Sólo 10 empresas controlan las principales marcas tecnológicas.
El incentivo a la industria nacional es algo que pocos cuestionan. La polémica se genera al mirar la "radiografía" de Tierra del Fuego. Es que las radicaciones se han transformado, en realidad, en entregas de licencias de fabricación que recaen en pocas plantas.
El "lado B", en esta investigación.
El "lado B", en esta investigación.
A tono con los movimientos de los últimos años, el Gobierno sigue en el camino de profundizar la producción de tecnología para el hogar en el sur del país.
Los anuncios de inversión se suceden semana a semana y Tierra del Fuego parece erigirse como un destino casi excluyente.
En este sentido, hace poco más de un mes, la firma Newsan confirmó un desembolso de u$s65 millones para reactivar las líneas de producción de la ex fábrica de Aurora Grundig, en Ushuaia.
Días antes, Carrier Fueguina había anunciado que ampliaría la capacidad de fabricación de acondicionadores de aire en la misma provincia, previa inversión de $50 millones.
En paralelo, Samsung anticipó que en 2012 planea producir alrededor de 50.000 tablets, de la mano de la ya operativa Radio Victoria.
Así, los desembarcos de marcas, lanzamientos y anuncios de jugosos desembolsos parecen no tener descanso en Tierra del Fuego.
Por supuesto, esto no sucede sin el recelo de los fabricantes que operan en otras zonas geográficas quienes, en varios casos, critican la acumulación de ventajas que se ofrece en la isla, en desmedro de fábricas con amplia tradición de diseño de productos en otros lugares.
Los resultados de la iniciativa oficial tendiente a convertir a la isla fueguina en un nuevo "Manaos" ya están a la vista del consumidor.
En lo que es línea blanca -heladeras, cocinas, lavarropas o equipos de aire acondicionado- prácticamente no se encuentran productos importados en las casas de electrodomésticos.
Ya en lo que hace a computadoras portátiles, reproductores de música, de DVD, y equipamientos de los más diversos, el peso del "Made in Argentina" se hace notar en la escasa variedad de modelos disponibles y, principalmente, en las mayores dificultades para presentar en el país las últimas tecnologías que se hacen visibles en las distintas ciudades del mundo.
"No podemos ingresar desde notebook, netbook, equipos de audio, reproductores de DVD, auriculares y hasta radio-relojes", precisaba hace semanas a iProfesional.com una fuente cercana a Sony, que pidió reserva de identidad.
"Cámaras fotográficas tampoco. Otra línea cuya entrada aparece bloqueada es la de los home teather. Antes, las demoras en la Aduana eran de uno o dos meses, ahora se da por descontado que pueden extenderse hasta 10", agregaba.
Pero más allá de esta diversidad de casos, un tema que cobra notoriedad y es esgrimido como punta de lanza a la hora de esbozar críticas a la "isla soñada", es la forma en la que se están dando las inversiones.
¿Por qué? Porque entidades como Camoca, Ciiecca -que nuclea a más de 80 fabricantes de Córdoba y el interior- y su similar CIDI -Cámara de Informática del Interior- señalan que las tan anunciadas radicaciones son, en realidad, una simple entrega de licencias.
Y aportan un dato más: un puñado de no más de diez firmas son las que hoy concentran casi la totalidad de la producción fueguina y aglutinan la mayoría de los permisos de fabricación.
Producir bajo licencia
"Todos los anuncios son para que los productos sean fabricados por empresas que ya venían haciéndolo desde mucho antes. Si uno analiza los compromisos de desembolsos formulados -tales como los de HP o BlacKBerry- ninguna de estas firmas habla de radicar una planta, o de instalarse en Tierra del Fuego", disparó Carlos Scimone, gerente de Camoca.
En búsqueda de ahondar en esta afirmación, Profesional.com tomó contacto con representantes del gobierno provincial de la isla.
Con afirmaciones -que alimentan todavía más la polémica- reconocieron que las estridentes "radicaciones" son simplemente encargos a firmas que hace años que están emplazadas en suelo fueguino.
En otras palabras, las inversiones quedan en poder de los mismos que ya estaban en el lugar desde antes de que el Estado decidiera impulsar la fabricación nacional.
"En Tierra del Fuego tenés al que produce y a las marcas internacionales. Estas últimas no es que vienen y se instalan en la isla. Lo que hacen es cumplir con los pasos para que sus productos se hagan acá", explicó a iProfesional.com Diego Cano, coordinador de la Secretaría de Promoción Económica y Fiscal de Tierra del Fuego.
"Cuando las marcas comerciales hacen anuncios de que van a producir, citemos a BlackBerry entre tantos ejemplos, en realidad lo que están diciendo es que van a invertir en líneas de montaje dentro de empresas que ya están radicadas. Uno de los requisitos del régimen es que las firmas tengan radicación en el Área Aduanera Especial", agregó.
El funcionario amplió el concepto: "Cuando estas marcas anuncian que van a desarrollar un determinado modelo en Tierra del Fuego, es importante aclarar que el régimen que permite lograr beneficios impositivos obliga a un determinado grado de integración".
Cano destacó que las marcas tienen que traer las máquinas para lograr el producto, aunque esto no significa necesariamente que monten una planta.
Prohibido copiarse
El hecho de que en una misma fábrica se ensamblen productos electrónicos de distintas marcas competidoras entre sí -que pelean codo a codo por ganar un punto de share- es una de las críticas que una reconocida marca japonesa confesó a iProfesional.com para explicar su negativa a invertir en Tierra del Fuego.
"No le vamos a dar la receta a alguien que también hace productos similares", se quejó el directivo.
Consultado respecto de este punto, Cano minimizó esos dichos.
"Cada marca tiene sus productos y sus características. Otro software u otro diseño. De ahí que no debe verse como un problema que marcas competidoras confluyan en un espacio común", dijo.
Los grandes ganadores
Es, precisamente, esta tendencia a producir a través de un mismo fabricante local aquello que más irrita a los empresarios que operan en el continente.
Sucede que el grueso de la tecnología que se elabora bajo el "Made in Argentina" se concentra en poco más de 10 empresas.
Incentivo cuestionado
Por lo pronto, muchos expertos del sector están a favor de la idea del Gobierno de hacer fuerte el Made in Argentina y de sustituir importaciones.
Algo que sí no comprenden -o se muestran en desacuerdo- es por qué se eligió la provincia más al sur del país. O sólo a ella.
Y sus argumentos se basan en los mayores costos de logística que implica el hecho de llevar los componentes hasta allí, para luego volver a trasladarlos, unos 3.000 km a los principales centros de consumo.
Destacan que eso impacta en el precio que finalmente paga el consumidor. Y, además, reclaman que no es un lugar propicio para la radicación de casas de estudio.
"Nunca entendimos por qué se volvió a incentivar Tierra del Fuego como punto industrial y no a lugares dotados con universidades, con carreras duras y disciplinas desarrolladas como la matemática", reflexiona Claudio Conci, presidente de la Cámara de Informática del Interior.
En su visión, "no es importante dónde se arma una computadora, sino dónde se piensa. Y en eso estamos fallando".
"No se pone el foco en otras provincias como Córdoba, por citar un ejemplo, donde la formación de los recursos humanos está más que comprobada por empresas de la talla de Intel", añadió.
"Tenemos un centro de fabricación con el que podríamos producir sin inconvenientes placas electrónicas para notebooks, celulares o televisores. Sin embargo, estamos al margen de lo que sucede en Tierra del Fuego" puntualizó Erardo Bozzano, presidente de Ciiecca.
Y agregó: "La cámara está capacitada para fabricar dichas placas. Sin embargo, las mismas se traen terminadas al país para ser meramente ensambladas con posterioridad".
"No hay políticas firmes para que empresas tecnológicas fuera de la isla se amplíen o sumen más capacidad de desarrollo", enfatizó Scimone, de Camoca.
Todo parece combinarse para que el sur se transforme en el norte industrial del país.
Muchos empresarios festejan.
Otros se quejan por la elección del lugar y a los más críticos no se les escapa que el promocionado "Made in Argentina" ha quedado en manos de 10 empresas.