Capriles, cerca de ganarle a Chávez. |
La fuga hacia adelante del cristinismo con su campaña prematura por la reforma y la reelección obedece a una necesidad que excede a la política. Se trata de la búsqueda de la impunidad por los sonados casos de corrupción de esta segunda década infame, que continúan acumulándose ahora a una velocidad tal vez mayor que en los tiempos de Néstor Kirchner. La presidente, por su parte, no duda en encubrir la corrupción, como se está comprobando en el caso de la ex Ciccone y en la confiscación de YPF para tapar el negociado de Kirchner con la familia Eskenazi. Ahora se agregan nuevos casos de corrupción, como la compra del campo de Benetton por parte de Lázaro Báez. En realidad, detrás de esta operación estaría Máximo Kirchner, como señala Jorge Asís en una nota reciente.
Otro escándalo en plena evolución empezó con el reciente anuncio de la construcción de un Polo Audiovisual en la isla Demarchi. Edgardo Arrieta, secretario general de la seccional Rosario del sindicato de Dragado y Balizamiento, ya denunció que “para hacer la obra se tendrá que desalojar (la dirección de) Construcciones Portuarias y Vías Navegables”, que se encuentra emplazada en ese sector costero de la Ciudad de Buenos Aires. Para el dirigente gremial rosarino, esta situación “significará la muerte de la actividad marítima” del país. El beneficiario del proyecto sería Eduardo Elsztain, socio del gobierno nacional en el Banco Hipotecario.
Otro escándalo en plena evolución empezó con el reciente anuncio de la construcción de un Polo Audiovisual en la isla Demarchi. Edgardo Arrieta, secretario general de la seccional Rosario del sindicato de Dragado y Balizamiento, ya denunció que “para hacer la obra se tendrá que desalojar (la dirección de) Construcciones Portuarias y Vías Navegables”, que se encuentra emplazada en ese sector costero de la Ciudad de Buenos Aires. Para el dirigente gremial rosarino, esta situación “significará la muerte de la actividad marítima” del país. El beneficiario del proyecto sería Eduardo Elsztain, socio del gobierno nacional en el Banco Hipotecario.
El gobierno no se engaña
La realidad es que, luego de la reelección de CFK en octubre pasado, se reactivaron negociados que estaban frenados desde antes de la muerte de Néstor Kirchner. Pero desde principios de este año recomenzó la corrupción generalizada como en los primeros años de la presidencia del fallecido fundador de la dinastía reinante. El caso es que el único presidenciable con posibilidades de ganar en el 2015 si CFK no se presenta a la reelección, Daniel Scioli, no le garantiza la impunidad al cristinismo y cualquier opositor que llegue a la Casa Rosada se vería obligado a apoyar la revisión judicial de la nueva década infame. Sin salida, el elenco gobernante se lanzó así a una reforma de la constitucional con reelección, que tiene varios capítulos previos. Por ejemplo, tratar de conseguir una ventaja electoral abrumadora para el 2013 a partir del voto de los que tiene entre 16 y 18 años y los extranjeros con dos años de residencia. Con esta maniobra, en caso de no poder conseguir este año los dos tercios de los votos para sancionar la ley declarativa de la necesidad de la reforma, el cristinismo buscaría asegurarse un resultado electoral aplastante para el año que viene que si le dé los dos tercios.
Frente a esto, es obvio que la oposición vuelve a mostrar su falta de capacidad de consenso. Como una voz solitaria, aunque influyente, Marcelo Tinelli dijo que no lo ve votando a su hijo que hoy tiene 15 años. La reciente encuesta de Poliarquía señala que el 66% se opone a la reelección pero le da un 51% de aprobación al gobierno, aunque omitió publicar que la imagen de CFK cayó de 43 a 40%. En todo caso, al gobierno no le importa la opinión reflejada por Poliarquía y tiene muy claro que necesita la impunidad, o sea, que le va meter para adelante.
Anteayer, en la República Bolivariana de Venezuela se realizó un simulacro de la votación presidencial con voto electrónico y se hizo una encuesta de boca de urna en la cual el opositor Hernán Capriles le ganó a Chávez 53% contra el 46%. Como venimos diciendo, un triunfo de la oposición en Venezuela sería un golpe demoledor para la reelección de CFK y también para el nuevo giro hacia la economía planificada que sigue el gobierno de la mano de Axel Kicillof.