HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 17 de octubre de 2011

BLEJER:¿EL PLAN B?


Por Carlos Tórtora para el Informador Público

Dentro de una semana, la presidente y la mayoría del electorado firmarán un nuevo contrato por cuatro años. Las diferencias con la elección del 2007 saltan a la vista. Ya no hay expectativas -y ni siquiera promesas oficiales- acerca del mejoramiento de la calidad institucional, la lucha contra la corrupción, la independencia de la justicia o el federalismo. El nuevo contrato gira alrededor de una sola cláusula: la promesa oficial de que los altos niveles de consumo y crecimiento de la economía local se mantendrán, pese al inminente ingreso de le economía mundial en un ciclo recesivo. Como prueba de que esto último es posible, la presidente no se priva de arengar diariamente a que los ciudadanos y las empresas sigan gastando como si no pasara nada. Este clima de irrealidad -favorecido por las vacilaciones de la oposición- pasó a ser el eje de la campaña electoral del kirchnerismo.

Pero la cortina de humo del inexistente blindaje económico se convertiría en un serio obstáculo para que, apenas realizado el comicio, se empiece a sincerar la situación a través de medidas de ajuste, como por ejemplo, el recorte inmediato de parte de los subsidios al transporte y el inicio de un tarifazo en los servicios públicos. Esta hipótesis del shock sería analizada por la mesa chica de Olivos junto con el desdoblamiento del mercado cambiario y la estatización del comercio exterior a través de un DNU que, luego del 10 de diciembre, sería ratificado por un Congreso con mayoría kirchnerista. Sin duda alguna que las semanas siguientes al próximo domingo serán las de mayor poder de Cristina y que de hecho la oposición política prácticamente no existirá durante este período. Pero en el reducido círculo que integran la presidente, Carlos Zannini, Amado Boudou y muy pocos más habría temores acerca de las reacciones sociales y sindicales que podrían generar las medidas de shock a pocos días de sostener la presidente que estamos a salvo de la ola mundial. El clima de agitación internacional y los disturbios que están produciendo los indignados, más el movimiento estudiantil en Chile y las movilizaciones masivas contra la corrupción en Brasil, dan como para temer un brote local de características similares.

La interfase

Estos problemas harían que en Olivos se analice un Plan B, de impronta gradualista. Esto es, que Boudou deje inmediatamente el Ministerio de Economía, tal vez en manos del Secretario de Hacienda Hernán Lorenzino. Éste pondría en marcha una serie de medidas moderadas para intentar contener el alza del dólar y atenuar las consecuencias de la baja del precio internacional de la soja y del enfriamiento de la economía brasileña. En esta primera etapa, jugaría un rol fundamental la firma de un pacto social con la UIA y la CGT. Mientras tanto, el gobierno ganaría tiempo para pergeñar un verdadero plan de ajuste con reducción del gasto público y de los subsidios, cuya ejecución quedaría a cargo de Mario Blejer, si en la práctica se demuestra que no queda otra alternativa. En otras palabras, que Blejer funcionaría como un reaseguro y sólo aparecería como ministro si el dólar definitivamente se desborda.

La etapa intermedia sería importante para borrar de la sociedad el optimismo producido por la teoría del blindaje, creándose así las condiciones para la aceptación del ajuste. Este plan ya habría sido objeto de varias conversaciones entre Boudou, Blejer y Jorge Brito, presidente de ADEBA y del Banco Macro, que tendría un rol fundamental en el armado de la nueva estrategia del gobierno. Por otra parte, Boudou tendría decidido dejar el ministerio lo antes posible. Es que cualquier agravamiento sorpresivo de la situación lo obligaría tal vez a sufrir un serio desgaste político. Y él consideraría que debe conservar su imagen intacta para el caso de que le toque ser el delfín de CFK para el 2015, en el caso de que se frustre el proyecto de reforma constitucional con reelección indefinida que incuba el cristinismo.

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