteriori, se convirtieron en funcionarios de los gobiernos de Chávez, Correa y Evo Morales, entre otros. Por ello, Follonier fue un facilitador fundamental para importantes convenios firmados durante la presidencia de Kirchner. Luego del regreso de la democracia en Argentina, Follonier volvió al país y se encolumnó en el Partido Intransigente de Oscar Allende. Posteriormente, regresó a la provincia donde creció (nació en Santa Fe y se crió en La Pampa) y trabajó con el gobernador peronista Rubén Marín desde la Secretaría de Medios de Comunicación. Además de “manejar” a los piqueteros pro kirchneristas, como Luis D’Elía y Emilio Pérsico, Follonier mantiene una aceptable relación con peronistas que están enfrentados con el Gobierno nacional, aunque todo lo hace con un persistente perfil bajo. 

Soja por combustibles 

El nuevo rol internacional que intenta asumir Cristina retoma en alguna medida lo que Néstor Kirchner empezó en el 2010 al hacerse cargo de la Secretaría General de la UNASUR, pero que se frustró a los pocos meses por su inesperado fallecimiento. Claro está que el eje de la estrategia conjunta con el régimen cubano es la captación de inversiones de Irán y otros países islámicos. A los ayatollas les sobran gas y petróleo que puede ayudar a que la Argentina disminuya su enorme gasto de US$ 9000 millones anuales en importación de combustibles. Un intercambio con Irán compensado con soja y otros commodities sería uno de los objetivos inmediatos. Esto justo cuando, a caballo del fallo que dictaría la Corte de Apelaciones de Nueva York confirmando la sentencia de Thomas Griesa, se le ordenaría al gobierno nacional pagarles US$ 1300 millones a los holdouts. Con un nuevo default técnico a la vista, la Argentina iría quedando cada vez más fuera del radar de los inversores normales. Hoy, el país quedó sexto junto con Venezuela en materia de recepción de inversiones en Latinoamérica, cuando hace 15 años era tercero. Pero habría también otras razones que impulsarían a la presidente a abrir una cabecera de playa para el desembarco de las inversiones islámicas en la Argentina. El camino de la reforma constitucional se le presenta complejo e improbable al cristinismo. El próximo 27 de octubre, contados los votos, la sociedad podría anoticiarse de que CFK se convirtió en un pato rengo y que le será casi imposible al gobierno conseguir los dos tercios de los votos del Congreso para sancionar una ley declarando la necesidad de la reforma constitucional. Ella -según una versión- estaría obsesionada con una pesadilla: la dirigencia peronista en masa tocando el timbre de La Ñata, mientras los teléfonos dejan de sonar en la Casa Rosada. El vaciamiento del cristinismo a manos de un Daniel Scioli convertido en la única opción clara para que el peronismo siga en el poder es una amenaza demasiado fuerte. A través de un rol internacional como canalizadora de las inversiones islámicas en el país, Cristina intentaría superar el largo proceso de pérdida de poder hasta el 2015. Esto, aunque tenga que pagar el precio, como ya empezó a hacerlo, de tener que enfrentarse sistemáticamente con los intereses de Israel.

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