POCOS PLANES, MUCHA AMBICIÓN
Alicia Kirchner, Mariotto, Domínguez y Massa ya se disputan el sillón de Scioli.
El encumbramiento de Julián Domínguez como presidente de la Cámara de Diputados va a disparar probablemente la interna por la sucesión de Daniel Scioli. Domínguez apunta directo hacia La Plata, aparentemente aliado a Aníbal Fernández, ya que José Lucas Gaincerain, actual secretario de Coordinación Administrativa y Evaluación Presupuestaria de la Jefatura de Gabinete y hombre de confianza de Aníbal F., será el Secretario Administrativo de la Cámara de Diputados.
Domínguez sería un candidato light con capacidad de confrontar con Gabriel Mariotto por su habilidad para sumar a sectores moderados dentro y fuera del oficialismo. Confronta con Mariotto, el candidato de los halcones, aliado de Juan Manuel Abal Medina, Guillermo Moreno y Nilda Garré. Pero la oferta K para el palacio de Dardo Rocha no se agota allí, porque Alicia Kirchner tendría exactamente el mismo objetivo que Domínguez y Mariotto pero con dos ventajas: administra la enorme caja del Ministerio de Desarrollo Social y sería para la familia Kirchner la garantía de conservar el poder en el primer Estado argentino, si a CFK no le alcanza para una reforma constitucional con reelección incluida. Sergio Berni, mano derecha de Alicia en el ministerio, está desembarcando en la legislatura bonaerense como Vicepresidente del Senado.
Controlar Buenos Aires, un reaseguro
Todo parece indicar que, en la medida que el cristinismo siga imposibilitado constitucionalmente de extenderse luego del 2015, la lucha por controlar Buenos Aires será cada vez más intensa en su seno. Si lo sabrán Amado Boudou y Florencio Randazzo, que intentaron pisar fuerte en el armado bonaerense y fueron inmediatamente avasallados por los pesos pesados del cristinismo.
Hoy por hoy, la otra clave de este rompecabezas es Sergio Massa, el mejor posicionado en las encuestas para suceder a Scioli y el peor posicionado en Olivos. Allí ven en el tigrense la semilla de la traición, o sea, una candidatura que se terminaría colgando de un presidenciable post-K, como Juan Manuel Urtubey o Juan Manuel de la Sota.
Cristina, sin apuro alguno en este tema, parece dejar correr a todos los que puedan construir para sacarlo del tablero a Massa.
